Los cambios en los informes diarios de Sanidad: ¿en qué hay que fijarse a partir de ahora?
- Desde el 11 de mayo entró en vigor la nueva estrategia de diagnóstico, vigilancia y control para la desescalada
- Los criterios han pasado a priorizar el seguimiento de la Covid-19 en las últimas 24 horas y el conjunto de la última semana
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A partir del 25 de mayo, el Ministerio de Sanidad cambió la forma de informar sobre los datos de la pandemia por la Ministerio de SanidadCovid-19. Hasta ese día el organismo, tras recibir las notificaciones de las distintas comunidades autónomas, remitía, por un lado, un dato acumulado de las distintas regiones y, por otro, la diferencia registrada con respecto al día anterior. Este mecanismo funcionaba para tres parámetros distintos: casos totales, fallecidos y recuperados -que posteriormente se denominaron "infecciones resueltas"-.
Antes de la gran renovación de este mes, hubo otra modificación importante el 26 de abril. Fue en ese momento cuando Sanidad estimó oportuno proporcionar únicamente los diagnósticos confirmados por la prueba PCR o reacción en cadena de la polimerasa, cuando en períodos previos daba por buenos los resultados de estas y los de los test serológicos. Fue por ello que el país vio cómo su número de contagios se veía bruscamente mermado de un día para otro -fueron casi 20.000 menos, como se puede comprobar en el siguiente gráfico-, aunque desde el ministerio afirmaban que esta serie de cambios eran habituales también en otros territorios.
En las últimas semanas, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, advertía de que se estaba poniendo en marcha una nueva estrategia -SiViES o Sistema para la Vigilancia en España- para controlar la situación en nuestro país ante el nuevo escenario de la desescalada. La explicación de este cambio viene recogida en los últimos escritos del ministerio, que también puede leerse en esta orden ministerial recogida en el Boletín Oficial del Estado (BOE): “El pasado 11 de mayo de 2020 entró en vigor la nueva estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia de COVID-19, por la que las comunidades autónomas deben notificar los casos confirmados de forma individualizada y diariamente al nivel estatal. Por lo tanto, a partir del 11 de mayo de 2020 se utiliza dicha información para la elaboración de este informe diario”.
Estos cambios de criterio no han hecho sino romper una serie histórica que desde el principio fue difícil de seguir, por las discrepancias entre los datos de las comunidades autónomas y las del Gobierno. Fue especialmente llamativo el caso de Cataluña, que en el fin de semana del 17 de abril comenzó a facilitar también información de casos sospechosos, así como de fallecidos con sintomatología, lo que hacía aumentar las cifras nacionales.
¿Qué es lo novedoso ahora?
Después de todas estas modificaciones, ¿con qué hay que quedarse? Si se toma de partida estos últimos documentos remitidos por Sanidad -tómese de base el del 27 de mayo-, continúan apareciendo los datos totales por comunidades y en el conjunto de España. Además, también permanece una columna destinada a mostrar los casos diagnosticados el día previo, esto es, pacientes que han sido catalogados como portadores del virus en la jornada anterior.
¿Qué ha cambiado? Por un lado, la temporalidad a la hora de contar los datos. Hasta ahora, todos los campos -casos, hospitalizaciones, UCI, fallecidos- reflejaban modificaciones, ya fueran al alza o a la baja, de un día para otro, aunque estas no tenían por qué haberse registrado necesariamente el día anterior, sino que podrían haberse producido días o semanas antes. Esto no hacía más que reflejar un retraso en las notificaciones, como ya han avanzado también desde el Sistema de Vigilancia de Mortalidad diaria (MoMo), lo que provocaba que Sanidad tuviera que añadir en los sucesivos informes notas a pie de página explicando las repentinas subidas o descensos de las comunidades autónomas. A partir de ahora la forma de contar esto cambia.
Si ponemos como ejemplo las hospitalizaciones, los ingresos en UCI y los fallecidos, aparecen todos anotados respecto a los últimos siete días. Esto es: aunque se hayan registrado, por ejemplo, 39 decesos en este período -desde este miércoles al miércoles anterior-, la diferencia de muertos que hay que con respecto al día previo es solo uno -si el 26 de mayo había 27.117, el día siguiente hubo 27.118-. Si nos fijáramos en los casos, este nuevo formato también se aplicaría en una parte del informe, pero en otra este intervalo se amplía hasta 14 días, que es como se venía funcionando en parte hasta entonces, especialmente a la hora de mostrar la incidencia acumulada (IA) o los casos diagnosticados por 100.000 habitantes.
¿Casos diagnosticados o con fecha de inicio de síntomas?
Además, los contagios también traen consigo otra novedad: los campos "casos diagnosticados en los últimos 14/7 días" y "casos diagnosticados con fecha de inicio de síntomas en los últimos 14/7 días". ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? El primero recoge las comunicaciones por parte de las comunidades y contabiliza los pacientes a los que se les ha atribuido la enfermedad en los últimos 14 o 7 días, de ahí la diferencia entre las cifras totales de un día u otro, así como la incidencia acumulada, pues toma unos valores distintos en función de la temporalidad a la que se refiera. El segundo parámetro, respecto al inicio de síntomas, sitúa la notificación en una fecha mucho más cercana al momento de la infección y es la que puede medir la probabilidad de la transmisión del virus en los siguientes días.
Para Salvador Macip, que dirige el Departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de Leicester (Reino Unido), "no hay mucha diferencia entre un sistema u otro", sino que lo que verdaderamente importa es que "sean consistentes". Debido a la descentralización de las competencias sanitarias, las comunidades autónomas "lo hacían cada una a su manera", de ahí el intento del Ministerio por intentar uniformizar todos estos datos. De hecho, "esta compatibilidad debería ser así en todos los países" para observar verdaderamente el impacto de la pandemia de forma equitativa, ya que en ocasiones no ha sido así: Bélgica siempre ha facilitado, por ejemplo, los fallecimientos en hospitales, residencias y domicilios, mientras que Reino Unido o Francia tardaron más tiempo en hacerlo así, de ahí que hubiera un punto en el que sus cifras aumentaran repentinamente.
Para Macip, "tiene lógica que se busque -un criterio de evaluación- algo más amplio". Una media, aunque sea semanal, "a la larga va a ser mucho más comparable que un dato diario". Esto concuerda con lo que Simón ha comentado en algunas ocasiones, especialmente en sus últimas ruedas de prensa: con este sistema, afirmaba el médico, se pretende dar "una imagen mucho más realista y mucho más segura" de la nueva situación en España.
Esto, si se lleva al plano político, también ha tenido sus consecuencias. El coronavirus es una enfermedad que tarda en mostrar síntomas y, a veces, incluso ni lo hace. Prueba de ello ha sido el confinamiento: se ha tardado más tiempo en ver sus efectos -la reducción de casos- precisamente porque el período de incubación de la Covid-19 puede alargarse hasta los 14 días. "Atendiendo a la política no puedes esperar tanto tiempo -a la hora de tomar decisiones-, pero informativamente hablar de períodos más largos compensa más", comenta Macip.
Cambio de proceder o cómo adaptarse a las nuevas necesidades
Fuentes del Ministerio de Sanidad consultadas por RTVE.es afirman que todos los nuevos datos que se recogen y que se plasman en los sucesivos informes siguen criterios epidemiológicos "para obtener el máximo de información". De hecho, Simón apuntaba que instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), por un lado, con los nuevos indicadores que se habían implementado en esta nueva fase, pues iban en la línea de que lo que estaban proponiendo a otros países, y por otro porque efectivamente se hubieran podido poner en marcha, algo que el director del CCAES ha reconocido que ha sido posible gracias al gran trabajo de las comunidades.
Desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), una pieza clave en todo este proceso, comentan que ellos son un organismo al servicio del ministerio y que no entran a valorar sobre si la elección del momento a la hora de cambiar este procedimiento ha sido el más oportuno o no, de cara a que la ciudadanía pueda comprender más fácilmente qué está pasando en España. Apuntan a que es habitual dentro de los servicios epidemiológicos que se depuren los datos, por lo que esta situación acabaría llegando en punto u otro.
Desde este ente también anotaban a que todas estas decisiones debían estar consensuadas entre Sanidad y las consejerías de todo el territorio español. Hasta ahora, "los datos se podían dar muy deprisa, pero la calidad era menor", afirmaba Simón. En esta nueva fase, por el contrario, las comunidades, con menor presión, "pueden verificar y validar datos, tanto los nuevos como los antiguos", lo que ha permitido limpiar algunos duplicados, como se comprobó en la reducción del número de fallecidos en casi 2.000 el mismo 25 de mayo.
Algunas regiones consultadas confirman que la carga de trabajo se ha visto incrementada inevitablemente con las nuevas necesidades que se han ido requiriendo para hacer frente a la situación, aunque no en todas por igual. Unas, por ejemplo, han hecho hincapié en la figura del rastreador, pues conlleva mayor profundización en los casos para hacer un seguimiento de los contactos en el caso de registrarse un contagio. Otras, por el contrario, comentaban que recogían de forma asidua todos los datos epidemiológicos que podían, por lo que ante un cambio de criterio lo único que tenían que hacer era adaptarse a ellos.