No, llevar mascarilla higiénica o quirúrgica no te va a provocar hipoxia
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Con la controvertida evolución del uso de la mascarilla al tiempo que se propagaba la pandemia por el mundo, un bulo internacional ha ido expandiéndose: el uso de mascarilla provoca hipoxia. Es decir, causa falta de oxígeno en sangre.
Al menos nueve países, entre ellos España, Estados Unidos, Brasil o Francia, han visto este bulo correr en distintos formatos, según recoge la web de Poynter.
En nuestro país Verifica RTVE ha detectado al menos tres bulos diferentes que intentan hacer creer que el uso prolongado de mascarilla puede provocar “malestar, pérdida de reflejos y de pensamiento consciente, así como la descomposición de la glucosa y la subida peligrosa del ácido láctico”, síntomas típicos de la hipoxia.
“Las mascarillas higiénicas y quirúrgicas transpiran y no generan acumulación del CO2“
Uno de los más compartidos es un texto de Whatsapp que comienza afirmando “Si no es el covid-19 es otra cosa. El uso prolongado de la mascarilla produce hipoxia”. Y pasa a relatar síntomas asociados a la hipoxia que no se pueden relacionar con el uso de mascarillas. Las mascarillas higiénicas y quirúrgicas, que son las recogidas en el BOE como preferentes en su uso, “transpiran y no generan acumulación del CO2” confirma Jesús Cabranilla, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Preventiva.
Las únicas mascarillas que pueden producir una dificultad respiratoria son las que tienen un nivel mayor de filtración como las FPP3, que de hecho cuentan con una válvula exhalatoria que favorece la eliminación de microorganismos, por lo que no serían recomendables para combatir el Covid-19 ya que no sirven para evitar que los demás se contagien.
Uno de los aspectos de este bulo que más ha sorprendido a Cabranillas es la parte en la que se afirma que “es importante recordar levantar la mascarilla cada 10 minutos para seguir saludable”. Este especialista en medicina preventiva nos recuerda que es importante “no tocar la mascarilla mientras la tenemos puesta, porque aumenta el riesgo de contagio”.
En este sentido, la OMS hace cinco recomendaciones básicas sobre el uso de las mascarillas:
1. Antes de ponerse una mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
2. Cúbrase la boca y la nariz con la mascarilla y asegúrese de que no haya espacios entre su cara y la mascarilla.
3. Evite tocar la mascarilla mientras la usa; si lo hace, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
4. Cámbiese de mascarilla tan pronto como esté húmeda y no reutilice las mascarillas de un solo uso.
5. Para quitarse la mascarilla: quítesela por detrás (no toque la parte delantera de la mascarilla); deséchela inmediatamente en un recipiente cerrado; y lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
“La confortabilidad hay que adquirirla, los sanitarios ya están habituados, igual que poblaciones asiáticas, pero no el resto de la población“
El único síntoma que afirma el texto y que puede ser asociado al uso continuado de la mascarilla es el cansancio, ya que su uso no ha sido común hasta ahora por parte de la población española. “La confortabilidad hay que adquirirla, los sanitarios ya están habituados, igual que poblaciones asiáticas, pero no el resto de la población”, afirma Cabranilla.
Otro bulo que ataca a las mascarillas es una imagen que apela a la inmunidad de grupo. Sin entrar en consideraciones sobre el coste en vidas que esa alternativa podría tener, las afirmaciones que pueden leerse junto con las ya descritas en el bulo anterior, relacionadas a los efectos de la hipoxia, son claramente tendenciosas: “la OMS quiere matarnos lentamente”, “simboliza mutismo” o “provoca falta de libertad física y psicológica”. Opiniones todas sin consistencia científica verificable.
Por lo tanto, es falso que las mascarillas higiénicas y quirúrgicas puedan repercutir en una falta de oxígeno ya que permiten la ventilación, y es muy importante que su puesta, uso y retirada se hagan de forma correcta para evitar el riesgo de contagio.
No, no existe un componente de una torre 5G con la inscripción COV-19 tal y como aparece en este vídeo
Desde hace varios días se ha hecho viral un vídeo en el que un hombre -supuestamente un ingeniero de telecomunicaciones, con casco y mascarilla- afirma en inglés haber estado erigiendo torres de 5G durante el confinamiento y muestra una placa que contiene un chip con la inscripción "COV-19". “Es un pieza del kit 5G en la que pone “COV-19”. Desde VERIFICA RTVE hemos comprobado que es un bulo.
El vídeo fue publicado Facebook el 14 de mayo de 2020, aunque dicha publicación ya ha sido borrada, tal y como ha indicado el medio de verificación Lead Stories. Por el acento de la persona que habla en inglés (que en ningún momento menciona la empresa en la que trabaja) podría haberse filmado en Reino Unido “No abrimos estos kits porque se nos pide explícitamente que no lo hagamos ...no soy un teórico de la conspiración, obviamente he leído todas esas cosas sobre el coronavirus y COVID-19. Pero, ¿por qué demonios están poniendo circuitos así en torres así?”, afirma el hombre de la filmación.
Varios usuarios de Twitter han alertado de que en realidad la pieza que aparece en el video es un decodificador de televisión de la operadora británica Virgin Media, tal y como el ingeniero de Nanotecnología, Michelle Dickinson ha descrito en un post. De hecho podemos ver la carcasa abierta sobre el capó de un coche hacia el final del vídeo: “Es falso, la placa de circuito es de un viejo decodificador de TV (se puede ver en su auto) y la etiqueta ha sido agregada por él", afirma Michelle Dickinson. Por su parte, Manuel Delgado, jefe de Radiocomunicaciones de RTVE, nos ha explicado que se pueden ver las 21 soldaduras de un euroconector, y que ese tipo de pieza no la encontraríamos en una torre 5G.
En el vídeo se puede apreciar el nombre de la marca Hannstar, una empresa que fabrica decodificadores y pantallas LCD y otro tipo de productos electrónicos, pero nada relacionado con telefonía o redes móviles.
VERIFICA RTVE se ha puesto en contacto con Virgin Media, que ha confirmado tras examinar el video que la pieza pertenece a una vieja caja de televisión, en concreto es similar al decodificador CISCO 4585 HD (sin PVR) que comenzaron a suministrar a sus clientes alrededor del año 2011.
Además, nos han mandado fotografías de dicha pieza donde no aparece el grabado ‘COV-19’. “Esa es una placa de un decodificador de televisión muy antiguo y que nunca contó con ningún componente inscrito / estampado / impreso o de otro modo con COV-19. No tiene absolutamente ninguna relación con ninguna infraestructura de red móvil, incluida la utilizada para 5G", nos dice Virgin Media.
Por tanto, concluimos que es falso que el componente que muestra el hombre en la filmación lleve grabado COV-19. Durante la pandemia una de las teorías conspiracionistas que más eco ha tenido es aquella que vincula el 5G con el origen y la propagación del 5G, algo que ya desmentimos desde VERIFICA RTVE, y este vídeo es un ejemplo más de ello.
No, los madrileños no son responsables de la propagación del coronavirus en toda España
Un texto en francés que circula por las redes asegura que el SARS-CoV-2 “se propagó por toda España siguiendo los viajes de los madrileños a mitad de marzo”. Se trata de un enfoque engañoso que parte de un estudio sobre la incidencia de la movilidad en el contagio, pero no solo la de madrileños.
El texto, titulado “España: los madrileños responsables de la propagación del coronavirus en todo el país” aparece en un medio de Perpignan. Afirma que “el 76% del pico de mortalidad del SARS-CoV-2 se explica por la movilidad entre cada provincia con Madrid y su relación con la población local. No es la única causa, pero es de lejos la que pesa más”. También afirma que “Si bien se declaró el estado de alerta, recordamos los atascos monstruosos en Madrid. Los habitantes de la capital partieron hacia la costa, o hacia su región de origen, para pasar los primeros 15 días de confinamiento”.
Verifica RTVE ha hablado con Alberto Hernando de Castro, uno de los cinco autores del estudioque origina el dato y doctor en Física por la Universidad de Barcelona: “Efectos de la movilidad y la multi-semilla en la propagación del COVID-19 en España”. El término multi-semilla hace referencia a expansiones de un virus en las que se detectan múltiples “pacientes cero” sin origen conocido de su contagio.
El trabajo correlaciona el patrón de movilidad con el pico de incidencia -cuántos casos hubo el día que más casos hubo- y el pico de mortalidad -cuántas defunciones hubo el día que más hubo-. “Contando a la vez todas las variables de movilidad, estas explican hasta un 78% de la mortalidad, siendo un 68% en particular los viajes desde y hacia Madrid”, explica Hernando de Castro.
No obstante, la correlación y este es un estudio en fase de prepublicación que ha de pasar aún revisión por pares, es decir, evaluación externa. En el propio texto se señalan vías para afinar aún más las cifras: “Hasta ahora hemos analizado viajes totales de/hasta Madrid pero una persona puede ser responsable de más de uno de esos viajes. El estatus de cada individuo único en la pandemia es una variable intrínseca y, por tanto, para mejorar los resultados es necesario considerar las estancias en vez de los viajes”.
En el sitio especializado Naukas, Hernando de Castro describe el perfil de esa gente que se mueve en torno a la capital: “Estos visitantes pueden ser nativos de las provincias trabajando en Madrid que vuelven el fin de semana con la familia, o viceversa. O residentes de la provincia visitando a familiares de la capital, o nativos de Madrid con segunda residencia fuera, o excursionistas que disfrutan de un descanso fuera de su residencia habitual. En el caso de las provincias limítrofes con Madrid […] estamos hablando de personas que suben y bajan cada día a la capital, siendo ciudades con una parte de la población orbitando alrededor de la zona urbana extendida”.
Es decir, no todos los ciudadanos que protagonizaron la movilidad en las primeras fases del virus eran madrileños, ni está probado que el origen de la enfermedad estuviera en ellos. El primer caso conocido de coronavirus en España se dio en Valencia, y el primer caso local (de un ciudadano que no había viajado al extranjero), en Sevilla.
Como afirma el autor consultado a Verifica RTVE: “Madrid es una ciudad de ciudades, está en el centro gravitatorio tanto social como económicamente. Es normal que el virus se haya extendido de esa manera. El foco inicial pudo haber sido en cualquier sitio, pero dados los patrones de movilidad, lo suyo es que en cinco días ya estuviera en Madrid”. Añade que “tanto Madrid como Barcelona son los que más visitantes extranjeros reciben en esa época, mientras Baleares o la costa son en esos momentos más temporada baja”.
Este físico cree que algunos medios y entornos políticos han podido distorsionar el mensaje y recalca que la idea principal del trabajo no es culpar a una ciudad sino que “El virus va con nosotros. Nosotros somos quienes lo llevamos de un sitio a otro. Si se quiere controlar el virus, hay que controlar la movilidad. No tiene otra. La relación es lineal. La cuarentena no puede durar para siempre, pero es muy importante saber cómo son estos patrones para anticiparnos”.
Además de por Hernando de Castro, el estudio está firmado por cuatro investigadores más: Mattia Mazzoli, David Mateo, Sandro Meloni y J. J. Ramasco. Parte de una colaboración conjunta entre el Instituto de Física Interdisciplinar, IFISC (dependiente del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares) y de la empresa de análisis de inteligencia de datos Kido Dynamics, cofundada por Hernando de Castro. Los autores ya han ampliado el estudio con los nuevos datos de seroprevalencia disponibles, y dicen que confirman sus hallazgos.
En cuanto a los “atascos monstruosos” en Madrid, la Dirección General de Tráfico señaló que se originaban “por los controles establecidos para evitar desplazamientos”. Por lo tanto no existen evidencias para afirmar: “España: los madrileños responsables de la propagación del coronavirus en todo el país”.
No, IKEA no está regalando tarjetas regalo de 250 euros para ayudar a la vuelta a la normalidad
En las últimas horas se ha hecho viral un mensaje de WhatsApp atribuido a IKEA en el que se dice que “para ayudar a la vuelta a la normalidad” a las primeras 1000 personas que contesten un cuestionario de 3 preguntas se les regalará una tarjeta regalo de 250 euros. Es falso.
Se trata de otro caso de 'phishing' o suplantación de identidad, tan habituales durante la pandemia del coronavirus . Tras preguntar un usuario, la empresa lo ha desmentido desde su cuenta oficial de Twitter: "Desde IKEA no tenemos activa ninguna promoción que regale tarjetas de 250€. Se trata de un uso fraudulento de nuestra marca que ya hemos reportado al área correspondiente, ¡muchas gracias!".
La colaboración ciudadana es fundamental para interceptar a tiempo casos de fraude y localizar así lugares desde donde se publican páginas fraudulentas, se emiten mensajes maliciosos y se almacenan datos robados de usuarios.
Para facilitar esta colaboración, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) cuenta con un buzón al que enviar los casos de fraude: correos de phishing, tiendas online fraudulentas, sitios web que alojan malware, etc. Esta es la dirección: incidencias@incibe-cert.es