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Coronavirus

Giras canceladas por el coronavirus: "Perdemos nuestro trabajo, pero también nuestra forma de vida"

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Para muchos artistas, las giras suponen aproximadamente el 80% de sus ingresos
Para muchos artistas, las giras suponen aproximadamente el 80% de sus ingresos

Artistas de todas las magnitudes se han visto obligados a cancelar o aplazar conciertos - y giras al completo - con la enorme cantidad de problemas que se derivan de ello. No sólo en cuanto a la economía del propio artista y el equipo que le acompaña, también a nivel logístico, artístico y personal. Si algo ha dejado claro la pandemia de coronavirus es que ha afectado a todos los ámbitos y ha llegado a todos los rincones de nuestra vida como sociedad. Y la música, especialmente en directo, es uno más de ellos.

"Lo que más mella está haciendo es el factor emocional. Es nuestro trabajo, pero también nuestra forma de vida", explica a RTVE.es Pablo Martínez, vocalista, guitarra y líder de la banda asturiana de punk-rock Desakato. "El hecho de no poder estar en carretera y tocando nos afecta muchísimo. Te han quitado una parte muy importante de tu vida que no sabes cuándo vas a poder recuperar y eso duele bastante".

Una situación de incertidumbre que afecta especialmente a los artistas que viven de la música pero no firman contratos galácticos ni disfrutan de cuentas millonarias. Para ellos, "esto pone a prueba la capacidad de adaptación constante. Yo llevo 14 años cantando, ocho viviendo de la música, y nunca he tenido sensación de certidumbre, pero esto es exponencial y mucho más transversal", observa Juancho Marqués, rapero madrileño.

No solo los artistas independientes como Desakato o Juancho Marqués se han visto sensiblemente damnificados por la situación sanitaria provocada por la Covid-19. "Hay gente que tiene estigmatizados a los artistas que estamos en discográficas multinacionales, como si no nos enterásemos de nada, pero también trabajamos mucho", asegura Alba Reche, cantante emergente cuya carrera se encuentra actualmente vinculada a una multinacional tras su paso por Operación Triunfo.

La onda expansiva de las cancelaciones

En el marco de la crisis a la que se enfrenta la industria discográfica desde hace años, los cantantes y bandas se mantienen económicamente, en su mayoría, gracias a los ingresos que generan sus giras. Entre la venta de entradas y el merchandising, los tres artistas entrevistados por RTVE.es coinciden en calcular que aproximadamente un 80% de sus ganancias proviene de los conciertos. El impacto de las cancelaciones, sin embargo, no se circunscribe únicamente a los ingresos directos de los artistas, sino que desencadena un efecto dominó que adquiere una dimensión mucho mayor, cuantitativa y cualitativamente.

"La banda somos cinco personas, pero el staff completo entre técnicos, backliners, conductores, etc. son otras seis personas, y ellos no reciben las ayudas que recibimos los artistas", lamenta Pablo, de Desakato. "Con nosotros trabajan padres de familia, es una situación muy delicada y estamos muy preocupados", asegura, tras explicar que la banda asturiana ha tenido que cancelar en torno a 35 conciertos.

Una situación que "perjudica a cualquier ámbito creativo, ya sea para tomar decisiones, sacar temas o videoclips, o crear cosas nuevas", recuerda Alba Reche, cuyo equipo en ruta está compuesto por 15 personas. "Yo soy muy inquieta y no paro de hacer cosas, pero hay mucho desconocimiento, no sabemos si vamos a poder viajar juntos en una furgoneta", reconoce Alba.

Similar es el caso de Juancho Marqués, de cuyos conciertos depende de forma directa el sustento de nueve personas. A él las cancelaciones le llegan en un momento particularmente inoportuno: había llenado tres fechas consecutivas en La Riviera para su fin de gira en Madrid y tenía confirmados en torno a 15 festivales. Pero el rapero pone el foco, además, sobre "los intangibles".

"Llevábamos un año preparando lo de La Riviera. Los directos nos dan mucha visibilidad. Además de la gente que nos sigue, hay mucha que no nos conoce pero se interesa al ver tanto público en los festivales o al ver que llenamos las salas", subraya Juancho. "No es solo lo que perdemos, sino lo que dejamos de generar. Teníamos previsto tratar de dar el salto a Latinoamérica, y ya perdemos también ese objetivo de progresión".

Juancho Marqués en el festival Riverland, en Arriondas, Asturias

Juancho Marqués en el festival Riverland, en Arriondas, Asturias

La onda expansiva de perjuicios que genera la cancelación de conciertos se acrecenta aún más en esta época del año, en la que se celebran un elevado número de conciertos y espectáculos, especialmente siendo España uno de los países del mundo que alberga mayor cantidad de festivales. "Nosotros nos movemos en muchos festivales de tamaño medio, en muchos casos se trata de promotoras familiares", explica el líder de Desakato, "familias enteras que se dedican a esto y que están tan jodidas como nosotros".

"Las ideas previas no valen, esto es completamente nuevo"

Las diferentes fases en las que se encuentra cada proyecto han sido un factor importante en el impacto del confinamiento y las cancelaciones. Juancho Marqués explica que, como artista independiente, realiza un plan estratégico de su proyecto "a uno o dos años vista... y ahora ha cambiado por completo. Afortunadamente, gracias a esa planificación tenía material para poder generar contenido y no desaparecer", como su nueva canción, Virtual Happiness en cuyo videoclip incluyó imágenes de interacciones con el público que, dadas las circunstancias, parecen de una realidad paralela. "Pero la volatilidad de nuestro trabajo es como la de un deportista que se lesiona y deja de competir. Y más en una industria como la actual en la que es muy difícil asentar un proyecto", analiza el rapero, que asegura no haber recibido ayuda económica de ningún tipo.

"Yo vengo de un género urbano y una época en la que nadie nos hacía ni caso, estamos acostumbrados a buscarnos la vida sin tener mucho. El que se ha tenido que buscar siempre la vida, tiene una capacidad de adaptación mayor y eso en cierto sentido puede ser una ventaja", observa Juancho Marqués. Aunque reconoce que la crisis le llega "justo cuando preveíamos que ibamos a ir más para arriba, ahora las ideas previas no valen, esto es completamente nuevo".

La volatilidad de nuestro trabajo es como la de un deportista que se lesiona y deja de competir

A Desakato el confinamiento les llegó cuando tenían todo listo para el lanzamiento de su séptimo trabajo, La miel de las flores muertas. Pese a las dudas sobre su publicación, habilitaron la descarga gratuita del álbum porque "no podíamos cancelarlo, la gente se merecía que se lo diéramos. Con tanto tiempo que ocupar, pensamos que el disco de una banda que te guste te puede alegrar un poco la semana o el mes", explica Pablo Martínez. Los asturianos optaron, eso sí, por aplazar temporalmente los envíos de discos y merchandising para evitar "que los repartidores tuvieran que andar moviéndose por algo que no era prioritario".

"Nosotros somos unos obreros del rock, la música nos genera un sueldecito y ahora mismo, afortunadamente, estamos recibiendo la ayuda del Estado, cosa que reclamamos también para los técnicos, no solo para los artistas", reivindica el líder de Desakato. "Como no somos artistas de fama internacional, estamos acostumbrados a vivir con lo mínimo, nos conformamos con poco", comenta el asturiano con la perspectiva de casi 15 años de carrera.

Alba Reche publicó el pasado mes de octubre su primer trabajo, Quimera. La pandemia le llegó en plena gira y trabajando ya en el proceso de composición de material nuevo. "Me ha pillado en el momento de volver al estudio y he tenido que sustituirlo por sesiones de trabajo por Skype, que es raro y frío", observa la ilicitana. "Pero he tenido la suerte de trabajar con gente con la que ya había trabajado y he podido hacerlo cuando me he sentido preparada y cómoda".

Sin embargo, recuerda que "el proyecto no depende solo de mí, sino de mucha gente que está trabajando en sus casas. Además, el funcionamiento con las plataformas también se ha ralentizado". Tuvo dudas sobre el lanzamiento de su nuevo trabajo, un EP acústico, Sobre quimera, que "estaba preparado en febrero y afortunadamente lo hemos podido sacar dentro de las fechas previstas. Con ese EP y un videoclip he podido sacar material durante la cuarentena", explica la cantante de 22 años.

Futuro incierto y nueva creatividad

Según el plan de transición presentado por el Gobierno, en la Fase 1 de la desescalada ya se pueden celebrar espectáculos al aire libre con menos de 200 asistentes, siempre sentados y a distancia, o en lugares cerrados con menos de 30 personas. Sin embargo, esta alternativa no es igual de viable para todos los proyectos artísticos.

Alba Reche explica a RTVE.es que el lanzamiento de su EP de versiones acústicas le permite plantearse "un formato nuevo, más íntimo, adaptado a las normas de seguridad que nos impongan. Sobre todo porque el público lo agradecerá, muchísima gente se ha quedado fuera y tendrá ganas de ver el directo". No obstante, muestra prudencia y responsabilidad antes de tomar ninguna decisión: "Hay que encontrar un punto intermedio entre calidad, rentabilidad, seguridad para todo el mundo, público y equipo".

"Nuestro espectáculo se basa en la comunión con el público. Perdería sentido hacerlo sentados, en coches o con trajes de protección", opina Pablo Martínez. El ambiente punk de los conciertos de Desakato se realimenta con la energía que se crea "al volverse un poco locos" y deja imágenes que, en la situación actual, parecen impensables. "No veo factible hacer un wall of death (dividir al público en dos frentes que echan a correr para chocar entre sí) en esas circunstancias", comenta el astuariano.

También Juancho incide en la importancia de la piel y el contacto en sus directos. "Cuando yo me bajo a cantar entre el público se genera una sinergia que se perdería" con las medidas de distanciamiento, "un concierto con gente sentada y separada, sin abrazarse, saltar, bailar... no sería mi concierto". No obstante, todos coinciden en destacar la incertidumbre a la que se enfrentan para afrontar el futuro próximo, subrayando como prioridad la seguridad y salud pública sin dejar de ponderar las diferentes posturas. "Hay promotores que nos han ofrecido bolos, es normal, ellos también tienen que buscarse la vida", comenta el rapero, mientras que Alba señala que "hay salas que tienen miedo de abrir, es comprensible, no saben cuánta gente va a poder ir".

Entre tanto, los artistas ponen a funcionar su imaginación y recursos para buscar alternativas. Los asturianos Desakato ofrecen el 4 de junio un concierto en streaming desde OVNI estudio, con un precio muy reducido, "para que la gente pueda ver nuestro show y poder presentarles el disco nuevo. Un concierto de Desakato a través de una pantalla es diferente, pero sabemos que hay ganas".

Alba Reche y su banda en directo

Alba Reche y su banda en directo Elena Martínez

Un panorama enrarecido en el que los artistas avanzan a tientas, con miedos, inquietudes y, por momentos, resignación. "Yo creo que tardaremos un poco más en salir, pero en cuanto tengamos unas pautas podremos empezar a trabajar", opina Alba Reche. Pero las restricciones generan dudas también a largo plazo, explica Juancho: "¿Qué hago? ¿Aguanto un año sin tocar e intento volver fuerte cuando se pueda? ¿Y si cuando proyecte la vuelta, todo ha cambiado? Durante el proceso aprenderemos qué funciona y qué no, pero quizá aprendamos a costa de que se hunda el proyecto", lamenta.

"Hay mucha gente que piensa que nunca va a poder volver a hacer un concierto", reconoce Pablo, de Desakato. "Yo intento ser optimista y pensar que no sea así... pero la posibilidad está ahí y eso siempre te reconcome".