El norte y el sur de la UE, divididos por la solución económica ante el coronavirus
- España pide a la UE que no cometa los errores de la crisis económica de 2008 porque podría crear "desafección del proyecto europeo"
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Los países de la UE demostraron este jueves una vez más su incapacidad para actuar con contundencia, coordinación y solidaridad frente a la crisis económica derivada del coronavirus, a pesar de la presión de Italia y España para que se adopten medidas más ambiciosas. Resurge así de nuevo la brecha entre los países del norte y del sur, al igual que en la última crisis financiera.
Con las economías en caída libre y miles de personas engrosando las listas del paro, la UE aparece dividida entre los Estados del Norte, partidarios de la austeridad y hasta el momento menos afectados por el brote del COVID-19, y los del Sur, que con más casos de la enfermedad y unas cuentas menos saneadas abogan por compartir los costes de la crisis y emitir deuda de forma conjunta en la eurozona mediante los llamados 'coronabonos'.
Ante ese escenario, este jueves los mandatarios no lograron pactar nuevas medidas y después de que Italia y España se plantaran para reclamar una acción económica europea más decidida, los líderes pidieron al Eurogrupo -sus ministros de Economía y Finanzas- presentar en dos semanas nuevas propuestas para responder a la crisis.
"Invitamos al Eurogrupo a presentarnos propuestas en dos semanas. Estas propuestas deberán tener en cuenta la naturaleza sin precedentes del choque del COVID-19 que afecta a todos nuestros países", dice la declaración conjunta aprobada por los líderes tras una cumbre de más de seis horas.
Ni los préstamos del MEDE, ni 'coronabonos'
Los dirigentes no dieron luz verde a que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -el fondo de rescate de la eurozona- conceda préstamos frente al coronavirus, pese a que el Eurogrupo de esta semana había considerado que existía "un amplio respaldo" para esa opción.
Los ministros de Finanzas habían apostado el martes por crear una línea de financiación específica para la pandemia canalizada por el MEDE, que cuenta con 410.000 millones de euros en capacidad de préstamo. Esta línea estaría abierta a todos los países y permitiría otorgar a los que lo solicitasen fondos por hasta el 2% de su PIB con ciertas condiciones.
No en vano, el Mecanismo Europeo de Estabilidad acarrea el estigma de los rescates aprobados durante la crisis financiera a Grecia, Portugal o el sector bancario español y, de hecho, la vicepresidenta tercera del Gobierno español, Nadia Calviño, afirmó el martes que España no se plantea "en absoluto" pedir ayuda al MEDE.
Y aunque en torno al MEDE había cierto acuerdo, donde están más alejados los Estados de la UE es en la emisión de los llamados 'coronabonos', una herramienta que es rechazada por Alemania, Holanda o Austria por suponer la mutualización de la deuda y sus riesgos entre los socios comunitarios.
Por el contrario, nueve países -España, Francia, Italia, Bélgica, Portugal, Irlanda, Grecia, Eslovenia y Luxemburgo- reclaman estas emisiones argumentando que esta crisis ha sido provocada por una causa externa y afecta a todos los países, lo que no fue el caso en 2008.
Otras medidas
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró tras la cumbre que los coronabonos no son una "opción compartida" por su país ni por otros Estados miembros, e instó a "evaluar todos los instrumentos" con que ya cuenta la UE. En la misma línea se expresó el primer ministro holandés, Mark Rutte.
Entre esas medidas existentes figuran la suspensión temporal de las normas para controlar la deuda y el déficit públicos o la flexibilización de las reglas sobre ayudas de Estado, para permitir mayor gasto público frente a la pandemia.
Sin embargo, esas medidas benefician en mayor medida a Alemania u Holanda, pues cuentan con superávits que pueden utilizar para aumentar sus inversiones públicas. Por el contrario, España e Italia presentan déficits y unas deudas públicas abultadas que reducen su margen de maniobra.
Por su parte, el presidente de la Eurocámara, el socialdemócrata italiano David Sassoli, ha criticado este viernes "la estrechez de miras y el egoísmo de algunos Gobiernos" y ha vuelto a defender los 'coronabonos'.
España pide no cometer los errores de la crisis de 2008
Por su parte, España ha lamentado este viernes la falta de consenso en la cumbre de los líderes de la UE para hacer frente a la crisis económica propiciada por el coronavirus y ha pedido al resto de países que no den la espalda a los ciudadanos en esta situación y que no se cometan los errores de la crisis de 2008 porque, ha advertido, puede crear "desafección del proyecto europeo".
"No se pueden cometer los mismos errores de la crisis financiera de 2008 cuando se sembraron semillas de desafección del proyecto europeo y provocaron el ascenso del populismo". "Debemos aprender de esa lección", ha subrayado este viernes la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo extraordinario de ministros.
Montero ha recordado que "la UE es sinónimo de solidaridad", por lo que "no puede dar la espalda o los ciudadanos nunca lo perdonarían". "Ahora más que nunca se necesita una Europa fuerte que visibilice que los Estados miembros somos capaces de responder de forma unida y eficaz a esta crisis", ha añadido.
"Esta crisis no se va a resolver si cada país decide actuar por su cuenta" porque la pandemia es "global" y "nos afecta a todos", ha indicado, al tiempo que ha asegurado que espera y confía en que finalmente habrá un acuerdo entre los dirigentes europeos, que volverán a reunirse dentro de quince días.
En este sentido, ha afirmado que el Ejecutivo trabajará de forma "incansable" para que se consensúe un acuerdo a nivel europeo que dé una respuesta "urgente y decidida" a la crisis sanitaria y económica. Y ha asegurado que el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pidió en la cumbre una respuesta "clara, contundente, eficaz y con financiación a medio y largo plazo".
Por ello, ha defendido que haya "coordinación y consenso" para las medidas económicas, fiscales y las relativas a la investigación para el conocimiento de la enfermedad. "No es tiempo de reproches ni de activar ventajismo y oportunismo, es tiempo de acción coordinada y respuesta ágil", ha insistido.