El coronavirus obliga a adaptar algunas de las reglas del Islam
- El rezo colectivo, por ejemplo, se ha cancelado por el cierre de muchas mezquitas
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Los países de mayoría musulmana, tanto de Oriente Medio como de África, afectados por el coronavirus han tenido que adaptar las normas de la religión a las regulaciones establecidas para evitar la expansión de la epidemia. El rezo, segundo pilar más importante del Islam, que se hace cinco veces al día y que en el caso de los varones se lleva a cabo colectivamente en las mezquitas se ha suspendido por el cierre en casi todos los países musulmanes de los lugares de culto y se ha sustituido por el rezo individual en las casas.
En Kuwait, por ejemplo, el llamamiento a la oración (el adan) se ha cambiado por un aviso desde la mezquita para el inicio del rezo en el domicilio, Algo, cuyo único precedente se remonta a tiempos del Profeta Mahoma cuando hubo en Meca grandes inundaciones por fuertes tormentas.
Normas adaptadas
Aunque en la mayoría de los países la población ha respetado las normas, estudiosos del Islam tuvieron que justificar también el cierre de mezquitas frente a algunos fanáticos que se oponían, con dichos del profeta Mahoma como: 'Mantener la vida humana es lo más importante'. Otros hadices o dichos del profeta se utilizan también para convencer a los más reticentes a observar la cuarentena: “Si escuchan que hay una plaga en una tierra que no entren en ella y si ya han entrado, que no salgan de ella.”
En Irán uno de los países más afectados por el coronavirus se prohibió hasta con penas de cárcel la práctica de los chiíes de besar las puertas de santuarios. En países como Argelia, Marruecos o Senegal se han suspendido también todos los festivales de cánticos religiosos previstos para estas fechas.
Otra histórica medida en el Islam ha sido suspender la Omra, peregrinación a Meca que, se lleva a cabo en cualquier época del año y que fue decidida por las autoridades de Arabia Saudí como custodio de los lugares santos. Tampoco se descarta que se anule la gran peregrinación o Hajj que se hace después de la fiesta del Sacrificio, y que este año estaba prevista para el mes de julio.
Pero, la inhumación de cadáveres ha sido lo que ha planteado el mayor problema para los musulmanes desde que comenzaron los primeros fallecimientos a causa de este virus. La religión musulmana no permite la incineración de los cadáveres y el contagio del virus impide las tradicionales ceremonias de lavado y amortajamiento del cadáver.
El presidente del Consejo Regional de Ulemas de la ciudad marroquí de Timara, Lahcen Sguenfel, aseguró a Efe que en casos de epidemias como este se puede evitar tanto el lavado como el amortajamiento de un cadáver, y se pueden sepultar en un ataúd sin ninguna ceremonia funeraria.
Los entierros islámicos en tiempos de coronavirus
Los musulmanes deben ser enterrados rápidamente después de la muerte, envueltos en una sábana blanca, mirando a Meca y directamente en la tierra. Pero estas prácticas se hacen imposibles en estos momentos. Por tanto, las víctimas de las epidemias son consideradas como “Mártires” la religión contempla que los mártires son ya puros a la hora de su muerte y por tanto, no necesitan ninguna ceremonia previa de purificación.
En la ciudad iraní de Qom, las autoridades aseguraron que los entierros se demoraban por la tardanza en realizar las pruebas para detectar la muerte provocada por el virus. En esta ciudad donde se ha producido un elevado número de víctimas por corona virus, se suprimieron todas las ceremonias en los entierros, así como la presencia de familiares y las autoridades abrieron unas fosas en los cementerios con mucha más profundidad de lo normal.
Para muchos musulmanes que han llegado como emigrantes a algunos países occidentales como el caso de muchos marroquíes a España, el problema es mayor, ya que a los pocos cementerios musulmanes existentes, se une la imposibilidad ahora de la repatriación de cadáveres. Cuando falta menos de un mes para la celebración del mes de Ramadán o mes de ayuno, muchos se preguntan cómo variaran también las normas de esta ceremonia que tiene en la comunidad, la unión de las familias y el compartir, sus principales fundamentos.