La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso: "El marco legislativo es óptimo, pero hay que cumplirlo"
- Pilar Cancela ve en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género un gran logro difícil de reeditar hoy
- Afirma que "se usó la crisis económica como argumento para recortar políticas de igualdad"
Pilar Cancela (1967), diputada del PSOE por Galicia y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados desde septiembre de 2016, considera el Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017 como el gran logro en España en la materia en los últimos años, pero cree que el desarrollo legislativo se ha frenado con la excusa de la crisis.
Pese a esto, esta licenciada en Derecho, medidadora y titulada superior en Prevención de Riesgos Laborales destaca algunos avances logrados en los últimos años y defiende que es el momento de seguir trabajando para ampliar y avanzar en nuevas medidas que resuelvan problemas como la corresponsabilidad en los cuidados o la eliminación de la brecha salarial. "El marco legislativo es óptimo, lo que ocurre es que hay que cumplirlo", afirma.
PREGUNTA: ¿Es suficiente la legislación en materia de igualdad de género en España?
RESPUESTA: En España tenemos una legislación en la materia absolutamente excepcional y pionera en su momento, como fue el paquete legislativo de la Ley Orgánica de Igualdad Efectiva y la de Violencia de Género. Incluso la de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo y la del Matrimonio Igualitario, que aunque no tienen que ver con igualdad entre hombres y mujeres, sí que tienen que ver en cuanto al concepto amplio de igualdad.
“Se usó la crisis económica como argumento para recortar políticas de igualdad“
Creo que, sin embargo, este periodo tan amplio en el que se usó la crisis económica como argumento para poder recortar y minorar todas las políticas que tenían que incidir en el fomento de la promoción de esa igualdad y de luchar contra la violencia de género, evidentemente hemos frenado de una manera muy importante toda la acción política que se venía desarrollando en ese sentido.
Por lo tanto, tenemos una base legislativa óptima y excepcional, que ha sido referente no solo en Europa sino en el ámbito internacional, pero creo que tenemos aún, por desgracia, muchísimas cosas pendientes que tenemos que poner en marcha y empezar a afianzar.
P: ¿Qué queda por hacer que no se haya hecho en los últimos años?
R: El marco legislativo es óptimo, lo que ocurre es que hay que cumplirlo y también dar pasos hacia nuevas conquistas legislativas. Hay que afianzar unas, que estaban frenadas, y hay que ampliar muchos otros aspectos que creo que aún tienen pendiente esa base legislativa tan potente que no se desarrolló lo suficiente.
“Una de las deudas fundamentales es cómo se incorpora la mujer al mercado laboral“
Una de las deudas fundamentales es la forma en la que se incorpora la mujer al mercado laboral. La gran pregunta es cómo se incorpora y qué ocurre con todo ese papel de cuidados que siempre ha desarrollado tradicionalmente la mujer y del que, de momento, no ha podido deshacerse o, al menos, compartir y ser corresponsable en el ejercicio de los cuidados con el hombre. Esta es una cuestión que no se ha conseguido aunque se haya avanzado de una manera suficiente.
Seguimos teniendo una brecha salarial en torno al 22 % y existe una segregación horizontal en determinados puestos de trabajo que siempre se identifican como que le corresponden a las mujeres y que tienen que ver con el papel o el rol de los cuidados. Ahí aún tenemos pendiente un trabajo muy importante que hay que desarrollar.
P: ¿Cuáles han sido los avances en este sentido?
R: Uno de los pasos que se dieron el año pasado fue el que establecía los nuevos permisos de paternidad y maternidad, el Real Decreto de igualdad de trato entre mujeres y hombres, que equiparó los permisos para que fueran personales e intransferibles y que igualará las 16 semanas en el año 2021.
“Que haya habido tantas elecciones no ha permitido mantener una acción legislativa continuada“
Quizás el hecho de que hayamos tenido tantas elecciones no ha permitido mantener en el tiempo una acción legislativa mucho más continuada. Eso ha hecho que no se haya desarrollado con la rapidez que nos hubiera gustado.
En todo caso, creo que se han dado pasos importantes en el cumplimiento del Pacto de Estado sobre Violencia de Género como fue la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para la formación necesaria entre los miembros de la carrera judicial: magistrados, jueces y juezas, Fiscalía… Es algo que permite que puedan formarse no solamente cuando se incorporan a la carrera judicial sino durante la misma y, sobre todo, en lo que se refiere a los órganos judiciales especializados en materia de violencia de género, sean de lo penal o sean los especializados en violencia.
P: ¿Qué se puede hacer para acabar con la brecha salarial?
“El objetivo para acabar con la brecha salarial es transparentar la retribución“
R: El objetivo para conseguirlo no es otro que transparentar la retribución. La cuestión está subsanada en los convenios colectivos, que no pueden introducir ningún tipo de cláusula que establezca discriminación, pero la clave está en aquellos complementos salariales o extrasalariales que muchas veces no se transparentan.
Ahí es donde está realmente el quid de la cuestión. Se desconocen esos otros complementos salariales que no forman muchas veces parte de la masa salarial y no se visibilizan. Es ahí, precisamente, donde está esa diferencia para que la retribución por igual trabajo corresponda a un igual valor.
Ya habíamos tomado en consideración en el Congreso un Real Decreto legislativo en ese sentido en el año 2019, pero ahora lo que necesitamos es desarrollarlo y que la inspección de trabajo también actúe e inspeccione para que ese marco legislativo en el que hemos estado trabajando pueda seguir afianzándose.
P: ¿Y contra la violencia de género?
R: Ese es el gran tema. Por desgracia, los datos del día a día nos demuestran que nos queda mucho en lo que seguir trabajando. Son dramáticos e inasumibles. Es muy difícil encontrar la semana en la que no se registra un nuevo asesinato por violencia machista, a pesar de que tenemos una Ley Orgánica muy potente y un Pacto de Estado del año 2017 con una batería de 214 medidas excepcionales. Muchas de esas medidas, o algunas por lo menos, se han desarrollado en estos últimos dos años.
Aparte de esto, queda muchísimo por hacer. Hay nuevos retos. Ya se ha aprobado en el Consejo de Ministros la ley que regulará, de acuerdo con el convenio de Estambul, todas las violencias que podamos considerar como violencias machistas, que habrá que tramitarla en el Consejo de los Diputados.
Hay que seguir desarrollando la labor legislativa necesaria, no solamente para cumplir el Pacto de Estado, sino para ir más allá y seguir afianzando los derechos que, en principio, ya están reconocidos legislativamente, pero que es necesario llevar a la práctica en el ámbito ejecutivo por todas las administraciones e instituciones.
P: ¿Cuándo podrá entrar en vigor esta nueva ley?
R: Espero que en cuatro o cinco meses, como mucho, esté funcionando.
“Espero que en cuatro o cinco meses esté funcionando la nueva ley“
Una vez que lo presenten en el Congreso de los Diputados, tendrá que ser tomada en consideración a los efectos de que tenga la tramitación correspondiente. Después de que sea tomada en consideración, se remitirá a la Comisión de Igualdad para que se establezca la correspondiente ponencia y, allí, se debatirá. Todos los grupos podrán hacer sus consideraciones al respecto, se elaborará un informe que después será aprobado por la propia comisión y se remitirá de nuevo al pleno para que pueda ser debatida y aprobada.
Es una ley tremendamente compleja, muy profunda, que, además, marca absolutamente un antes y un después en nuestro país. La clave está en el consentimiento, en que solamente ‘sí’ es ‘sí’. También tiene muchísimas transferencias e implicaciones al ser una ley de carácter transversal e integral, que aborda muchos aspectos: sanitarios, de justicia, del ámbito educativo.
P: ¿Serán los partidos capaces de ponerse de acuerdo?
R: La ley va en la línea de lo que fue la Ley de violencia de género y, ahí, los distintos grupos tendrán posicionamientos al respecto. Unos estarán más a favor y otros tendrán más reticencias, pero, en todo caso, es el debate propio de una ley de este alcance y de esta complejidad.
“Hay una mayoría importante a favor de que la ley vea la luz lo antes posible“
Ahora mismo no me atrevo a valorar cuál podría ser el posicionamiento de cada uno de los grupos, pero creo que sí que se da una mayoría importante en el seno del Congreso de los Diputados y de la Comisión a favor de que esta ley vea la luz y de que esté lo antes posible.
P: ¿Podrían darse solapamiento de competencias o disputas entre ministerios?
R: No creo que sea un conflicto entre ministerios. Cuando hay un proyecto de ley que es transversal, que es integral y que, además, toca competencias de distintas carteras, es normal que cada uno de los departamentos implicados emita un informe correspondiente sobre aquellas cuestiones en las que tiene ámbito competencial en el sentido que sea.
“Las supuestas divergencias entre ministerios son una ficción“
No es un conflicto tanto de competencias sino de ejercicio de las competencias que le corresponden a cada uno de los departamentos. Forma parte del procedimiento y del funcionamiento normal de cualquier tramitación de un proyecto de ley. Creo que se ha generado una polémica intentando establecer como excepcional algo que no lo es. Esas supuestas divergencias entre ministerios se tratan de una ficción más que de una realidad.
Lo importante es que el proyecto de ley ya ha obtenido el visto bueno del Consejo de Ministros y Ministras y que ahora corresponderá su tramitación al Congreso de los Diputados en el ámbito legislativo.
P: ¿Cuál ha sido el mayor hito en igualdad en los últimos años?
R: Creo que el hito fundamental fue el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género. Sinceramente, hubo una apuesta política muy potente por parte de todos los grupos parlamentarios con representación en la cámara. Si se diera en este momento esa posibilidad, por desgracia no saldría por unanimidad, al menos, o por un máximo consenso. Fue el momento oportuno.
Es un Pacto de Estado tremendamente ambicioso, muy potente y el valor fundamental que tiene es la responsabilidad ejercida en este caso por todos los grupos parlamentarios para coincidir en la necesidad de ahondar muchísimo más en el desarrollo de la Ley Orgánica en materia de violencia de género.
Sirvió para poner en marcha una serie de medidas legislativa y ejecutivas en las que, además, están llamados a ejercer su responsabilidad y asumir ese compromiso todos los poderes del Estado y todas las instituciones y entidades administrativas. A esto se añaden las asociaciones o cualquier tipo de entidad que tenga algo que ver y algo que decir en materia de la lucha contra la violencia de género. Creo que ese es el gran valor: el consenso.