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Coronavirus

Baja la presión en los hospitales gallegos por el coronavirus pero preocupa la economía

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Personal sanitario de un hospital de Pontevedra agradece los aplausos de las 20:00
Personal sanitario de un hospital de Pontevedra agradece los aplausos de las 20:00

Los peores momentos en los centros sanitarios gallegos podrían haber quedado atrás pero se mantiene la vigilancia máxima en las residencias de ancianos.

La Xunta ha puesto en marcha un estudio epidemiológico en dos fases para conocer la situación de la pandemia en Galicia. La primera comienza ya y supone que se le va a hacer la prueba del coronavirus a 50.000 gallegos. La segunda se iniciará dentro de un mes y habrá test del COVID-19 para otras 50.000 personas.

Quienes ya se han tenido que someter a las pruebas son 3.000 sanitarios que usaron las mascarillas defectuosas enviadas por el Ministerio de Sanidad. A Galicia han llegado 82.000 y se han distribuido más de la mitad. Por dar positivo, 80 profesionales han tenido que abandonar el frente asistencial para aislarse en casa.

Un total de ochenta sanitarios han abandonado el frente asistencial para aislarse en sus hogares en Galicia

Consecuencias económicas

Con la situación controlada en los hospitales,preocupa la economía. Sectores muy importantes en Galicia como la construcción y el metal recuperan poco a poco la actividad, extremando las medidas de seguridad.

El sector siderúrgico gallego continúa su producción durante el coronavirus

En la automoción las factorías están paradas, con expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE) sobre la mesa. En el turismo, muchos establecimientos temen que este verano no podrán abrir sus puertas.

Dependiendo de lo que dure el confinamiento, las previsiones sobre el impacto en la economía gallega varían. Se estima que podrían destruirse entre 25.000 y 60.000 empleos y que las pérdidas podrían oscilar entre 2.500 y 5.000 millones de euros.

En las inmobiliarias dan el año por perdido. Los locales comerciales está cerrados, la venta de segunda vivienda podría desaparecer, los pisos turísticos vuelven al alquiler tradicional y los de estudiantes echan el cerrojo.

Las consecuencias de lo económico en lo social lleva a que las ONG tengan una actividad frenética. Aumenta el número de familias que necesitan alimentos, por ejemplo, en la cocina económica de A Coruña crece en un 150 % la cifra de usuarios. El economato de Cáritas ha atendido a más de 700 personas estos últimos días.

El banco de alimentos recibe un 50 % más de peticiones

Toca reinventarse

Con este panorama, hay que reinventarse. Es lo que hacen, por ejemplo, doce productores de patata de la comarca ourensana de A Limia. Se han juntado para vender por internet a toda España, nada más y nada menos que cinco millones de kilos que les sobran, debido al cierre de los restaurantes y no dan abasto con las ventas.

Y para ingenio, el de un profesor del colegio público de Baralla, en Lugo. Se comunica con los nueve alumnos que tiene a través de las ondas, por walkie talkie. Así soluciona dos problemas a la vez, la falta de ordenadores y las dificultades de cobertura de la zona. Con este sistema no pueden verse entre ellos, pero al menos se escuchan gracias a la magia de la radio.

Clases con walkie talkies para suplir la falta de ordenadores