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Coronavirus

El rastro virtual de la pandemia: "Hay que vigilar al virus, no a los ciudadanos"

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Un ciudadano escanea un código QR con su teléfono móvil enuna estación de metro en Wuhan, provincia de Hubei, en China
Un ciudadano escanea un código QR con su teléfono móvil enuna estación de metro en Wuhan, provincia de Hubei, en China.

A la espera de un antídoto contra el coronavirus COVID-19, el objetivo inmediato es intentar frenar su expansión y, para ello, los primeros recursos son los controles físicos y sanitarios. A ellos se suma en varios países el control, la vigilancia virtual. Se estima que unos 40 países utilizan los sistemas de localización de los móviles y aplicaciones para vigilar las cuarentenas o seguir los movimientos y contactos personales. China, Hong Kong, Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Rusia, Israel, Estados Unidos. La Unión Europea, España… también.

Ocho grandes operadores europeos, entre ellos Telefónica, van a proporcionar a la Comisión Europea datos de la localización de sus clientes de telefonía móvil. El objetivo es facilitar el seguimiento de la expansión del coronavirus.

¿Qué se está haciendo en España?

En España, el Ministerio de Sanidad ha aprobado además el DataCovid-19. Su objetivo, según la Orden del 27 de marzo del Ministerio de Sanidad publicada en el BOE, es "contar con información real sobre la movilidad de las personas en los días previos y durante el confinamiento". El objetivo es entender los desplazamientos de población para ver cómo de dimensionadas están las capacidades sanitarias en cada provincia.

El modelo, similar al empleado por el Instituto Nacional de Estadística en un estudio iniciado en noviembre del pasado año, analizará la movilidad de las personas antes y durante el confinamiento y se servirá del "cruce de datos de los operadores móviles, de manera agregada y anonimizada".

Todo ello, se indica, cumpliendo con lo dispuesto en el reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo sobre la protección y libre circulación de datos de las personas física y su tratamiento.

La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, a cuyo frente está Carme Artigas, una gran experta en Big Data, se encargará de su desarrollo, así como de otras dos aplicaciones. Una de autoevaluación, en la que el usuario recibirá recomendaciones según los síntomas y datos médicos que comunique. Esta aplicación utiliza la geolocalización de forma "opcional", según el Gobierno para verificar que se encuentra en la comunidad autónoma que declara. La segunda aplicación es un chatbot, un asistente de conversación, que proporciona información oficial a las preguntas y dudas de los ciudadanos.

El seguimiento virtual, ¿es útil para frenar la pandemia?

Según la periodista y especialista en nuevas tecnologías Marta Peirano, "no tiene ningún sentido el seguimiento general de la cuarentena mediante los móviles cuando se desconoce si están o no infectados. Lo que estás haciendo, entonces, no es vigilar al virus, sino a los ciudadanos".

"El proyecto - añade - solo sirve para saber quién cumple la cuarentena, no para saber quién está o no infectado. Esto tiene muchas consecuencias, no solo la pérdida de derechos, más propia, diríamos, de un estado de excepción que de un estado de alarma, sino que tampoco podemos estudiar al virus, ya que no sabemos quién está infectado y quién no. Entonces parece una medida bastante antidemocrática y con poco sentido".

Como ejemplo de eficiencia tecnológica para frenar la expansión del Covid-19, señala a Corea del Sur, cuya estrategia ha sido muy distinta. No se basó en la "vigilancia invisible de la ciudadanía", sino en una información consistente, en datos, siendo fundamentales los proporcionados por los test. Estos han sido la clave para detectar a los portadores del virus y la posible cadena de contagios.

Según Marta Peirano, "antes de tomar las medidas más cercanas a la vigilancia, antes de implementar un sistema de vigilancia, implementaron un sistema de vigilancia del virus. Es el país que más personas ha testado, no solo a las personas que muestran síntomas, sino también a las que no".

"El gobierno surcoreano -explica Peirano- creó una red muy densa y muy efectiva de operativos que han ido a testar. Y segundo, no habilitaron una red de vigilancia para saber qué ciudadanos estaban en sus casas, sino que crearon un sistema de avisos para las personas que habían sido infectadas por coronavirus y que habían dado positivo en los test y generaban un sistema de aviso al resto de la población de que podía haber estado en contacto con ellos, para que las personas potencialmente infectadas fueran a hacerse los test”.

Marta Peirano pone a Corea del Sur como ejemplo en la lucha tecnológica contra el coronavirus

¿Están protegidos nuestros datos personales?

Aunque las autoridades españolas y europeas subrayan que sus aplicaciones cumplen con el Reglamento Europeo de Protección de Datos, se han disparado las alarmas. La vigilancia digital puede vulnerar derechos humanos básicos.

​El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido que uno de los riesgos es que el COVID-19 “cree mecanismos de control de las sociedades que pueden ayudar a dictaduras”.

Por su parte, en una declaración conjunta, un centenar de ONG de todo el mundo, entre ellas Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han advertido también de que los nuevos instrumentos tecnológicos de vigilancia y seguimiento digital "no deben servir para encubrir el inicio de una nueva era marcada por una enorme expansión de los sistemas de vigilancia digital invasiva".