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Coronavirus

El confinamiento por el coronavirus desborda los centros de acogida de migrantes en Ceuta

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La cuarentena de la migración desborda a Ceuta

El Gobierno de Ceuta ha trasladado a un centenar de menores extranjeros a una explanada habilitada con tiendas de campaña y módulos en donde tendrán que vivir temporalmente. Ya estaban alojados en el centro de menores La Esperanza, pero no se contaba con que el número de residentes sobrepasase los 400, así que, para descongestionarlo y cumplir con las distancias de seguridad, ha sido necesario reubicar a parte de ellos.

Además, las autoridades, con ayuda del Ejército, han preparado como albergue el polideportivo Santa Amelia para acoger a todos los menores que viven sin tutela en las calles y confinarlos. A pesar del estado de alarma continuaban circulando por la ciudad, por eso la Delegación del Gobierno, del PSOE, y el Gobierno de la ciudad autónoma, del PP, trabajaron conjuntamente para reunir a estos jóvenes.

La necesidad de ponerlos en cuarentena para evitar la propagación del virus supuso una ardua labor para las fuerzas de seguridad. Policía y Guardia Civil, junto con la Cruz Roja, trabajaron durante toda una noche recogiendo a más de cien menores extranjeros no acompañados que no querían ser confinados. Muchos tienen problemas de adicción y saben que estarán vigilados en todo momento para cumplir con las restricciones de movilidad impuestas por el estado de alarma.

Rebajan el número de internos del CETI a 500

La delegación del Gobierno ha trasladado a la Península a un centenar de migrantes adultos que estaban en el Centro de Estancia Temporal. La situación por el coronavirus adelantó la decisión para no saturar el centro y evitar contagios masivos.

Todavía hay 500 personas en el CETI y, aunque su capacidad es de 512 plazas, el espacio, que en situación de normalidad cumpliría con la normativa, es en estos momentos insuficiente para mantener el distanciamiento social establecido por Sanidad para impedir los contagios.

Decenas de transfronterizos atrapados en este lado de la frontera

La ciudad autónoma ha habilitado otro polideportivo (La Libertad) para alojar a cerca de 150 trabajadores transfronterizos bloqueados en Ceuta que Marruecos no deja pasar desde el cierre de la frontera. El Gobierno marroquí decidió cerrar en la madrugada del 13 de marzo los pasos fronterizos con España para impedir la propagación del coronavirus.

Las autoridades marroquíes anunciaron el cierre con tan solo unas horas de antelación y por tiempo indefinido hasta el fin de la pandemia. Muchos magrebíes que llegan a diario a Ceuta para trabajar se quedaron atrapados a este lado de la frontera, sin poder regresar a sus casas y reunirse con sus familias. Algunos se echaron al mar y consiguieron llegar a Marruecos a nado, desafiando la severa vigilancia de la gendarmería.

Con el inicio del Ramadán, la comunidad de la mezquita de Al Umma, en el barrio de El Príncipe, ha ofrecido sus instalaciones a una quincena de estos trabajadores mientras dure el confinamiento. Algunos grupos de la oposición también han pedido a la Iglesia que ceda dos de los edificios que tiene vacíos en la ciudad para acoger a este colectivo, obligado a vivir hasta ahora en un pabellón.

Una ciudad cerrada por tierra, mar y aire

Con el decreto del estado de alarma, Ceuta quedó cerrada a cal y canto por tierra, mar y aire. Se restringieron los barcos exclusivamente al tráfico de mercancías y se suspendieron los helicópteros. Sin ferrys ni vuelos, las conexiones de los ceutíes con la península desaparecieron. La frontera con Marruecos también se cerró unos días antes. El país magrebí tomó la iniciativa en cuanto vio que en España subían los casos por coronavirus.

Ceuta fue la última autonomía en tener un caso por COVID-19. Su situación geográfica, complicada habitualmente, ha sido en esta ocasión favorable para el aislamiento y para contener los contagios. Por el momento se mantiene con una de las tasas más bajas respecto al resto de comunidades.

Pero en la ciudad autónoma no solo se vigilan las cifras del COVID-19, también las de aquellos que llegaron a España con otros sueños y que ahora hay que mantener en cuarentena en las mejores condiciones posibles.