Los comerciantes y hosteleros de Melilla, a la espera de medidas económicas del gobierno local para paliar la crisis
- El tejido empresarial de la ciudad lleva años soportando una gran pérdida de ingresos y su situación es crítica
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A falta de conocer los detalles del proceso de desescalada en Melilla, el sector comercial y hostelero de la ciudad autónoma aguarda con impaciencia la reapertura de los cientos de locales que necesitan ingresos con urgencia. Y es que, en los últimos años, su situación ya estaba siendo muy delicada.
En la zona centro se han cerrado muchos establecimientos, ya que sus ventas han caído en picado. El auge de la venta online a favor de la tradicional y la apertura de grandes superficies, como el centro comercial junto a la frontera, les ha hecho perder la importancia que tuvieron en el pasado. Ya en 2017, cientos de personas se echaron a las calles bajo el lema “Melilla se muere” ante la fuerte crisis económica que estaban padeciendo en aquel momento.
Un año después llegó el cierre unilateral de la Aduana Comercial por parte de Marruecos, lo que derivó una pérdida aún mayor de ingresos, y ahora el coronavirus abre un panorama aún más desalentador para el sector en la ciudad autónoma, ya que hasta 800 empresas han solicitado acogerse a ERTE que afectan ya a 2.500 trabajadores.
El ejecutivo melillense anunció la semana pasada la próxima puesta en marcha de un plan de ayudas para familias y empresas afectadas, por valor de 100 millones de euros. Una cifra más que considerable y que obligará al gobierno autonómico a pedir un préstamo de hasta 20 millones y a modificar por completo los Presupuestos de la Ciudad, aprobados en marzo.
En declaraciones a RNE, el presidente de la Asociación de Empresarios de Melilla, Enrique Alcoba, ha valorado positivamente la aprobación de ese paquete de ayudas y ha destacado que esta pandemia ha supuesto para ellos “la gota que colma el vaso” tras casi un lustro de fuertes pérdidas.
No obstante, se ha mostrado optimista en cierto modo, pues las restricciones a la hora de desplazarse a la Península harían que muchos melillenses escogiesen comprar en establecimientos de la ciudad mientras no sea posible el viaje en avión y en barco, excepto para causas justificadas. Esto repercutiría en las ventas y así, dice Alcoba, “nos estaríamos haciendo un favor mutuo y ayudando a nuestro comercio”.
Por su parte, desde la Asociación de Hosteleros contemplan la desescalada desde una óptica más negativa. Su presidente, Chakib Mohamed, considera poco rentable que la ocupación en restaurantes sólo pueda ser del 30% y prefiere que no se limite el número de clientes.
Melilla es una de las autonomías donde mejor está evolucionando la pandemia, con un índice muy bajo de contagios en los últimos días y tan sólo dos fallecidos, por lo que las medidas de confinamiento podrían relajarse en próximas fechas.