Italia inyectará 3.600 millones para reducir el impacto del coronavirus
- Estas ayudas provocarán una desviación del déficit previsto para 2020, por lo que Italia pedirá flexibilidad a Bruselas
- El próximo miércoles el Eurogrupo tiene previsto un encuentro en el que se tomarán las primeras decisiones
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El riesgo de expansión del coronavirus, que ya ha dejado más 3.000 fallecidos y cerca de 88.000 personas contagiadas a nivel mundial, y el alarmismo generado en los últimos días por la evolución de la epidemia ya se materializa sobre la economía europea, que ha comenzado a tomar medidas para combatir la infección.
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La iniciativa la ha tomado Italia, gran afectado con 1.128 contagios y 29 muertes registradas. El Gobierno de Giuseppe Conte ha anunciado este domingo que destinará 3.600 millones de euros, el equivalente al 0,2 % del producto interior bruto italiano (PIB), en una serie de ayudas a empresas que tratarán de reducir el impacto económico que causará el coronavirus en el crecimiento del país.
El paquete, que se aprobará en los próximos días tras acordarse con los agentes sociales y las autoridades locales, seguirá al decreto ley firmado el pasado viernes y que, entre otras cosas, suspende el pago de las facturas de la luz y del gas en los once municipios del norte, aislados por el coronavirus y considerados "zona roja".
"Tenemos varias hipótesis en mente (para esta segunda tanda). Desde el crédito fiscal para las empresas que han sufrido una caída en el volumen de negocio de más del 25 % hasta una bajada de impuestos", ha asegurado el ministro de Economía italiano, Roberto Gualtieri, en una entrevista en el diario La República que recoge Efe.
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Una cifra “coherente”
Estas ayudas exigirán inevitablemente una desviación del déficit previsto para 2020, que el Gobierno estimó en septiembre que sería del 2,2 % del PIB, para lo que Roma pedirá flexibilidad a Bruselas, quien ya anunció esta semana mantendrá conversaciones en los próximos meses con los países afectados por la epidemia para evaluar si pueden beneficiarse de las exenciones fiscales que la UE ofrece en casos de emergencia.
"Se trata de un aumento del gasto adicional (...) que es compatible con la flexibilidad prevista por las normas del Pacto de Estabilidad, dado que estamos en presencia de circunstancias excepcionales objetivas", ha asegurado Gualtieri.
Según la normativa comunitaria, los estados miembros con alta deuda como Italia deben controlar sus gastos y reducir la deuda. Sin embargo, existen determinadas "cláusulas de flexibilidad vinculadas a las llamadas circunstancias excepcionales", aseguró esta semana el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, tras ser preguntado sobre si Bruselas podría conceder a Italia margen fiscal para abordar la epidemia.
Italia, tercera economía del euro, tiene una deuda que supera el 135 % del PIB y su crecimiento sufrió una contracción del 0,3 % en el cuarto trimestre de 2019 y quedó estancado en términos interanuales.
"Es una cifra coherente y sostenible, calculada con criterios objetivos y acorde a las necesidades reales. No hay motivos para temer que Bruselas lo rechace", ha añadido el ministro de Economía italiano.
Incertidumbre financiera
De momento, la influencia del virus se ha materializado principalmente en la producción, debido al cierre de numerosas fábricas chinas, lo que ha forzado a algunas compañías a asumir retrasos y a otras a trasladar su producción fuera del país asiático. Automóviles, textil y electrónica serán los sectores más afectados, consecuencia de haber convertido a China en la fábrica del mundo.
Esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó un 0,4 % el crecimiento de la economía china este año y un 0,1 % en la economía global. Según el catedrático de Economía y Finanzas de CUNEF y director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó, una cifra probablemente insuficiente, ya que esta última semana la Bolsa ha perdido todo lo ganado durante el año. En España, el IBEX 35 registró su peor caída semanal desde mayo de 2010, cuando se produjo la crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro.
Ante este contexto, los mercados vuelven su mirada a 2008, a la última gran crisis. Dicen que la economía mundial no será la misma después del coronavirus, pues en mayo la industria ya comenzará a notar el desabastecimiento de componentes. Por ello, según Carbó, “es lógico que los países quieran reaccionar tengan que empezar a contrarrestar la caída en la demanda privada”.
Para el catedrático de Economía y Finanzas de CUNEF, "los 3.600 millones de euros que destina Italia es el inicio” por lo que “la Unión Europea (UE) tendrá que afrontar la situación”. En este sentido, Carbó cree que, si fuera necesario, el organismo “concederá a los países que lo necesiten una cierta flexibilidad con sus déficits públicos para poder acometer sus propios programas a escala nacional”.
El próximo miércoles el Eurogrupo, que reúne a los ministros de Economía y Finanzas de los Estados miembros de la UE cuya moneda es el euro, así como los Estados miembros que no tienen esta divisa, mantendrán un encuentro para coordinarse ante el reto económico que supone la expansión del coronavirus, por lo que se espera que se cierren las primeras medidas dirigidas a los sectores más afectados.