El cardenal Pell queda en libertad tras anularse su condena por pederastia
- El Supremo australiano anuló la condena porque "las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel requerido"
- Fue condenado a seis años de prisión en marzo de 2019 por cinco cargos de abusos sexuales
El cardenal australiano y extesorero del Vaticano George Pell fue puesto en libertad este martes tras ganar su recurso de apelación ante la máxima instancia judicial de Australia después de haber sido condenado a seis años de cárcel por cinco cargos de abusos sexuales a menores en los años noventa.
La máxima instancia judicial de Australia ha anulado la condena de prisión impuesta contra el cardenal George Pell, al considerar que existió "una posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada porque las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel de prueba requerido", según la decisión, que ya no puede ser recurrida.
Tras conocerse el fallo, emitido pocos días antes de la Semana Santa, el cardenal de 78 años ha abandonado la prisión de Barwon, a unos 68 kilómetros al sur de la ciudad de Melbourne, y ha sido trasladado a un monasterio cercano a la capital del estado de Victoria, según la agencia local AAP.
El ex número tres del Vaticano, la figura de mayor rango en la jerarquía de la Iglesia católica que ha comparecido ante un tribunal por acusaciones de pederastia, siempre mantuvo su inocencia y, tras ser liberado, no ha hecho declaraciones a la prensa.
El caso por pederastia contra el exministro de Finanzas del Vaticano, puesto considerado como el número tres de la Santa Sede, se basó en el testimonio de una de las dos víctimas, quien le denunció en 2014 después de que la otra supuesta víctima de abusos muriera de una sobredosis.
Fin a la batalla legal
La decisión del Tribunal Superior pone fin a una batalla legal que dio comienzo cuando la Policía del estado de Victoria acusó a Pell en 2017 de dos casos de pederastia: uno contra dos niños, "J" y "R", en la catedral de St Patrick de Melbourne en 1996 y 1997, y otro por abusos en la ciudad de Ballarat en la década de 1970, que después fue desestimado.
Pese a la absolución, Pell habrá de enfrentarse a un proceso civil presentado por el padre de una de sus presuntas víctimas, que murió de una sobredosis de drogas, por el impacto que los hechos tuvieron en su vida.
Días antes del fallo del Tribunal Superior, la cadena local ABC difundió dos nuevos testimonios de presuntas víctimas de pederastia de Pell en Ballarat, su ciudad natal, que están relacionados con la causa archivada.
El fallo de este martes también allana el camino para que se levanten las restricciones a la publicación de varias secciones del informe final de la Comisión gubernamental que investigó la respuesta de las instituciones a los abusos sexuales a menores en Australia vinculados con Pell. Pero eso "puede retrasarse varias semanas", según dijo el fiscal general, Christian Porter, a reporteros en Camberra.
"Dudas razonables" sobre la culpabilidad del cardenal
La duda razonable es el punto central del fallo final que pone fin al caso, cuya acusación se había apoyado fundamentalmente en el testimonio de "J", quien aseguró que Pell, entre otras agresiones, lo había penetrado oralmente frente a "R".
La defensa del cardenal de 78 años alegaba que era imposible que dichos hechos pudieran haber ocurrido debido, entre otros factores, a la falta de oportunidad, ya que el entonces Arzobispo de Melbourne estaba siempre acompañado, el tráfico en la sacristía donde suspuestamente ocurrieron los hechos era constante y a que el peso del traje ritual que llevaba el acusado lo habría impedido.
El equipo de abogados de Pell, liderado por Bret Walker, ha argumentado que la decisión de los jueces del Tribunal Superior del estado de Victoria, que ratificaron el pasado mes de agosto la sentencia emitida por un juez de una instancia inferior tras ser declarado culpable por un jurado, no iba más allá de toda duda razonable.
Según la defensa, los dos jueces que ratificaron la condena (mientras otro optó por revertirla) cometieron un error al requerir que Pell demostrara su inocencia frente a los delitos que se le atribuyen.
El Tribunal Superior considera, además, que el jurado "debería haber dudado sobre la culpabilidad del demandado con respecto a cada uno de los delitos por los que fue condenado".
Pell fuecondenado a seis años de prisión en marzo de 2019 por cinco cargos de abusos sexuales, incluyendo uno por penetración oral, cometido contra dos niños del coro de la Catedral St Patrick's en 1996 y 1997, cuando era arzobispo de Melbourne.
Esta semana, la cadena local ABC difundió dos nuevos testimonios de presuntas víctimas de abusos sexuales de Pell que están relacionados con una causa que quedó archivada sobre las denuncias formuladas contra el cardenal y que se remontan a la década de 1970, cuando éste era sacerdote en su ciudad natal de Ballarat, en el sur de Australia
Cardenal Pell: "No quiero que mi absolución añada más dolor"
La abogada Lisa Flynn, quien representa al padre de la víctima fallecida, ha dicho que su cliente está furioso al ver "que el hombre que cree es responsable de abusar sexualmente de su hijo fuera condenado de forma unánime por un jurado para que después se revierta esa decisión y se le permita salir en libertad".
"Nuestro cliente tiene el corazón roto por la víctima superviviente que se jugó el cuello al presentarse para contar su historia pero que al final se vio defraudado por un proceso legal que le obligó a revivir su dolor y su trauma sin ningún beneficio", ha agregado la letrada.
El cardenal, por su parte, ha pedido que la decisión no añada más "dolor y amargura" a la que ya sienten las víctimas de abusos sexuales. "He mantenido de forma consistente mi inocencia mientras sufrí una grave injusticia y esto ha sido resuelto por la decisión unánime del Tribunal Superior", ha dicho Pell en un comunicado emitido antes de su inminente puesta en libertad.
El exjefe de las Finanzas del Vaticano ha remarcado que su proceso se centró en los crímenes que le atribuyeron y que no cometió, y no se trató de "un referendo sobre la Iglesia Católica ni cómo las autoridades eclesiásticas en Australia abordaron los crímenes de pedofilia dentro de la Iglesia".
Por otro lado, el presidente de la Conferencia Australiana de Obispos Católicos, Mark Coleridge, ha expresado en un comunicado que, si bien muchas personas celebrarán su puesta en libertad, la Iglesia también reconoce que la decisión será "devastadora para otras".
"Este resultado no cambia el compromiso inquebrantable de la Iglesia con la seguridad de los niños y con la respuesta justa y compasiva con los supervivientes y las víctimas de pederastia", ha precisado Coleridge.