España abandona la Fase 0 y divisa la luz veraniega 'al final del túnel'
- El país avanza ahora a dos velocidades en las que se experimenta un gran alivio desde el punto de vista social
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Hay una expresión que se repite continuamente en los últimos días cuando se habla del ansiado fin de la desescalada: 'la luz al final del túnel'. Ese resplandor al que tantos aluden seguramente sea distinto en cada mente, pero un importante avance intensifica su brillo este lunes: el adiós de toda España a la Fase 0.
En los últimos tramos de dicho túnel –o del pasillo, o de la gruta, o del corredor- ya todos pueden disfrutar al menos de la compañía de amigos o familiares para hacer más liviana la espera hasta el día de la salida, que debiera coincidir en fecha con el inicio de un periodo vacacional que se supone atípico y que, al mismo tiempo, se recibirá con las mismas ganas de cada año.
Ahora son dos las velocidades a las que avanza el país, con esa luz del verano siempre fija al fondo.
Vuelven las agendas apretadas y el ‘terraceo’ a los territorios en Fase 1
A ritmo más lento, el que impone la Fase 1, caminan la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, varias provincias de Andalucía y Castilla-La Mancha, y la mayor parte de Cataluña y de Castilla y León.
Llega para sus residentes el turno de los esperados reencuentros que ya se vivieron en el resto del país, y el de las agendas apretadas en las que siempre quede un hueco para una nueva reunión con familiares o con amigos de las que no superen las diez personas.
Vuelven también los cafés y las cañas en las terrazas, aunque ahora haya más distancia entre las mesas y abunden sobre ellas los geles desinfectantes y los utensilios desechables. Lo que no se verá será la sonrisa de los camareros, porque la cubrirá una mascarilla, pero sí se escuchará otra vez -y ahora será cierto- eso de “la última y nos vamos”.
Al tema de los aforos y al menor tiempo de permanencia en los lugares públicos hay que acostumbrarse en esta fase. También a las posibles colas espaciadas que se formen a las puertas de los museos, que ya pueden abrir con el 33% de ocupación.
No costará mucho habituarse a la ‘libertad de circulación’ dentro de la misma provincia, esa que además permite hacer visitas a familiares o amigos fuera de las franjas horarias que sí siguen vigentes para los paseos diarios. Debido a este último detalle, olvidarse del reloj en las salidas, de momento, no será posible.
Cenas dentro de un restaurante o conciertos ‘íntimos’ en la Fase 2
Con ventaja avanzan en la desescalada 11 comunidades, con alguna excepción entre sus provincias, y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. En esos territorios ya han experimentado los cambios sustanciales y ahora saltan a una fase de mayor alivio en la que solo cuatro islas ya tienen una semana de práctica.
Será novedad ver abiertos los centros comerciales –también con aforo limitado- porque son espacios que no existen en ninguna de esas islas que ya estaban en Fase 2. Y también habrá un cambio para el ocio y la cultura porque pueden a abrir los cines, los teatros y salas de conciertos, aunque ahora todo sea mucho más ‘íntimo’ por el 33% del aforo establecido.
Las terrazas seguramente sigan siendo la principal apuesta de los bares, restaurantes y cafeterías, pero estos locales también tienen ahora la posibilidad de ofrecer servicio a mesas en el interior. Aunque haya igualmente un aforo reducido, la suma de ambos espacios –interior y exterior- podrá aumentar la rentabilidad de los hosteleros y la posibilidad de encontrar sitio libre para los comensales.
Más flexibles serán también los encuentros con familiares o amigos, porque quedan ampliados de diez a quince personas, las mismas con las que se podrá compartir paseo o estancia en la playa dentro de esta fase.
En común: planes inciertos para un verano atípico
Al margen de estas dos velocidades, hay algo que tienen en común todos los territorios: cincuenta días previos a la desescalada que fueron muy duros y la esperanza de poder disfrutar de unas vacaciones de verano que de algún modo compensen tantas horas de encierro.
La pandemia ha demostrado su enorme poder para romper cualquier plan de la noche a la mañana, pero ni la inevitable incertidumbre sobre los días que vendrán y ni las múltiples dudas sobre la vuelta general a las playas, la reapertura de las piscinas comunitarias o la reactivación del turismo impiden que la sociedad pueda soñar.
Escapadas a la costa, senderismo en la naturaleza, rutas gastronómicas, turismo rural… Recorrer el final del túnel es más fácil si la mirada está puesta en ese ilusionante destello estival.