Whatsapp, cuarentena y pequeños productores, ¿la solución para la distribución o un problema por exceso de difusión?
- Muchos se han visto desbordados cuando han ofrecido distribuir sus productos
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La crisis del coronavirus ha supuesto un revés para muchos agricultores y ganaderos. Desde los problemas para encontrar jornaleros para la campaña de primavera, a la distribución y venta de productos, han sido preocupaciones que se han sumado a la pandemia y el confinamiento.
Algunos han intentado reinventarse, asumiendo la distribución directa al cliente de productos de primera necesidad, y recurriendo a las vías de comunicación disponibles. En muchos casos las mismas que el resto de la población: Whatsapp.
Los mensajes con el contacto de productores de alimentación se han difundido por la aplicación de mensajería instantánea entre bulos y memes. La mayoría de ellos de forma local, pero en otras ocasiones los mensajes se han viralizado ahogando la capacidad de los productores implicados.
En la última semana dos casos se han popularizado: uno relacionado con la venta de cordero, y otro sobre espárragos. Precisamente dos sectores que el propio ministro de Agricultura Luis Planas ha señalado como los más afectados. Aun siendo diferentes sus circunstancias, reúnen características similares: mensajes que exceden su ámbito local y cuya respuesta abruma a los agricultores.
Un mensaje de ayuda que llega hasta Texas
“El cierre de restaurantes y hoteles ha provocado una bajada en las ventas y estamos viéndonos obligados a sacrificar nuestros animales, mientras se siguen vendiendo carnes de otros lugares en los supermercados. Os pedimos ayuda”. Este texto es parte del mensaje de Cristina, una ganadera que ha tenido que dejar de atender pedidos por Whatsapp porque “nos han llegado peticiones hasta de Texas”, cuenta a Verifica RTVE.
Aunque se muestra agradecida por la acogida, lo cierto es que están desbordados de la cantidad de pedidos que les llegan a estos productores madrileños. “Estamos aprendiendo mucho sobre códigos postales de Madrid”, comenta Cristina con humor.
Asumir la distribución es, en muchos casos, un reto para los pequeños productores, que deben integrarla en su dinámica semanal. “Podéis hacernos los pedidos hasta los lunes, el martes los preparamos y os los entregan a partir del miércoles”, reza el final del mensaje que se ha compartido sin control.
Lo curioso del caso es que si miramos en Google Trends, la mayoría de las búsquedas asociadas a este caso llevan también la palabra ‘bulo’, como si la posibilidad de recibir cordero en casa durante la pandemia fuese demasiado buena para ser verdad.
La ética del consumidor en entredicho
Otro caso que se ha compartido más allá de sus límites geográficos es el de tres pequeños productores de una zona rural de Granada.
“Ese mensaje comenzó por un amigo que me preguntó si podría hacerles una oferta específica para sus vecinos. Le dije que sí, que si me iban a pedir muchos al ser el mismo barrio, sí” cuenta Juan López, que temía quedarse con su cosecha de espárragos colgada.
Diez días después de aquel mensaje, y con toda la cosecha vendida gracias a sus vecinos, Juan seguía recibiendo hasta 600 mensajes diarios, a cualquier hora del día.
“Cuando les digo que solo reparto a mi pueblo de Granada hay gente que se enfada. Nos dicen: “Entonces no estaréis tan faltos”. Por eso, pienso que muchos no es por solidaridad, sino por pescar en río revuelto, por rapiñar. Por aprovecharse de que los espárragos están baratos para exigir al agricultor que me lleve una caja a mi casa”, se lamenta Juan.
¿Hacia un nuevo modelo?
Lo cierto es que, más allá de quienes se quieran aprovechar de las circunstancias, las iniciativas de los pequeños productores son para parte de la población de riesgo una solución al abastecimiento en tiempos de confinamiento.
Es sobre todo en ciudades de tamaño medio o pequeño donde los comercios y productores tienen más fácil hacer llegar sus productos al consumidor y este servicio se está realizando con éxito.
El problema sucede cuando la difusión de su servicio se hace sin un contexto o unas instrucciones básicas. Ahí es cuando, aun sin serlo, se convierte en un bulo o un meme. Desde Verifica RTVE recomendamos a todos aquellos productores que decidan lanzarse a distribuir sus productos, que elijan un canal por el que puedan responder a la demanda (si es un número de móvil o Whatsapp, que no sea el personal), y que dejen claras tanto la zona de influencia como los horarios de atención, para evitar que el éxito les desborde en una labor tan necesaria para ellos como para sus clientes.