El mundo celebra una Semana Santa atípica y sin fieles por el coronavirus
- El papa celebra la tradicional misa del Domingo de Ramos en el interior de la basílica de San Pedro y sin fieles
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La crisis del coronavirus ha provocado la suspensión de las procesiones y los actos de Semana Santa en buena parte del mundo este Domingo de Ramos, en el que la Iglesia católica ha optado por internet y las retransmisiones de misas online para mantener la tradición.
En el Vaticano, el papa Francisco ha celebrado una misa sin fieles en el interior de la Basílica de San Pedro y no en la plaza vaticana, como es habitual. Solo un grupo reducido de religiosos han acompañado al pontífice, respetando en todo momento la distancia de seguridad. La liturgia se ha celebrado en el altar de la Cátedra y no bajo el baldaquino.
"El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor. De este modo, en casa, en estos días santos pongámonos ante el Crucificado, que es la medida del amor que Dios nos tiene", ha dicho Francisco durante la homilía.
También ha enviado un mensaje a los más jóvenes: "Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás".
El Vaticano ha cancelado la misa Crismal del Jueves Santo en la que se bendicen los santos óleos que servirán a lo largo del año para impartir los sacramentos.
Francisco sí oficiará la misa de Jueves Santo, pero no el tradicional lavado de los pies que solía hacer en centros de acogida de migrantes o en las cárceles.
También habrá una misa el Viernes Santo, como el día anterior en el interior de la Basílica, pero el Via Crucis se celebrará en la plaza de San Pedro y no en el Coliseo, donde se realizaba ininterrumpidamente desde 1964.
Tampoco habrá fieles en la Vigilia Pascual del Sábado ni en la misa de Resurrección del domingo, tras la cual Francisco impartirá la bendición Urbi et Orbi.
Iglesias vacías en Jerusalén y Filipinas
En Jerusalén (Israel), donde según la tradición cristiana tuvo lugar la entrada triunfal de Jesús que se conmemora este Domingo de Ramos, las calles están vacías. La situación, al margen de los sentimientos de los fieles, está teniendo un enorme perjuicio económico, debido al impacto que tiene habitualmente el turismo religioso y la Semana Santa para los pequeños comerciantes, que han tenido que echar el cierre.
Las iglesias de la ciudad están cerradas al culto y algunos sacerdotes, pertrechados con máscaras quirúrgicas y guantes, han realizado visitas a domicilio para repartir ramas de olivo y bendiciones a los cristianos que se encuentran confiandos por la pandemia.
En Filipinas las multitudinarias procesiones se han suspendido por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial y sus fieles han celebrado este inicio de la Semana Santa rezando en casa y conectándose a misas online para cumplir la cuarentena por la pandemia de la COVID-19.
Ante la estricta cuarentena que rige en casi todas las islas del país, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP, en inglés) ha instado a sus fieles a celebrar el Domingo de Ramos confinados en el hogar y seguir las actividades litúrgicas "virtualmente", por radio, televisión o internet.
A pesar de las normas gubernamentales, algunos fieles se acercaron a las principales iglesias de Manila, como la Catedral o la Basílica de Quiapo -las que más devotos congregan cada domingo- para rezar con hojas de palma frente a sus portones cerrados.
Con más de 90 millones de fieles, Filipinas es el país con más católicos de Asia -más del 80 % de su población- y el tercero del mundo, solo detrás de Brasil y México.
La Semana Santa es la fiesta más célebre del calendario litúrgico filipino, cuando millones de personas se desplazan por el país para cumplir con la tradición centenaria 'Visita Iglesia', un periplo por al menos siete iglesias que este año no podrá llevarse a cabo con todas los templos del país cerrados a cal y canto.