El Parlamento iraquí aprueba a Al Kazemi como primer ministro tras cinco meses de parálisis política
- Tras la dimisión de Abelmahdi, ha habido dos intentos fallidos para formar gobierno
Más de cinco meses después de la dimisión de Adel Abelmahdi y tras los intentos fallidos de otros dos candidatos para formar gobierno, Mustafa al Kazemi se ha convertido en el nuevo primer ministro de Irak al lograr la aprobación del Parlamento a su candidatura y parte de sus ministros.
Tras varios retrasos, más de cuatro horas después de la hora prevista del comienzo de la sesión, Al Kazemi y 15 de sus ministros han obtenido el respaldo de todos los 266 parlamentarios presentes en la Cámara.
El Gobierno acaba con el Ejecutivo que ha manejado el país en funciones desde el pasado 29 de noviembre, cuando Adel Abdelmahdi renunció como primer ministro en medio de las protestas iniciadas en octubre contra la corrupción, la crisis económica y los políticos y en las que han muerto más de medio millar de personas.
Un candidato con apoyos
Cuando el pasado 9 de abril el presidente de Irak, Barham Saleh, encargó a Al Kazemi la tarea de formar gobierno en el plazo establecido de un mes, un halo de esperanza se apoderó de muchos iraquíes por primera vez desde la dimisión de Abdelmahdi.
Saleh había designado antes a Mohamed Taufiq Alaui y a Adnan al Zurfi para suceder a Abdelmahdi, pero ambos renunciaron en marzo y abril, respectivamente, ante la imposibilidad de reunir los apoyos para superar el escollo del Legislativo.
Sin embargo, Al Kazemi, que estudió Derecho y ejerció como periodista antes de convertirse en jefe de la Inteligencia, ya contaba de antemano con el apoyo explícito de los partidos suníes y de la Presidencia de la región autónoma del Kurdistán, además de los bloques chiíes que le eligieron.
El último primer ministro designado ha logrado la aprobación del hemiciclo pese a que en los últimos días formaciones como la coalición Dawlet al Qanun del ex primer ministro Nuri Kamel al Maliki o Al Wataniya de Iyad Alaui -primo de Mohamed Taufiq Alaui- anunciaron que boicotearían la sesión.
Un panorama difícil
Al Kazemi hereda un país paralizado políticamente desde hace cinco meses, graves problemas económicos tras muchos años de conflicto y, más recientemente, una caída de los ingresos por las fuerte caída del precio del petróleo, del que Irak depende en gran medida.
En su discurso antes de la votación, el nuevo primer ministro ha reconocido que el país se enfrenta a "enormes desafíos" económicos, de seguridad, de salud y sociales, y que ha estado sumido en una concatenación de "crisis" desde la caída del régimen del dictador Sadam Husein en 2003.
"Este gobierno llegó como una respuesta a la crisis social, económica y política para ser un gobierno de solución, no un gobierno de crisis", ha afirmado. No obstante, el nuevo primer ministro se ha comprometido a convocar elecciones anticipadas en el plazo establecido, es decir, un año a partir de la asunción del puesto.
Al Kazemi ha prometido atajar el desempleo, una de las principales demandas de las protestas que llevaron a la dimisión del su predecesor, así como a llevar ante la Justicia a los causantes del derramamiento de "sangre iraquí", en aparente referencia a los fallecidos durante las manifestaciones, y a "consolidar" las tirantes relaciones entre el Gobierno central y las autoridades de la región autónoma del Kurdistán.
Relaciones con Estados Unidos
También ha insistido en la defensa de la "soberanía" iraquí que ha estado en jaque en los últimos meses por los ataques cruzados entre Irán y Estados Unidos en su territorio.
La milicia Kata'ib Hizbulá, financiada por Irán e integrada en la agrupación Multitud Popular, acusó anteriormente a Al Kazemi de ser uno de los responsables de la muerte del general iraní Qasem Soleimaní en aquellos ataques, al "facilitar" información a EE. UU. desde su puesto de jefe de la inteligencia.
El Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, ha dado la bienvenida al nuevo gobierno. Ha dicho que Washington renovaría por 120 días una exención que permite a Irak importar electricidad de Irán "para ayudar a proporcionar las condiciones adecuadas para el éxito" del nuevo Ejecutivo.
Un gabinete aprobado a medias
El nuevo primer ministro ha logrado conseguir al visto bueno a 15 ministros, entre ellos los de Interior y Defensa, dos piezas extraordinariamente complicadas de consensuar en el atomizado crisol parlamentario sectario iraquí.
La cartera de Interior ha ido a parar a manos de Othman Al-Ghanmi, hasta ahora jefe del Ejército, mientras que Defensa recaerá en Jumaa Anad, y en Finanzas estará Ali Abdulamir Alaui.
Sin embargo, el mismo Parlamento ha rechazado a cuatro ministros y ha obligado a posponer la designación de otros dos: los de Petróleo y Exteriores. "Hoy el Parlamento le ha dado la confianza a mi Gobierno y trabajaré con el honorable equipo ministerial con sinceridad para ganar la confianza y el apoyo de nuestra gente", ha sentencidado el dirigente.