El Gobierno estima que el déficit se disparará al 10,3 % y la deuda al 115,5 % este año por la crisis del coronavirus
- El agujero en las cuentas públicas ascenderá a 115.671 millones y el gasto público supondrá más de la mitad del PIB
- Coronavirus: última hora en directo | Así evoluciona la curva del coronavirus en España | Así varía en las CC.AA.
- Mapa de España | Mapa mundial | ¿Qué es el coronavirus? | La situación en las UCIs | El balance en las residencias
La crisis económica causada por el coronavirus abrirá el mayor agujero en las cuentas públicas españolas desde el peor momento de la Gran Recesión de la pasada década: el Gobierno estima que el déficit ascenderá al 10,34 % este año al dispararse los gastos y contraerse los ingresos, mientras que la deuda pública alcanzará el 115,5 % del producto interior bruto, según ha anunciado este viernes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la presentación del Programa de Estabilidad 2020-2023 remitido a la Comisión Europea.
Las estimaciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez son aún más pesimistas que las del Fondo Monetario Internacional, que hace dos semanas avanzaba que el déficit subirá al 9,5 % en 2020, esto es, 7,2 puntos más que en su anterior pronóstico, mientras que el Gobierno, que en sus cálculos previos a la irrupción de la Covid-19 contemplaba un déficit del 1,8 %, añade ahora 8,5 puntos a su previsión del desfase entre ingresos y gastos.
De la misma forma, el FMI situó la subida de la deuda en el 113 %, dos y medio puntos menos de lo que señala ahora el Ministerio de Hacienda, un incremento que se explica, en parte, por el acusado desplome que se espera en el PIB: según ha indicado la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en la misma rueda de prensa telemática, la economía española sufrirá este año una caída histórica del 9,2 %, si bien el Gobierno espera que en 2021 se recupere con un alza del 6,8%. Al mismo tiempo, el paro repuntará con fuerza y alcanzará el 19 % de la población activa, cuando al cierre del año pasado había logrado bajar del 14 %, para después bajar al año siguiente hasta el 17,2 %.
De esta forma y siempre que se cumplan estos pronósticos, dado que España se endeudará más para financiar los gastos generados por el coronavirus y la producción se ha desplomado, la ratio de deuda sobre PIB se disparará hasta situarse en el nivel más elevado desde que existen registros comparables, por encima del umbral del cien por cien que la deuda española ha llegado a rozar en los últimos años y muy lejos del 60 % que marca el Pacto de Estabilidad del euro.
El gasto público se dispara hasta suponer más de la mitad del PIB
Por partidas, la ministra de Hacienda ha detallado que en el ejercicio actual los gastos subirán un 10,5 %, hasta alcanzar los 576.714 millones de euros: "La previsión del Gobierno es que el gasto público se sitúe en el 51,5 % del PIB, lo que supone un incremento de casi diez puntos porcentuales respecto al de 2019", ha explicado Montero, que ha defendido que "se trata de un incremento temporal, necesario para abordar esta crisis".
Los ingresos, mientras tanto, caerán un 5,3 % por la paralización de la actividad económica durante el confinamiento y a pesar de que se espera un cierto rebote en el segundo semestre, lo que implica que en las arcas públicas entrarán 25.711 millones menos que el año pasado para un total de 461.043 millones. Como el PIB se hunde, el ratio de ingresos sube al 41,2 %, pero en realidad bajará la recaudación por todas las figuras impositivas: un 2,4 % menos por el impuesto sobre la renta, un 8,7 % por el impuesto de sociedades, un 5,2 % por IVA, un 6,7 % por impuestos especiales, un 37,9 % por el impuesto de trasmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, y un 5,75 % por cotizaciones sociales.
Pese a todo, Montero ha señalado que la cifra de déficit prevista no supera el 10,7 % que se alcanzó en 2012, en lo más álgido de la crisis desatada en 2008, aun sin ocultar la complejidad de la situación generada por el coronavirus: "Va a impactar de lleno en la evolución de las cuentas públicas. Todos los ciudadanos somos perfectamente conscientes de la gravedad de la situación", ha asegurado.
Tanto la titular de Hacienda como la vicepresidenta económica han admitido la incertidumbre que rodea a las estimaciones sobre la evolución de la economía -"Es difícil hacer previsiones a tres meses, imagínese más allá", ha llegado a responder Calviño a una pregunta- y Montero, en concreto, ha justificado que el Programa de Estabilidad no incluya una previsión de déficit ni de deuda para 2021, que se pretende incluir en el proyecto de presupuestos para el próximo ejercicio que el Gobierno debe presentar antes de septiembre, dado que la Comisión Europea ha simplificado los procedimientos para dar margen a los estados por la crisis del coronavirus.
La crisis del coronavirus cuesta 138.923 millones de euros a las arcas públicas
Por el momento, el plan enviado a Bruselas se limita a afirmar que "se espera que la desviación presupuestaria que se registre en 2020 se empiece a corregir a partir de 2021, situándose de nuevo el déficit público en una senda descendente, junto con la deuda pública, lo que permitirá cumplir con los compromisos adquiridos a nivel comunitario". Según la senda de déficit aprobada en febrero en las Cortes, justo cuando irrumpía el coronavirus, el Ejecutivo estimaba un desfase de ingresos y gastos del 1,8 % este año, del 1,5 % el que viene, del 1,2 % en 2022 y del 0,9 % en 2023.
Ese recorrido ha quedado inevitablemente quebrado por la crisis de la Covid-19, que tendrá un impacto total sobre las arcas públicas, según ha precisado Montero, de 138.923 millones de euros. De ese montante, 28.043 millones corresponden a medidas de gasto, como los 17.894 millones destinados a los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTEs) o las bajas laborales de pacientes en aislamiento, que costarán 1.355 millones; otros 6.120 millones se deben a la reducción de ingresos por medidas como las exenciones y moratorias en cotizaciones sociales, que suponen 2.907 millones; y el resto, 104.400 millones de euros, serán las medidas de liquidez arbitradas por el Gobierno de coalición.
“El Gobierno no se plantea una bajada masiva de impuestos ni una subida masiva de impuestos“
Pese al agujero que abrirá el coronavirus en las cuentas públicas, la ministra de Hacienda ha descartado tanto medidas de ajuste en el sector público como modificaciones sustanciales de las principales figuras impositivas, dado que se espera reequilibrar ingresos y gastos a medida que se recupere la economía: "El Gobierno no se plantea una bajada masiva de impuestos ni una subida masiva de impuestos", ha recalcado durante la rueda de prensa.
Si que se buscará, ha dicho, acelerar la tramitación parlamentaria de los impuestos sobre determinados servicios digitales, la denominada Tasa Google, si bien Montero ha admitido que solo el primero tiene visos de entrar en vigor antes de que acabe el año, ya en el último trimestre.