'Operación Ronda de noche': la obra maestra de Rembrandt bajo la lupa científica
- El Rijksmuseum de Ámsterdam ofrece online la foto más detallada de la obra en un proyecto integral de restauración
- El museo, que abre el 1 de junio, ha retomado los trabajos de limpieza del lienzo interrumpidos por el coronavirus
Desde los pigmentos de la pintura al craquelado del lienzo sobre el que Rembrandt plasmó su genio en La ronda de noche (1642). Son algunos de los detalles de la obra, invisibles a la mirada fugaz del visitante, que ahora el Rijksmuseum de Ámsterdam ofrece en una fotografía digitalizada a través de su web.
Un lujo visual accesible cuando todavía la mayor parte de los grandes museos internacionales mantienen sus puertas cerradas al público por el coronavirus. Centros de arte que paradojicamente han transitado de problemas por aglomeraciones como ocurrió en el Louvre hace unos meses -y el estrés de sus trabajadores- a las salas vacías de la actualidad.
El montaje de esta foto de fotos del Rijksmuseum es una virguería de trabajo minucioso: la imagen final de 44,8 gigapíxeles se creó a partir de 528 composiciones del cuadro unidas digitalmente “con la ayuda de redes neuronales”, que mantienen una distancia entre cada píxel de 0,02 mm [Mira la fotografía en aumento en el siguiente enlace]
"El equipo de investigación utiliza las últimas tecnologías y está continuamente ampliando los límites de lo que se creía posible. La fotografía es una fuente de información crucial para los investigadores, y los visitantes online pueden verla para admirar la obra maestra de Rembrandt en minucioso detalle", ha explicado en una nota el director del Rijksmuseum, Taco Dibbits.
El mayor estudio científico realizado sobre esta pintura
Con este puzle virtual en 3D el museo rinde homenaje a su buque insignia y símbolo de la ciudad. A la vez ultima su reapertura para el 1 de junio y avanza pasos en la “Operación Ronda de noche” (Operation Night Watch).
El nombre enmarca el mayor estudio científico realizado de esta pintura aplicando la alta computación y la fotografía de alta resolución, según informa la pinacoteca.
Su objetivo: que los expertos mantengan controlado cualquier desgaste de la obra sin estar frente a ella para su conservación y bucear más de tres siglos después en las técnicas del pintor neerlandés.
El proyecto arrancó en el verano de 2019 cuando el público pudo ver en directo cómo una veintena de expertos restauraba el monumental lienzo (más de 4 metros de alto y 170 kilos), en lo que se convirtió en una atracción para los turistas.
Unos trabajos en vivo para atenuar una sospechosa neblina en el cuadro, en el que los restauradores manejaron una lupa que multiplicaba la visión por diez. Unos retoques que se retransmitieron en streaming al mundo entero.
El coronavirus frenó los análisis que se han retomado estas semanas con un máximo de dos especialistas en la cámara de vidrio que protege la obra, expuesta en una de las galerías del Rijksmuseum.
Una tibia acogida, un apuñalamiento y 25 restauraciones
La ronda de noche ha recorrido mil y un avatares que el museo holandés, que recibe dos millones de visitantes al año, también desvela a través de una timeline gráfica e histórica.
Su nombre original es La compañía militar del capitán Frans Banninck Cocq y el teniente Willem van Ruytenburgh y solo se la conoce como La ronda de noche desde mediados del siglo XIX. Todo debido a una confusión.
Paradójicamente, representa una escena de día y al aire libre pero los colores vivos creados por Rembrandt se oscurecieron por la suciedad dándole su particular toque nocturno, subrayados por los juegos de luces y sombras tenebristas que conectan con Caravaggio. Al limpiarlo se desveló su aspecto original.
El artista rompió los esquemas de la pintura holandesa del Siglo de Oro. Lo hizo retratando una composición común, la de un grupo de la guardia cívica de arcabuceros de Ámsterdam, al que insufló heroicidad a través de un movimiento inédito, una especie de caos cuidadoso.
Pura genialidad y un punto de vanidad: integrantes de la Compañía original pagaron cien florines al pintor por el privilegio de mostrar sus cabezas entre las tropas integrantes de la Milicia. Una práctica habitual en este tipo de encargos.
La ronda de noche tuvo una tibia acogida entre sus coetáneos-de hecho el autor tardó en cobrar porque los clientes no quedaron satisfechos- pero engrosa la lista de creaciones avanzadas a su tiempo que luego devienen en arte universal. La pintura marcó de alguna forma el inicio de la decadencia de Rembrandt, que deprimido por la muerte de su esposa Saskia entró en bancarrota.
Para el anecdotario histórico, los cinco años que permaneció enrollada en un cilindro a salvo de los bombardeos en un búnker de Limburgo durante la II G.M., y varios actos de vandalismo: en 1975 un perturbado dañó severamente el lienzo con un cuchillo y en 1985 un visitante lo roció con ácido.
El cuadro se ha restaurado en mayor o menor medida en 25 ocasiones a lo largo de su historia. La última de ellas en mitad de una pandemia mundial a la que sobrevive a la espera del retorno de los visitantes.