La crisis del libro enclaustrado: "Vamos a perder medio año o más"
- El sector editorial cifra sus pérdidas en más de la mitad de las facturación anual
- Solicitan la reapertura de librerías siguiendo protocolos sanitarios
Librerías cerradas, un Sant Jordi reprogramado al 23 de julio y un torrente de ferias aplazadas, empezando por la Feria del Libro de Madrid. Un día del libro enclaustrado. El sector editorial, la principal industria cultural del país, revisa cada semana sus previsiones de pérdidas sin poder anticipar siquiera la salida del túnel. "Vamos a perder medio año o más", estiman de momento.
¿Cuándo y cómo podrán abrir las librerías? El sector mira con envidia a países europeos, algunos castigados por el coronavirus como Italia y Francia, donde el libro es considerado un bien de primera necesidad y solicita la apertura de librerías, aunque sea parcial y definiendo bien el protocolo sanitario necesario.
Como tantas otras, la industria editorial es una cadena y la ruptura de un eslabón supone la caída de todos. El cierre de librerías ha llevado a que los editores aplacen todos sus lanzamientos dos meses -de momento- y los distribuidores no tienen mercancía que colocar.
La Federación Española de Cámaras del Libro (FEDECALI), que aúna a los tres sectores, estima que el comercio interior (ventas en España) sufrirá un descenso del 50% sobre sus ventas anuales (2.400 millones). Y el comercio exterior (fundamentalmente Latinoamérica), entre el 60 y 70% (de 600 millones).
Las editoriales suponen 15.000 empleos directos (y otros 15.000 indirectos). Mientras que distribución y librerías rondan otros 90.000 puestos de trabajo. La cifra de ERTES en el sector no está estimada, aunque la Federación de Gremios de Editores está realizando una encuesta que hará pública la próxima semana.
Las negociaciones con el Gobierno
El martes, el Consejo de Ministros aprobaba la bajada del IVA libro digital el 4%. Era una medida ya esperada desde los presupuestos de 2019 y que en absoluto puede paliar a la crisis del sector: el libro digital supone solo un 5% de las ventas.
“El libro digital, además, no está afectado por la situación”, explica Miguel Barrero, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España. “Sus ventas han aumentado y tenemos datos de que algunas cadenas están duplicando y triplicando ventas, pero hablamos de un volumen pequeño”. Si acaso, la bajada del IVA podría aliviar la piratería, que la Asociación de autores y editores de libros, revistas, periódicos y partitura (CEDRO) estima que se ha triplicado durante el aislamiento.
El meollo está en el 95% restante: el libro analógico, el gran superviviente de la era digital. “Es un sector que, pese a la imagen que se pueda tener, está compuesto por un altísimo porcentaje de pequeñas y medianas empresas, y autónomos: suponen un 70% de las empresas del sector”, explica Barrero. El temor es que muchas de esas pequeñas empresas no puedan afrontar el corto plazo.
Los movimientos en busca de soluciones comenzaron el mismo 14 de marzo, con el estado de la alarma inminente, el sector se reunía con la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura. Luego expusieron sus reclamaciones, sucesivamente, al ministro de Cultura y a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que, según Barrero, les pidió conocer sus peticiones más urgentes.
El sector definió tres: primero, una línea de créditos ICO específica para el sector para salvar la liquidez de muchas empresas que puede que no lleguen al día de las escaladas.
Segundo, la mencionada apertura de las librerías; y tercero, acelerar otra reclamación de hace tiempo: que las bibliotecas puedan comprar a las librerías para abastecerse. “La red de bibliotecas es magnífica, pero lleva años con problemas para abastecer sus fondos”, explica Barrero. El obstáculo es la Ley de Contratos del Sector Público que aprobó el PP e impide a las librerías abastecer a la administración y, por tanto, la medida implica una modificación legislativa.
Las ventas físicas durante el estado de alarma: libros infantiles y ocio cultura
Nuevas iniciativas de compra por internet (como 'Apoya tu librería), así como los canales de venta online ya existentes siguen ofertando libros, pero un contexto en el que hasta comprar alimentos se espacia, tampoco suponen una gran cantidad.
“La gente sigue comprando libros, no en una cantidad para paliar, pero sí está haciendo que la bajada no sea a cero, que quede un pequeño remanente”, explica Barrero. Durante la primera semana se vendían libros infantiles de ejercicios con los que las familias se aprisionaban de elementos para suplir la escuela, pero principalmente se vende ocio cultural.
Temor a no cobrar pagos pendientes de Latinoamérica
La pandemia amenaza doblemente al comercio exterior del sector. Latinoamérica, principal mercado, ya era una región en una situación económica poco saludable. Y la crisis sanitaria crece con un cierto desfase respecto a Europa, pero afecta igualmente.
“Las editoriales grandes tienen su casa correspondiente en América, pero las pequeñas exportan a través de las ferias”, dice Barrero. Y las ferias, como la Bogotá o Buenos Aires, están canceladas. “Una de las grandes amenazas es que no lleguen los pagos pendientes de Latinoamérica”, alerta. Además, existe el peligro que el lazo se corte, porque la reducción de gastos afectará a las partidas de viajes para el año que viene también.
El principal resumen es la incertidumbre: Tenemos dos o tres meses de facturación cero. Y los siguientes no serán comparables con la normalidad, porque la recuperación será progresiva y pausada". Perdido el Día del libro, San Jordi y la Feria de Madrid, la siguiente incógnita es el verano: ¿Existirá? ¿Podremos leer en vacaciones?