Dotes de comunicación y conocimientos médicos: retrato robot del rastreador perfecto contra la COVID-19
- El objetivo de estos profesionales es fundamental: cortar de raíz posibles cadenas de contagios para evitar rebrotes
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Los encargados del rastreo -o "búsqueda activa", como prefieren decir las autoridades sanitarias- de casos sospechosos de COVID-19 son una de las piedras angulares de la desescalada. En estos profesionales recaen dos de las capacidades más importantes de esta nueva etapa, como son la identificación precoz de la enfermedad y la vigilancia epidemiológica. Su objetivo es fundamental: cortar de raíz posibles cadenas de contagios mientras esto sea posible.
El sistema sanitario español ya disponía de protocolos para el seguimiento de contactos estrechos en patologías infecciosas, como tuberculosis o enfermedades de transmisión sexual, pero en todo caso estaban lejos del desafío que supone hacer frente a una epidemia de la magnitud actual.
Desde hace unas semanas, las consejerías de Sanidad de las diferentes comunidades autónomas se han puesto manos a la obra y, de la mano de Atención Primaria, han desplegado equipos de rastreadores, que son los profesionales que realizan el seguimiento y la vigilancia epidemiológica de los pacientes con COVID-19. Su eficacia ya ha sido puesta a prueba por los pequeños brotes de los últimos días localizados en diferentes puntos del país.
Básicamente, su trabajo consiste en contactar telefónicamente con los convivientes de los casos positivos de coronavirus y con aquellas personas con las que hayan estado durante al menos quince minutos sin haber guardado la distancia de seguridad de dos metros y sin la protección adecuada.
De estos profesionales, "lo más importante es que tengan habilidades de comunicación por teléfono", ha explicado a RNE Óscar Lecea, quien coordina el equipo de rastreadores de Navarra. "Hay que tener en cuenta que se ponen en contacto con personas asintomáticas a las que hay que informar de que tienen que permanecer aislados durante dos semanas, vigilándose determinados síntomas, y esto es difícil", apunta el doctor, quien considera como requisito indispensable que tengan una serie de conocimientos médicos, "o por lo menos alguien cerca que los tenga", aunque recalca que "realmente la habilidad fundamental es de comunicación".
Tal y como describe Lecea, partir de cada caso positivo, estos rastreadores de contactos se dedican a llamar a todas las personas que han estado cerca de ese paciente (familiares, amigos, compañeros de trabajo...) para intentar trazar todos los posibles contagios. El objetivo es ponerlos en cuarentena y así evitar que generen nuevas cadenas de transmisión.
¿Qué protocolo se sigue?
¿Cuál es el protocolo que se sigue desde que se tiene constancia de un posible nuevo caso? Aunque cada comunidad autónoma tiene el suyo propio, lo cierto es que las diferencias son pequeñas y los procedimientos en líneas generales son muy similares. Lo ha explicado también a RNE el enfermero Manuel Ballesteros, quien trabaja en el centro de salud de la localidad de Carrión de los Condes y es uno de los 22 rastreadores con los que cuenta la provincia de Palencia.
"En el momento en el que un paciente tiene sospecha de que pueda tener sintomatología compatible con COVID-19, se lo comunica a su médico de cabecera y el médico será el que le prescriba la realización de una prueba PCR", detalla, y puntualiza que siempre se les transmite a los pacientes que "si es posible, no vengan al centro de salud y contacten con nosotros por teléfono". Ballesteros manifiesta que el resultado de la prueba PCR se obtiene aproximadamente en 24 horas, y que esto "es una cosa nueva ahora en atención primaria, porque hasta ahora estos test se realizaban en hospital".
Una situación diferente a la de Navarra, donde han podido solicitar PCR en atención primaria desde mediados de abril. Esta sería una de esas particularidades con las que cuenta cada protocolo autonómico. Óscar Lecea pone otro ejemplo: "Nosotros, aquí en Navarra, el seguimiento de los contactos lo tenemos más centralizado".
PCR para el sospechoso y sus contactos
Manuel Ballesteros continúa describiendo el protocolo implementado por la Gerencia de Salud de Palencia: "A la vez que se realiza la PCR al paciente, él nos va a rellenar una hoja en la que nos explica quiénes son sus convivientes y sus contactos más estrechos". Veinticuatro horas más tarde, cuando ya se tenga el resultado de esa PCR, en caso de que esta fuese positiva, el paciente pasaría a estar en aislamiento y sus contactos en cuarentena.
A los convivientes se les realizaría a su vez una PCR para detectar posibles asintomáticos y se mantendría contacto telefónico durante los catorce días tanto con convivientes como con contactos estrechos. En el supuesto de que el test ofreciese un resultado negativo, el caso dejaría de ser sospechoso y ahí se daría por concluido el protocolo.
En el caso de Navarra, tal y como explica el doctor Lecea, el sanitario de atención primaria solicita la PCR ante cualquier síntoma compatible. Los profesionales que hacen el rastreo de los contactos acceden cada día a las PCR que han salido positivas del día anterior. Entonces, contactan por teléfono con el paciente. El médico ya le ha llamado previamente para que vaya pensando los contactos estrechos que ha tenido en los últimos días, y con ese listado se procede a llamarles uno por uno.
"También es distinto cuando es un paciente de una residencia, ya que es la residencia la que provee esos contactos", detalla el médico de Navarra, "o cuando es un paciente que está ingresado, que es el servicio de medicina preventiva del hospital quien provee los contactos".
A los convivientes se les somete a una PCR en las primeras 48 horas, y se hace seguimiento de todos durante catorce días. Al final de la cuarentena se les repite la PCR a todos. "Una PCR negativa al comienzo no significa que uno no pueda estar infectado, hay que esperar las dos semanas de la cuarentena porque puede estar en período de incubación y desarrollarla", manifiesta Lecea.
Navarra cuenta con una app para COVID-19
La Comunidad Foral de Navarra también cuenta con una app que se ha desarrollado específicamente y que puede ayudar a llevar a cabo ese seguimiento. Envía un aviso al paciente que se ha dado de alta como contacto, y todos los días le llega otra notificación para que se tome la temperatura y repase posible síntomas.
Si en alguno sale positivo, la propia aplicación le genera la posibilidad de una cita telefónica al día siguiente con su centro de salud para que se le solicite la PCR. "La idea es ser muy sensible y detectar todas las cadenas de transmisión de los casos para así cortar esa transmisión", dice Óscar Lecea.
¿Qué ocurre cuando no quieren asumir la cuarentena?
Como no podía ser de otra manera, las estrictas necesidades de salud pública durante la pandemia convierten en obligatorio para los ciudadanos el cumplimiento de estos protocolos. Pero, ¿qué ocurre cuando uno de esos contactos no quiere asumir la cuarentena? La respuesta es sencilla: se recurre a la autoridad. "Inconscientes los hay en todos los sitios, gente que no es consciente de que con su actitud la epidemia en vez de controlarse se pueda otra vez descontrolar", opina Manuel Ballesteros.
"Esta es una zona rural en la que todos nos conocemos y se nos ha dado el caso de tener que dar avisos a la Guardia Civil para que a contactos estrechos y convivientes de pacientes positivos se les indique que tienen que permanecer en su domicilio, porque se les ha visto por la calle, sin ningún tipo de medida…", manifiesta sobre el caso palentino.
¿Cuántos rastreadores hacen falta por habitante?
En cuanto al número de rastreadores por habitante se trata de una estimación que hacen las propias consejerías de Sanidad, y por tanto varía de una comunidad a otra. "Probablemente lo vayamos aumentando", manifiesta Óscar Lecea sobre la situación de Navarra, y explica que "nosotros tenemos aquí a 21 personas dedicadas a esto, aunque la previsión es ir aumentando según las necesidades".
"Conforme se vaya necesitando más personal, estamos planteándonos ir formando a más personas para que en un momento determinado tengamos esa flexibilidad de aumentar la plantilla de seguimiento", prosigue.
En el caso de Palencia, según opina Manuel Ballesteros, "con un rastreador por zona básica de salud rural en principio es suficiente", al mismo tiempo que detalla que forma parte de un equipo de 22 profesionales destinados a cubrir las necesidades de la provincia.
Aunque el enfermero matiza que "ahora, con el desconfinamiento más generalizado, va a haber muchos veraneantes que vuelvan a sus residencias de verano, del País Vasco y de Madrid, y además tenemos el añadido de que estamos en el centro del Camino de Santiago Francés, y en el momento en el que se autorice la llegada de extranjeros está la posibilidad de que se conviertan en diseminadores".