La posible vuelta a las playas en la Comunidad Valenciana: por turnos y con cita previa a través del móvil
- Las localidades costeras perderán este verano más de la mitad de bañistas
- Coronavirus: última hora en directo | Mapa de España | Mapa de la desescalada | Mapa mundial
- Guía de fases de la desescalada | Así evoluciona la curva | Qué se sabe de la vacuna contra el coronavirus
¿Pisaremos las playas este verano? Una duda, y un deseo para muchos que encuentran en estos espacios la recompensa a todo un año de trabajo. La libertad, la despreocupación de dejar pasar la horas mirando al infinito o charlando con amigos puede que no sea la fotografía de este año.
Cada municipio trata de encontrar la fórmula para no quedarse atrás y ofrecer seguridad, pero también mantener el ambiente seductor de pasar un día frente al mar olvidando por un momento que nuestra realidad ha cambiado por el coronavirus.
La Comunidad Valenciana es la comunidad peninsular con más kilómetros de playas y calas: 277 kilómetros entre las tres provincias. Esto la convierte en una de las zonas españolas con más atracción turística durante los meses de verano. Reabrir las playas sería un primer paso para la reactivación de la actividad turística, que supone el 11% del PIB de la Comunitat, y un respiro también para la reapertura hotelera, así lo señalan desde la Patronal Hotelera Hosbec.
Benidorm será una de las ciudades donde se trabaja a contrarreloj para dar con la cuadratura del círculo. La disminución del aforo será inevitable para que el regreso resulte seguro y se pueda mantener un distanciamiento social. Lo notarán sobre todo las zonas más turísticas, por ejemplo Benidorm, donde más de 40.000 personas disfrutan a diario de sus aguas. Este video de RTVE de 2013 muestra cómo en un espacio de 25 metros cuadrados caben 20 personas.
Darse un baño con cita previa
Donde comienzan a concretar qué medidas se van a tomar es en Canet d’en Berenguer, un municipio que se encuentra a pocos kilómetros de Valencia. Por sus playas pasan unos 20.000 bañistas al día. En los próximos meses, como máximo lo harán 5.000 y con cita previa. El alcalde del municipio, Pere Antoni Chordà, explica que diseñarán una aplicación móvil en la que se podrá reservar plaza a través de un código QR para poder disfrutar del sol y darse un baño.
“Según lo planeado, habría dos turnos, uno por la mañana, de diez a dos de la tarde y otro a partir de las cuatro, entre esas horas se haría la desinfección pertinente”, señala Chordà. Con estos horarios se calcula que una persona se pueda bañar cada dos días o cada tres. Las plazas se limitarán a los vecinos, turistas y hoteleros.
La playa se dividirá en cuatro zonas con varias parcelas: un conjunto de cubículos de cuatro metros de largo por cuatro de ancho. Cada uno de estos espacios estará identificado con un código para poder guardar el sitio. Entre cada uno de ellos habrá una separación de dos metros.
En principio, cada una de las zonas contará con un pasillo de acceso y otro de salida para que no intercedan los flujos. Además también habrá pasillos en cada celda para acceder al agua, una vez dentro cada persona deberá ser responsable de mantener las distancias.
Tampoco se podrá hacer deporte de contacto, como el voleibol, solamente aquellos acuáticos que permitan mantener las distancias de seguridad.
Inviabilidad de las pantallas de metacrilato
Aunque todavía no se sabe ciertamente de qué forma se volverá a la playa, se ha escuchado hablar de las mamparas de protección como una medida de seguridad. Una empresa de Castellón ya las fabrica, una cada dos minutos, las venden por un precio bajo, entre los 20 y los 150 euros, de momento solo para hospitales, taxis y restaurantes.
Poner estas mamparas en las playas, es una opción inviable, opinan en la mayoría de ciudades. En Benidorm, ya se ha descartado. “Generarían dificultades para el sistema de mantenimiento de la arena, serían un obstáculo para la maquinaria de limpieza que disponemos”, insiste su alcalde, Toni Pérez.
Tampoco creen que sean de utilidad en Jávea, donde cuentan con 25 kilómetros de litoral entre calas y playas urbanas. “se trata de una barrera física que impide disfrutar con naturalidad”, insiste José Chulvi, alcalde de Jávea. Allí, creen que no será tan complicado regular el acceso sobre todo a las calas, como la de La Granadella y la de Portitxol, donde desde hace tres veranos implantan un control de acceso debido a la masificación.
La desinfección de estos terrenos también es una de las cuestiones que muchos se plantean, dado que sustancias como la lejía no son convenientes. En Canet d’en Berenguer han estudiado la posibilidad de limpiar las playas con ozono líquido dado que es desinfectante y no dejaría residuos en la arena.
Todo apunta a que será un verano diferente, pero confían en la llegada de turistas hasta estos puntos de la costa, la mayoría por tener una segunda residencia. Esto podría incluso alargar sus estancias, un punto a favor para reactivar el turismo.