"No me he alegrado tanto de trabajar en la vida": las empresas de reformas y reparaciones retoman su actividad
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El sábado el BOE amanecía con una buena noticia para las pequeñas empresas de reformas: el Ministerio de Sanidad autorizaba las obras no urgentes en domicilios y edificios habitados en Fase 1, en la que, como mínimo, todo el país se encuentra desde el lunes 25. Fontaneros, electricistas, montadores de muebles, empresas de aluminio... Son muchos los autónomos que esperaban retomar su actividad después de dos meses de parón, y se preparaban para poder cumplir las medidas de seguridad e higiene obligatorias en cualquier espacio: mantener una distancia de dos metros o usar mascarillas y gel higienizante.
"No me he alegrado tanto de trabajar en la vida, es como si nos hubiera tocado la lotería", dice Esther, que la semana pasada mostraba su perplejidad por que se pudieran hacer reuniones en domicilios pero no dejar pasar a dos obreros a instalar una ventana o un cerramiento. Su marido y su cuñado tienen una empresa de carpintería de aluminio en Zaragoza, y han podido sacar a sus trece trabajadores del ERTE para ponerla en marcha. "Todos: los montadores, los del taller y las secretarias. Hay mucho trabajo acumulado", explica, contenta de detener las pérdidas que ponían en peligro la viabilidad de la empresa.
Ramón y su familia también esperaban ansiosos la vuelta de los obreros que estaban instalando una estructura para placas solares en su terraza. "A mitad de marzo dejó de llegarles el material y nos dejaron con las planchas de panel de sandwich por el medio. Viendo el panorama, desmontaron el andamio y ahí se quedó todo. Dos meses y medio con la terraza empantanada", nos cuenta, mientras los niños gritan al ver cómo está ahora la terraza: ya han vuelto los trabajadores y el andamio está otra vez levantado. "Seguíamos saliendo a la terraza a aplaudir a los sanitarios, pero no podíamos estar".
Obras interrumpidas
El cese de las obras fue escalonado: hasta el 30 de marzo no se prohibieron las actividades no esenciales y muchos pudieron terminar sus encargos. El 4 de mayo comenzó la desescalada y se recuperaron las actuaciones en viviendas deshabitadas y las reformas urgentes. Muchos cambios que tenían a los autónomos pendientes del BOE. "Yo me he hecho un máster, lo leo todos los días", dice Esther. "Cuando el sábado vi que podíamos empezar el lunes no me lo creía. Avisamos a los empleados, pero estábamos todos preparados: llevábamos semanas esperando".
“Me he hecho un máster, leo el BOE todos los días“
Los clientes también: "Como teníamos los teléfonos de los talleres desviados al móvil no parábamos de recibir llamadas preguntando por los encargos que teníamos y muchos nuevos. La gente estaba deseando", explica Esther. La avalancha les ha permitido recuperar de golpe a sus trece trabajadores del ERTE y a jornada completa, aunque se puede hacer escalonadamente según el nivel de actividad, como nos explica el secretario general de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), José Luis Perea. "Hemos recibido muchas consultas sobre el tema. Lo que nos interesa es trabajar y hacerlo lo antes posible, pero les decimos que es mejor perder un día en tramitarlo todo y poner medidas de seguridad".
Precisamente esta parte es, para Perea, la más confusa: "Desde que se inció desescalada y las actividades pudieron reactivarse vivimos en el caos. Horas antes de que un autónomo se reincorpore a su actividad no tiene claras las medidas de riesgos laborales que debe adoptar, ni las precauciones sanitarias", explica.
Volver con garantías
ATA va redactando guías de recomendaciones a medida que se amplían las actividades permitidas y tiene en su web recogidas las normativas y ayudas que van aprobándose. Aunque el uso de mascarillas y otros EPIS supone un coste económico para los autónomos, Perea tiene claro que electricistas, pintores o fontaneros están más que preparados para cumplir con las medidas que se exigen.
Ramón da fe: "Han venido con sus mascarillas y han procurado mantenerse a distancia". Él ha estado estos dos meses en contacto con la empresa que realizaba la obra para saber cuándo podían volver: "El jefe me escribió cuando recibió todo el material para decirme que en cuanto se pudiese vendrían a terminarlo. El mismo lunes estaban aquí. Han cumplido bien, ellos no tienen la culpa de que se haya parado todo. La obra era en la terraza y aunque casi no hayamos podido salir, hay que reconocer que no era urgente y es normal que parasen", reconoce.
“Ellos no tienen la culpa de que se haya parado todo“
Después de tantas semanas parados, a algunos propietarios les entra la prisa u olvidan que el coronavirus sigue entre nosotros, a pesar de que se relajen las restricciones. "Al estar en su casa la gente no es consciente de que hay que mantener una distancia, y hay que pedirles que no se acerquen o se vayan a otra habitación mientras hacen el trabajo", comenta Esther con una sonrisa. Los montadores van bien preparados, con "mascarillas FFP2, que ni te contagias tú ni puedes contagiar".
Reincorporación desigual
Ahora corren prisas las ventanas, persianas y mosquiteras y Esther prevé varios meses de trabajo frenético. "No nos hemos alegrado tanto de trabajar en la vida, es como si nos hubiera tocado la lotería", dice. Pero es consciente de que la avalancha puede frenar en seco: "Ahora lo cogemos todo, hay que trabajar lo que se pueda porque no sabemos lo que pasará después. Mucha gente habrá perdido el trabajo y no podrá cambiar las persianas, o puede volver el coronavirus. Nunca se sabe", sentencia.
“No me he alegrado tanto de trabajar en mi vida“
Desde ATA recuerdan que los autónomos siguen en la cuerda floja. Calculan que más del 30% aún no ha podido recuperar su actividad, y que los que ya trabajan no lo hacen al nivel de antes, a pesar de las imágenes en terrazas o tiendas: "No hay microclima de consumo, la gente no sale tanto a la calle. Aún hay miedo a ir al dentista o al fisioterapeuta, y las limitaciones de aforo y otras medidas no ayudan. Vamos pasando fases y hay posibilidades, pero la actividad no se recupera de un día para otro", cuenta su secretario general, José Luis Perea.
Además, no todos los sectores se han reincorporado, ni al mismo nivel: "No es lo mismo las peluquerías, que trabajan al 80%, que la hostelería, que sigue al 22%". Por eso piden al Gobierno ayudas más allá del estado de alarma no por sectores de actividad, sino por los ingresos económicos. Y recuerdan que algunos no podrán retomar su actividad este año: "Piensa en un feriante, o un guía turístico, un fotógrafo... Muchos son trabajos estacionales, no estaban dados de alta en marzo y se han quedado sin ayudas. Hay que incorporarlos a las redes de protección".