Coronavirus: geopolítica de la pandemia
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China ha enviado toneladas de ayuda en material sanitario a media docena de países europeos, empezando por Italia y España, los dos más afectados hasta el momento por la epidemia de coronavirus. Rusia también se ha sumado, y ha mandado a 120 especialistas médicos y nueve aviones cargados de ayuda para el país transalpino. Hasta Cuba ha enviado a Italia un contingente de 53 doctores. Todo esto se produce en un contexto de descoordinación europea y con la OTAN y Estados Unidos, tradicionales aliados de Europa, aparentemente ausentes en el auxilio al Viejo Continente.
Para Cristina Manzano, directora de EsGlobal, “desde el punto de vista geopolítico, la creciente crisis del coronavirus no está haciendo sino acelerar una tendencia que ya estábamos viendo en la última década: el abandono de la hegemonía global por parte de EE.UU. y la aparición de nuevos actores que están cubriendo ese vacío dejado de lado por la, hasta ahora, potencia norteamericana”.
“La crisis mundial provocada por el coronavirus tiene todo el potencial para alterar el orden global“
El coronel Pedro Baños, especialista en geopolítica, considera que “la crisis mundial provocada por el coronavirus tiene todo el potencial para alterar el orden global. Probablemente estemos viviendo otro episodio dentro de un enfrentamiento que ya existía entre Estados Unidos y China, que además era cada vez más enconado, por el predominio tecnológico, económico y también planetario, y seguramente esta crisis del coronavirus lo que va a hacer es acelerar ese proceso”.
En opinión de Manzano, China aprovecha la ausencia de Estados Unidos para hacerse presente con ayuda “con una genuina voluntad de ayudar, aunque también hay un deseo de contrarrestar todas aquellas voces que, en un principio, criticaron a China por la gestión inicial de la crisis; y también hay, sin duda, un deseo de extender su poder blando”.
¿Es gratuita esa ayuda? Para el coronel Baños, no: “La ayuda que ya proporciona China a media docena de países europeos obviamente no es altruista. Está motivada precisamente para intentar superar o quitarle terreno a un aliado tradicional de los países europeos como ha sido Estados Unidos”.
Lo que no está tan claro es que Washington vaya a dejarse quitar el lugar de privilegio del que ha gozado hasta ahora pues, según Baños, “Estados Unidos todavía no ha empezado a mover sus fichas, todavía le quedan muchas cartas por jugar, muchos ases en la manga. Tiene todavía un gran potencial económico, por supuesto militar y también tecnológico. Y una vez que supere este bache que está sufriendo, intentará recuperar el predominio mundial que hasta ahora había tenido”.
“Veremos un fin, o un cambio de la globalización tal como la hemos entendido“
La investigadora Manzano apunta, por su parte, en la dirección del poder global. Según la directora de Esglobal, la pandemia “va a transformar desde las relaciones globales a una gran escala, hasta la necesidad de una gobernanza global. Ahí veremos si seguirá habiendo tensiones entre los partidarios de reforzarla y los partidarios de seguir buscando soluciones nacionales exclusivamente, de la vuelta a las fronteras. Veremos un fin, o un cambio de la globalización tal como la hemos entendido por la crisis que ha provocado el corte de las cadenas de suministro y de producción global”.
En lo que coinciden ambos analistas es en el mal momento en que está Europa para afrontar la crisis. Según Cristina Manzano, “la Unión Europea se debate entre la necesidad de transformar algunas políticas –ya se han anunciado algunas medidas, la relajación, por ejemplo, del techo de deuda– pero, por otro lado, sigue sufriendo de uno de sus males. Y es que para dar respuesta general a situaciones como esta, ahora mismo todo depende de las políticas nacionales. Ese es el eterno debate de la Unión Europea, y tendrá que resolverlo necesariamente. Porque, de cómo lo resuelva, saldrá reforzada o muy debilitada de esta crisis”.
Y, para Baños, la Unión Europea debería “ver esta crisis como una verdadera oportunidad para reformarse. Hay que tener en cuenta que uno de los grandes problemas que estamos viendo en la UE es la disparidad ya no solamente de aplicación de las políticas sino incluso de la voluntad a la hora de adoptar esas políticas. Y, además, estamos viendo que incluso en el ámbito sanitario, las decisiones, las políticas que se están adoptando entre los diferentes países también varían. Eso es inaceptable en un momento como el actual, cuando precisamente debería ser todo lo contrario. Sería el momento de demostrar al mundo nuestra capacidad de unidad, nuestra capacidad de ser sólidos ante la adversidad”.
Sobre lo que no hay nada escrito es acerca de quién saldrá ganando definitivamente en esta crisis. La guerra por el poder global, consideran estos especialistas, no ha hecho más que empezar.