La ONU alerta de que cientos de miles de niños pueden morir por las consecuencias indirectas de la pandemia de COVID-19
- Advierten de una triple amenaza: infección, crisis socioeconómica y demora en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
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La recesión económica provocada por la pandemia de coronavirus puede acabar, de manera indirecta, con las vidas de cientos de miles de niños y otras decenas de millones podrían caer en la pobreza, según ha alertado este jueves la ONU.
Naciones Unidas ha publicado un informe en el que advierte de las consecuencias que tendrán el cierre de escuelas, la saturación de hospitales y clínicas y, sobre todo, la crisis económica para los menores. En torno a 369 millones de niños de 143 países, que dependen habitualmente de los comedores escolares como principal fuente alimenticia, se verán obligados a buscarla ahora en otros lugares.
"Debemos actuar ya sobre estas amenazas", ha dicho el secretario general de la organización, Antonio Guterres. "Los líderes mundiales deben hacer todo lo que esté en su poder por amortiguar el impacto de la pandemia. Lo que empezó como una emergencia de salud pública se ha convertido en una inmensa prueba para la promesa internacinoal de no dejar a nadie atrás".
Si bien los estudios han demostrado que la infección por coronavirus afecta en menor medida a los niños, cuyos síntomas suelen ser más suaves, el informe de Naciones Unidas advierte de que sus consecuencias económicas a nivel mundial pueden revertir la tendencia de los últimos años de reducción de la mortalidad infantil. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya pronosticó que la pandemia causará la mayor crisis desde la Gran Depresión.
Los efectos no serán equitativos para todos
El estudio publicado por la ONU apunta a una triple amenaza de esta crisis hacia los menores: "la infección causada por el propio virus, los inmediatos impactos socioeconómicos que causan las medidas para detener la transmisión del virus y los potenciales efectos a largo plazo en la demora de la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización".
Según las estimaciones de la organización, entre 42 y 66 millones de niños podrían caer este año a una situación de extrema pobreza, uniéndose a los alrededor de 386 millones que ya estaban en 2019. Su secretario general ha recordado que la lucha contra el COVID-19 es mucho más complicada para los menores que viven en barrios marginales, en campamentos de refugiados, o los que están en zonas de conflicto. También para los niños con discapacidades o los que están recluidos en instituciones y centros de detención.
"Los efectos nocivos de esta pandemia no se distribuirán de manera equitativa, sino que se prevé que serán más perjudiciales para los niños de los países más pobres y de los barrios más pobres, así como para los que ya están en situación de desventaja o vulnerabilidad", afirma Guterres en el informe.
La organización destaca cinco maneras en que se verán afectados los niños más desfavorecidos: caerán en la pobreza, verán impedido su aprendizaje, la crisis amenazará su supervivencia y su salud, pondrá en riesgo su alimentación y será un peligro para su seguridad.
Dada la situación, la ONU urge a los líderes mundiales a establecer medidas para ampliar la asistencia social a las familias, garantizar alimentos para todos los menores, priorizar la continuación de vacunaciones y atención pediátrica y proteger especialmente a la infancia más vulnerable: migrantes, refugiados y huérfanos