Enlaces accesibilidad
Coronavirus

El fin de la cita previa da un respiro a los comercios pero sigue la incertidumbre: "No sé si tendré que cerrar"

Por
Los comercios de Madrid y Barcelona empiezan a recibir a sus primeros clientes sin cita previa

Jesús tiene 70 años y una pequeña tienda de mandos a distancia en el madrileño barrio de Pueblo Nuevo. Tras más de dos meses de nula actividad, ha levantado el cierre este lunes animado por el fin de la cita previa que obligaba el estado de alarma antes del alivio de la Fase 0 de la desescalada. Pero con un negocio tan específico y la incertidumbre que depara el futuro, teme y ve probable que tenga que acabar cerrando pronto y jubilarse definitivamente o despedir a alguno de sus empleados.

“La mayoría de nuestros clientes, al igual que los de otras tiendas especializadas, vienen de fuera y si todavía la gente no se puede desplazar con normalidad, ¿a quién le vamos a vender?”, se pregunta, incidiendo en esta cuestión: “Le puedo vender a un vecino un mando o unas pilas, pero no es nuestra principal fuente de ingresos”.

Y si considera que antes no tenía sentido abrir con cita previa, va a darse ahora el margen de una semana para ver cómo funciona el negocio. De momento, ha conseguido que entren dos clientes en una hora que lleva abierto el local, pero recalca que ninguna previsión puede servirle de cara al futuro, pase Madrid o no de fase la semana que viene. Por ahora mantiene a sus dos empleados, aunque no prevé un buen futuro: “Me temo que voy a tener que cerrar, o si no a disminuir el personal”.

Los comerciantes ven con temor el cierre de locales cercanos

El cierre de algunos comercios supone un mal presagio para otros que luchan por permanecer abiertos, como Margarita, que tiene una zapatería en la misma zona: “Yo vivo y consumo en este barrio. Cuando voy a comprar, a lo mejor el carnicero me dice que se tiene que pasar por mi tienda a por unos zapatos, pero si cierran los comercios del barrio, esa gente tampoco va a poder comprar en mi tienda”.

Su local es uno de los que no abrieron el pasado 4 de mayo. Margarita prefería esperar a la Fase 1, pero al ver que ésta todavía no iba a llegar, decidió abrir el lunes pasado con cita previa. “Ha ido muy mal, hemos tenido cinco o seis citas al día cuando el volumen de cliente habitual es muchísimo mayor y es que así no podríamos ni mantener el pago de la luz”. Pese a ello, “ahora nos renta abrir, al menos psicológicamente y vender algo es mejor que nada”.

Ahora se muestra algo aliviada por el fin de la cita previa y mientras habla con RTVE.es ya hay en la tienda una señora mayor que está siendo atendida por el marido de Margarita, que está en paro pero echa una mano con el negocio estos días. “La cosa ha mejorado un poco", reconoce, y se muestra esperanzada en que cuando Madrid pase a Fase 1 todavía irá a mejor, pero es consciente de que “esto va a durar todavía mucho tiempo”. Por ello, pide al Gobierno que “deje vivir” a los negocios, sobre todo los bares, ya que son muchos en la zona, e incide en que “la gente está concienciada” con las medidas de seguridad.

No hay unanimidad sobre las rebajas

Las rebajas pueden suponer para ella dar salida a los zapatos de invierno y de primavera ahora que se acerca el verano. “Necesitamos poner rebajas y la gente las está esperando, sobre todo ahora que su situación está tan apretada va a esperar a que todo esté más barato y ahora no compra tanto”, defiende Margarita.

Pero la posibilidad de que los grandes comercios se sumen a las rebajas desata pavor en otros comerciantes, como Javier, que tiene cerca también una pequeña tienda de regalos que incluye ropa y complementos y que ha abierto este lunes al considerar que hacerlo antes “no era rentable” y porque, sin canales online donde buscar, la mayoría de la gente no tenía el teléfono de su tienda para pedir cita.

Tienda de regalos La Encina, en la calle Emilio Ferrari, Madrid

 Rocío Gil Grande

"No puedo poner rebajas, no es sostenible"

“Yo no puedo poner rebajas, llevo dos meses sin ingresar nada más que los 600 euros que me han dado de ayudas y tengo cuatro veces más que eso de gastos. Si lo poco que me queda de género lo rebajo, no es sostenible”, defiende.

Sin embargo, está convencido que las grandes superficies se van a sumar a ellas “porque tienen un stock tremendo y tienen que darle salida”. “No podemos hacer nada, somos los peores en este sentido, nos va a afectar Amazon, los grandes comercios, todo”, lamenta. En cualquier caso, no presenta buenas perspectivas de cara al futuro, aunque vender algo ahora “es menos que nada”: “A muchos vecinos les han despedido o están tirando de ahorros y esto es una tienda de regalos. Si la gente no se puede juntar siquiera para celebrar cumpleaños, poco vamos a hacer, la verdad… hasta el año que viene no vamos a remontar”.

"Los grandes negocios nos van a hacer polvo"

“Los grandes negocios nos van a hacer polvo” si hacen rebajas, coincide con él Alicia, que tiene una tienda de ropa y lamenta que no ha podido dar salida al género de primavera, pero teme más una competencia agresiva por parte de las grandes marcas de ropa. Celebra, al menos, el final de la cita previa.

“Abrimos el lunes pasado, pero ha ido muy flojo y la gente todavía tenía pánico. El día de la apertura fue el más fuerte, con diez clientes, pero el martes cerramos sin haber tenido uno solo”, explica. “Estoy pagando luz, vivo fuera de Madrid y me gasto un dineral en gasolina. No compensa económicamente pero tenemos que empezar a reabrir con normalidad”, afirma. Por su parte, considera que no debe haber prisa en pasar de fase “porque lo que no resistiría el comercio es que hubiera otro repunte y que volver al inicio y tener que cerrar”. “Yo, ahora mismo, creo que puedo subsistir, pero volver al inicio sería terrible”.

Más animado se muestra Miguel, que ha abierto este lunes al público su tienda de recambios para coches en el barrio de Pueblo Nuevo, aunque con la mitad de trabajadores que los que tenía antes del estado de alarma. Desde hace dos meses, ha prestado servicios mínimos al sector profesional, pero ahora ve con alivio que puedan entrar clientes y que las medidas de confinamiento se vayan relajando: “Ahora la gente sale más a trabajar y va más en coche por el miedo al transporte público, por lo que a medida que se vaya desescalando esperamos facturar más”. En la primera hora y media de apertura del local, celebra que ya ha tenido dos clientes.

Comercio de recambios de automóviles en Pueblo Nuevo

 Rocío Gil Grande

El alivio de la Fase 0 en Madrid ha llevado a muchos comercios a reabrir este lunes, pero lo cierto es que en las calles del barrio la mayoría de comercios tienen echado el cierre. Algunos de forma definitiva, con anuncios de venta, traspaso o los escaparates tapados. Los comerciantes de la zona animan a los clientes a mantener vivo el comercio local, mientras piden al Gobierno más claridad en las medidas y que no vuelva a repetirse el estar esperando un domingo por la noche a conocer a través del BOE en qué circunstancias van a poder trabajar el lunes siguiente.