SSánchez resta importancia a las discrepancias internas y culpa del pacto con Bildu a la "irresponsabilidad" del PP
- El Gobierno de coalición ha afrontado esta semana sus días más complicados desde el inicio de la pandemia
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El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos ha tenido que afrontar esta semana sus días más complicados desde el inicio de la pandemia del coronavirus y también desde su toma de posesión, a principios de este año, con las discrepancias internas acerca del pacto con EH Bildu y la derogación de la reforma laboral, así como las fisuras en el bloque de investidura a la hora de sacar adelante la nueva prórroga del estado de alarma.
Una crisis que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ha zanjado públicamente durante su comparecencia de este sábado, en la que ha vuelto a trasladar el mensaje de que en su gobierno conviven distintas sensibilidades pero en el que trabajan "todos a una". Además, ha mostrado su convencimiento de que podrá completar los cuatro años de legislatura porque España necesita "estabilidad y gobernabilidad" para llevar a cabo la reconstrucción tras la pandemia.
Sánchez ha achacado a la "irresponsabilidad" del PP y a su voto negativo a la prórroga del estado de alarma la negociación con otros partidos políticos pues, según ha señalado, lo que está "en juego es la salud pública" y si no se hubiera aprobado "mañana mismo cualquier persona podría haber cogido el coche y desplazarse a su segunda residencia en la costa o en la montaña".
Ese negociación, considera, es lo que ha despejado el camino para que otros grupos minoritarios -en este caso EH Bildu, al que no ha citado- "abran la espita" para plantear debates "que tienen que ver con compromisos de legislatura, con compromisos de investidura o con planteamientos de financiación o de aprobación de leyes".
No ve contradicción entre Iglesias y Calviño
El presidente del Gobierno alude así al acuerdo con EH Bildu para derogar íntegramente la reforma laboral que el Partido Popular aprobó en 2012, que los socialistas tuvieron que rectificar después de que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, frenara el pacto, del no tenía conocimiento, según aseguraron a TVE fuentes del Ejecutivo. Mientras, el vicepresidente de Derechos Sociales y secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, insistía en el que el acuerdo estaba firmado y la derogación sería íntegra.
Sánchez, a preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa de este sábado, no ha querido alimentar las evidentes discrepancias en su gabinete y ha señalado que las posturas de ambos vicepresidentes no le parecen contradictorias ante una reforma cuya aprobación, ha señalado, "no fue pacífica" sino impuesta por la mayoría absoluta del PP y que "rompió el diálogo social".
"Tengo la mejor de las opiniones de este Gobierno de coalición que trabaja todos a una con distintas sensibilidades, claro que sí, porque es lo que ha querido los españoles. Pero todos a una en una respuesta positiva a esta crisis sanitaria, económica y social", ha indicado Sánchez.
Nuevo acercamiento al bloque de investidura
Pero no solo la confianza entre los dos partidos que forman parte del Gobierno de coalición se ha puesto en duda esta semana. También la distancia con algunos de sus socios de investidura, como ERC o Compromís, se ha incrementado en los últimos días debido a su negativa a votar a favor de la prórroga del estado de alarma y al acercamiento de Sánchez a Ciudadanos.
Según asegura la agencia Efe, que cita fuentes de la negociación, tras la votación de la prórroga del estado de alarma la dirección del grupo socialista -a través de su portavoz parlamentaria, Adriana Lastra- ha retomado los contactos con los grupos que posibilitaron la investidura.
Aunque Sánchez no ha descartado este sábado pedir una sexta prórroga en función de "la evolución epidemiológica" de las próximas semanas, las conversaciones han ido más bien encaminadas a tratar de que el bloque no se rompa del todo tras las últimas tensiones, teniendo en cuenta que van a necesitar acuerdos de cara a la difícil tarea de reconstrucción que habrá que afrontar en los próximos meses.
El pacto con EH Bildu ha provocado incluso el malestar dentro de las propias filas socialistas, algunas de cuyas voces se han alzado públicamente para expresar su descontento, como es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha señalado que el acuerdo es fruto de la "extorsión política". Lo cierto es que Page no es el único molesto en las filas socialistas donde, según fuentes que cita la agencia Efe, hay malestar por un acuerdo "innecesario que solo incorpora a Bildu en la foto".
El objetivo principal del Gobierno es devolver el protagonismo al bloque de la investidura y sumar de nuevo al carro a formaciones como Esquerra, pero también al PNV, Más País, Teruel Existe, BNG, PRC o las formaciones canarias (CC y NC), según las fuentes. Pero sin por ella cerrar la puerta a otras opciones -con la excepción de Vox- que puedan hacer posible prorrogar lo que sea necesario el estado de alarma y llegar a acuerdos en un momento de frágil equilibrio como el que está provocando la pandemia.