Un ex soldado, condenado a 23 años por el asesino del periodista eslovaco Jan Kuciak y su novia
- El periodista fue tiroteado en febrero de 2018 por investigar las relaciones del crimen organizado con el poder
- El autor material de doble asesinato es Miroslav Marcek, un antiguo soldado que confesó el crimen durante el juicio
Un tribunal eslovaco ha condenado a 23 años de cárcel al asesino de Jan Kuciak, el periodista de investigación tiroteado en febrero de 2018, junto a su novia, por investigar las relaciones del crimen organizado con el poder, informó la emisora TA3.
El condenado es Miroslav Marcek, un antiguo soldado que había confesado el crimen durante el juicio.
En un proceso aparte están acusadas otras tres personas, entre ellos un conocido empresario al que la Fiscalía responsabiliza de haber encargado el asesinato.
"El tribunal ha visto brutalidad, crueldad, sangre fría en el asesinato de (la novia de Kuciak, Martina) Kusnisova", ha declarado Ruzena Sabova, la magistrada del Tribunal Especial que ha tratado el caso.
El autor material de doble asesinato, que se declaró culpable en el arranque del proceso en febrero pasado, ha tenido un juicio aparte del resto de los acusados.
Los otros acusados son el expolicía Tomás Szabó, primo de Marcek, acusado también de la autoría material; Alena Zsuzsová, considerada intermediaria, y Marian Kocner, un controvertido empresario cuyos vínculos con el crimen organizado denunció Kuciak antes de ser asesinado y que se cree que fue quien encargó el crimen.
Las audiencias previstas en el juicio contra estos tres acusados se han visto interrumpidas de momento por la crisis del coronavirus.
Las piezas imprescindibles de la trama
En su lectura del veredicto sobre Marcek, la magistrada ha mencionado hoy a Zsuzsová y Kocner como importantes piezas de esta trama criminal.
La jueza también ha justificado la pena de 23 años debido a que la víctima "quería limpiar a Eslovaquia de la corrupción reinante".
La Fiscalía, que había pedido 25 años de prisión, ha recurrido la sentencia.
La muerte violente de Kuciak desencadenó una de las mayores crisis políticas de la democracia eslovaquia y despertó temores en amplios sectores de la sociedad, que vieron connivencia con el crimen organizado y bloqueo de una investigación ágil y transparente.
Esa crisis de confianza llevó a la caída del poderoso primer ministro socialdemócrata Robert Fico, junto con su ministro de Interior y el jefe de la Policía, pocas semanas después del crimen.
Kuciak, asesinado en su casa en febrero de 2018 a balazos junto a su novia, Martina Kushinova, estaba investigando vínculos de la mafia con altos cargos del Gobierno de Eslovaquia, un país excomunista miembro de la Unión Europea desde 2004.