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Coronavirus

Los límites del confinamiento: los contagios de coronavirus persisten en domicilios, residencias y centros sanitarios

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Una trabajadora de la residencia Las Praderas, en Pozuelo de Alarcón, charla con una de las internas, ambas ataviadas con mascarillas para protegerse del coronavirus
Una trabajadora de la residencia Las Praderas, en Pozuelo de Alarcón, charla con una de las internas, ambas ataviadas con mascarillas.

Cinco semanas después de que los españoles se recluyeran en sus casas por el coronavirus, el confinamiento ha conseguido frenar los contagios y disminuir la presión asistencial, pero el COVID-19 se sigue expandiendo sin pausa, con un incremento diario de los casos que se ha estabilizado cerca del 3%, un crecimiento que responde a que la transmisión del virus persiste en los focos donde la distancia social es inviable y que los expertos consultados por RTVE.es sitúan, sobre todo, en los centros sanitarios, en las residencias de mayores y en los propios domicilios de los ciudadanos.

Y es que, a pesar de la confusión que reina en torno a los datos que ofrecen el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas -el Gobierno reconoció este viernes "distorsiones" que hacían que los datos de infectados, fallecidos y recuperados no fueran directamente comparables con los del día anterior y admite que llevará varios días reconstruir las series-, los especialistas coinciden en que el pico de contagios se ha superado y la tendencia es a una disminución de la incidencia de la enfermedad.

"Hay un patrón general de claro descenso y la tasa de transmisión ha bajado", recalca el epidemiólogo Joan Ramón Villalbí, miembro de la junta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). "Hay una tendencia general hacia una disminución, no de una manera homogénea, sino heterogénea" en función de las regiones, abunda Eduardo Briones, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología, que combate el virus desde la Unidad de Salud Pública de Sevilla, en el Servicio Andaluz de Salud.

España ha tenido en las últimas tres jornadas, una vez superado el efecto estadístico de la Semana Santa, más de 5.000 nuevos casos diarios, a un ritmo de transmisión que está por debajo del 3 % cada día, lejos de los crecimientos superiores al 30 % que se registraron a mediados de marzo e incluso de los del 10 % que aún se anotaban a finales de ese mes, después de dos semanas de confinamiento.

La curva de contagios se estabiliza tras superar el pico

La situación, sin embargo, difiere entre unas comunidades y otras: aunque la mayoría ha rebajado sus cifras máximas de contagios y están en tasas que rondan el dos por ciento, en algunas está siendo difícil rebajar la curva a niveles reducidos. Un caso paradigmático es Castilla y León, el cuarto foco en cuanto a infectados y fallecidos, que todos los días se anota más de 500 casos y cuya tasa diaria de contagios se mueve en torno al cuatro por ciento.

La tendencia es descendente, pero estamos en una meseta

Es una situación que, con distintos niveles de gravedad, se aprecia en casi todas las regiones: "La tendencia es descendente, pero estamos en una meseta", asegura María Morales, también epidemióloga y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Valencia, que subraya la dificultad de hacer interpretaciones por la falta de datos completos sobre la evolución de la epidemia.

En este sentido, todos los expertos consultados coinciden en que parte del repunte experimentado en los últimos días se debe a la extensión de las pruebas diagnósticas: el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguraba este jueves que se están realizando entre 40.000 y 47.000 tests diarios, frente a los 20.000 previos, de forma que se rozaba ya el millón de tests desde que la epidemia desembarcó en España.

"Si hubiésemos tenido esos tests más tempranamente, los pacientes se hubieran detectado antes, tendrían mejor expectativa y se les habría sacado de la comunidad. Ahora afloran más casos y nos acercamos más a la realidad de la población", señala Morales, quien, pese a todo, asegura que se avanza en la dirección correcta: "Aunque parezca que la curva no baja todo lo que queramos, vamos bien".

Los contagios siguen en casas, hospitales y residencias

Mientras siga habiendo transmisión comunitaria, habrá un descenso de la curva, pero será lento

Briones, en cualquier caso, remarca que la actual evolución de los contagios "en parte se debe a la mayor capacidad diagnóstica y, en parte, a la propia evolución de la epidemia. Mientras siga habiendo transmisión comunitaria, habrá un descenso de la curva, pero será lento. El inicio es más explosivo, pero el aplanamiento es más irregular". Sobre todo, advierte, porque queda abundante población susceptible de infectarse: en Andalucía, por ejemplo, estiman que un 10 % habría contraído el virus, por lo que el resto, que no tiene inmunidad, puede aún caer enfermo.

En ese sentido, los especialistas señalan tres focos principales en los que se siguen produciendo contagios a pesar del confinamiento, dada la dificultad de mantener la distancia social en ellos: los centros sanitarios, con más de 27.500 profesionales ya contagiados; las residencias de ancianos, que se han convertido en una de las principales preocupaciones por su elevada mortalidad, y los propios domicilios de los ciudadanos, donde cohabitan pacientes con síntomas leves o infectados asintomáticos con sus familiares.

"Buena parte de los últimos casos son familiares de enfermos que permanecen en casa, donde el aislamiento es complicado, e internos de residencias de ancianos; eso explica muchos de los casos", indica Joan Ramón Villalbí. La profesora Morales también reconoce que el confinamiento tiene limitaciones: "Aunque estemos aislados, hay un contacto mínimo, pero que existe: vamos al supermercado, recibimos paquetes... No es un aislamiento total. Y es un virus tremendamente contagioso", recuerda.

Es una situación similar a la de Italia, donde también está costando rebajar la cifra de contagios diarios una vez superado el pico en regiones como Lombardía, algo que los expertos también achacan a las infecciones en las residencias, los hospitales y los domicilios particulares. Las autoridades italianas admiten, de hecho, que tener a casi 80.000 positivos recuperándose en casa, que equivalen al 73% de los casos activos, está produciendo nuevos contagios.

Ritmo reproductivo básico del COVID-19 en España y en las comunidades autónomas, a 17 de abril

Ritmo reproductivo básico del COVID-19 en España y en las comunidades autónomas, a 17 de abril - CENTRO NACIONAL DE EPIDEMIOLOGÍA / INSTITUTO DE SALUD CARLOS III

El ritmo reproductivo interrumpe su caída

En España, esa persistencia en los contagios aflora, más allá de los casos detectados, en la estadística sobre el ritmo reproductivo de la enfermedad, es decir, en el número de personas que se infectan a partir de cada paciente: a principios de abril, ese R(0) bajó de uno en el conjunto el país después de haber superado el cinco, lo que implica que cada persona contagiada le transmite la enfermedad a menos de una persona más, lo que, a la larga, hace remitir la epidemia. De la misma forma, en casi todas las comunidades, unas antes y otras después, han conseguido romper ese umbral.

Sin embargo, según las cifras que publica diariamente el Centro Nacional de Epidemiología, en casi todas se ha estabilizado y ha dejado de bajar. Incluso, en algunas vuelve a estar por encima de uno, como en Murcia, Extremadura, La Rioja, Aragón y Asturias, aunque en este indicador también influye el número de tests realizados, lo que puede explicar parte de esa evolución.

La idea es que seamos capaces de evitar la transmisión con medidas más focalizadas, no tan groseras como estar encerrados

Por eso, los expertos señalan que es necesario ser prudentes de cara a la futura desescalada en el confinamiento: "La idea es que seamos capaces de evitar la transmisión del coronavirus con medidas más focalizadas, no tan groseras como estar encerrados", apunta Villalbí, que subraya el "dilema" que representa elegir momento adecuado para "que el confinamiento no tenga un impacto tan destructivo, unos costes sociales y económicos tan grandes, y controlar la transmisión".

María Morales, que fue una de los 69 científicos firmantes del Informe Covid exigiendo al Gobierno un confinamiento total para evitar la expansión de la enfermedad antes de que el Ejecutivo decidiera suspender las actividades no esenciales durante dos semanas, también cree que se debe pensar ya en recuperar la normalidad: "La sociedad lo necesita, esto afecta a mucha gente, pero se debe hacer con seguridad".

¿Puede un paciente curado de coronavirus volver a dar positivo?

Pisar sobre suelo firme para la desescalada

Para ello, los especialistas señalan en la necesidad de multiplicar los tests, para localizar cuanto antes a los posibles contagiados. "Cuando la incidencia sea lo suficientemente baja, se podrá controlar a todos los contactos de los infectados", asegura Eduardo Briones, que cree que en Andalucía eso será posible "en dos o tres semanas", aunque en otras regiones quizás lleve más tiempo.

"Controlar los contactos de cada caso será muy importante para la salida del confinamiento", añade Villabí, que insiste en que "para garantizar la salud pública, habrá que investigar cada caso y su entorno a mucha mayor escala y con mucha mayor intensidad". Eso incluye la vigilancia de los focos de infección, como las residencias.

Morales también señala la necesidad de establecer medidas de protección adecuada, como el uso de mascarillas y geles higienizantes, especialmente en el ámbito laboral. "En los centros de trabajo", coincide Briones, "existe el riesgo de transmisión si no se cumple la distancia social, el lavado de manos... estas semanas se irá viendo", tras la reanudación de las actividades no esenciales, como la construcción.

El especialista del Servicio Andaluz de Salud avisa, en este sentido, que "las posibilidades de un rebrote son amplias. Yo el desconfinamiento lo veo muy paso a paso, sobre seguro". Los ciudadanos, por lo tanto, tendrán que tener paciencia y seguir recluidos, aunque sea parcialmente, algunas semanas más aunque María Morales lanza un mensaje esperanzador: "El esfuerzo ímprobo de la gente está mereciendo la pena".