¿Cuáles son los marcadores que deciden el paso de una fase a otra en el proceso de desescalada?
- Cada peldaño hacia la "nueva normalidad" dependerá de varios parámetros, como la transmisión o la capacidad sanitaria
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El Gobierno se ha fijado en tres parámetros para determinar qué territorios pasan de la Fase 0 a la Fase 1 de la desescalada a partir de este lunes 11 de mayo. Uno está enfocado en la transmisión del coronavirus, otro son los criterios sobre la gravedad de la pandemia, y, el último, se centra en las capacidades de detección y respuesta ante la enfermedad que tenga dicha región.
Nuevos contagios
Respecto a la transmisión, que estudia el número de reproducción en función del tiempo, se ha tenido en cuenta el número total de casos confirmados por PCR en los últimos 7 días por FIS (Fecha de Inicio de los Síntomas), así como la incidencia acumulada en los últimos 7 días y los casos sospechosos en este tiempo. Además, se ha valorado el porcentaje de casos posibles/ sospechosos con PCR realizados y la tasa de positividad de los casos sospechosos.
Las autoridades sanitarias explicaron que la transmisión del virus tendrá que estar controlada dentro de cada provincia o isla. Parten de una premisa básica: si no hay un número reproductivo menor que 1, no se puede plantear ninguna medida de desescalada.
El número reproductivo básico (R) indica el promedio de nuevos casos que genera cada persona infectada, y tiene que ser menor a 1 para que la epidemia disminuya. Esta R es una variable que se modifica a través del cambio de los hábitos sociales y de la movilidad, con medidas de distanciamiento social y de higiene.
Hospitalizados e ingresos en UCI
En cuanto a la gravedad, los criterios que se han tenido en cuenta son el número de hospitalizados e ingresados en UCI en los últimos 7 días y el porcentaje de ocupación, así como el número de fallecidos por el coronavirus y su letalidad.
Diagnóstico precoz
Para valorar la capacidad de respuesta y detección de los territorios, Sanidad se ha fijado en el número de camas de UCI y de agudos por cada 10.000 habitantes, y también en la capacidad de atención primaria para el diagnóstico precoz.
Vigilancia de casos
Sobre esto, han estudiado si disponen de protocolos y recursos para el seguimiento de contactos, así como sistema de vigilancia puesto en marcha para garantizar la monitorización diaria de los casos y la notificación individualizada (tanto primaria como hospitalaria).
La capacidad para localizar, aislar y rastrear los contactos de un positivo por COVID-19 será fundamental para poner cortafuegos a la enfermedad e impedir su libre circulación, y las pruebas diagnósticas serán la herramienta más útil para lograrlo. En este sentido, los servicios de atención primaria desempeñarán un especial protagonismo.
Residencias de mayores
La mirada también está puesta en las residencias de mayores: debe existir un plan para asegurar su manejo. Deben tener protocolos "para garantizar la seguridad", ha dicho en rueda de prensa este viernes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Protección para los sanitarios
Además, el Gobierno considera necesario que el personal sanitario cuente con la "disponibilidad suficiente" de Equipos de Protección Individual (EPI), uno de los aspectos más criticados durante el estado de alerta sanitaria.
Medidas de protección colectiva
Las provincias deberán garantizar el cumplimiento de las medidas de protección colectiva en los centros de trabajo, comercio, locales de restauración, centros educativos y transporte público. No hay que olvidar que el objetivo final de la desescalada es "recuperar la vida cotidiana y la actividad económica sin poner en riesgo la salud colectiva", en palabras del presidente, Pedro Sánchez.
Datos de movilidad
Para monitorizar la transmisión del virus, el Ministerio de Sanidad exigirá a las provincias e islas que evalúen constantemente los datos de movilidad de su población, además de tener en cuenta los indicadores socioeconómicos.