El Siglo de Oro también tuvo señoras de los ingenios
- El Instituto Cervantes comparte Valor, agravio y mujer de Ana Caro de Mallén, una de las principales autoras del Siglo de Oro
- Santa Teresa de Jesús, María de Zayas, Sor Juana Inés de la Cruz y María de Guevara son otras grandes escritoras de la época
Las obras teatrales de capa y espada, de enredos y lances de honor, de damas y caballeros, criados y criadas, aparecidos y soluciones ingeniosas nos traen a la cabeza los nombres de Lope de Vega, Calderón o Tirso de Molina. Pero las damas, además de figurar como protagonistas de estas obras también las escribieron. Es el caso de Ana Caro de Mallén (1590-1646), poeta y dramaturga andaluza coetánea de Cervantes y Góngora y que no les fue a la zaga en ingenio y estilo literario. El Instituto Cervantes comparte con ocasión del día de libro este año de confinamiento su obra Valor, agravio y mujer de forma gratuita.
Ana Caro de Mallén, dramaturga y cronista
Esta obra de teatro está protagonizada por una mujer que no duda en disfrazarse de hombre para defender su honor y sus derechos. Además de teatro y poesía, Ana Caro de Mallén escribía crónicas por encargo.
En palabras de la filóloga Lola Luna, la principal investigadora de la obra de Caro, fue una "escritora de oficio", una de las primeras periodistas de España, lo que contradice la opinión generalizada de los críticos posteriores a estas autoras barrocas de que eran aficionadas ocasionales. Ana Caro se especializó en la relación de sucesos, la crónica de acontecimientos excepcionales: por ejemplo las celebraciones del Corpus Christi en Sevilla o los festejos con motivo de acontecimientos de relevancia para la monarquía en Madrid.
Otra de estas autoras que recibían importantes encargos era Ana de Castro Egas. "Que sepamos fue autora de una sola obra, pero muy interesante. Le encargaron escribir una biografía de Felipe III ensalzando al rey cuando acababa de morir. No se sabe quién le hizo el encargo, pero lo cierto es que la obra comienza con una serie de poemas de autores reconocidos ensalzando al monarca... y a la autora del libro. Incluso Quevedo escribe alabando a Ana de Castro como escritora", dice Soledad Arredondo, profesoera emérita de la Facultad de Filología de la UCM y experta en el Siglo de Oro. Lope de Vega también escribió sobre ella elogiándola. Juntos promovieron la entrada de mujeres en los círculos literarios y académicos.
Damas y monjas
Ana Caro de Mallén era íntima amiga de otra de las grandes del Siglo de Oro, María de Zayas (1590-1661). Participante en las asambleas de escritores de la época, empezó a escribir -o por lo menos a publicar- ya con 46 años. Era una mujer muy culta e irónica y sus contemporáneos ya la consideraban una gran escritora. Sus Novelas Amorosas y Ejemplares han llegado a llamarse el Decamerón español. En ellas, la noble Lisis pide a un grupo de amigas y amigos que le cuenten historias. Serán las primeras historias en las que mujeres relatan los problemas de las mujeres. María de Zayas defendió en sus obras los derechos de las mujeres -como la necesidad de una educación adecuada-, y arremetió contra la doble moral y los matrimonios concertados.
La primera y principal de las intelectuales de la época había sido también una noble, Beatriz Galindo, La Latina (1465-1535), maestra de Isabel la Católica y de sus hijos. Pero muchas religiosas de buena cuna aprovecharon la independencia que les daba el claustro en la época para desarrollar sus dotes intelectuales y literarias. Así, Santa Teresa de Ávila (1515-82) es una de las mayores figuras de la cultura hispana en letras y filosofía y madre de la Iglesia.
La mexicana Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), autora de poesía, autos sacramentales, teatro y prosa también sorprende todavía hoy por lo avanzado de sus ideas, sobre todo en la defensa de la dignidad y los derechos de las mujeres. Su poema más famoso es en el que arremete contra la doble moral de los hombres, que desprecian a las mujeres por fáciles si les aceptan y las acusan de crueles si les rechazan.
"Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis [...]
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana
pues la que más se recata
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana".
"No fueron muchas, pero pueden ser más de las que hoy conocemos", afirma Soledad Arredondo, "porque no se sabe por ejemplo cuántas participaban en las sociedades literarias; pero sí que hubo escritoras con una gran calidad y otras de menor mérito, igual que entre los varones. En todo caso, la sociedad de su época no les facilitaba el dedicarse a la literatura". Sor María de Ágreda, escritora y consejera de Felipe IV, María de Guevara, que también escribía arbitrios políticos para el gobierno de la época, la prosista Luisa de Padilla... son nombres que también merecen aparecer en los libros de literatura española de las escuelas.