El coronavirus desborda América Latina, lastrada por la pobreza y la falta de recursos
- El peso de la economía informal y la desigualdad dificultan el confinamiento y mantener la distancia social
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La pandemia del coronavirus, tras golpear con fuerza en Europa y Estados Unidos, está desbordando en las últimas semanas a los países de América Latina, que se han convertido en el principal foco de expansión de la Covid-19 a pesar de que la enfermedad desembarcó más tarde en la región: los contagios se aproximan al millón y medio, con ritmos diarios de crecimiento que bordean el 5 % en países como Brasil, México, Perú y Chile, sin que se atisben indicios de que se ha superado el punto álgido y entre grandes dificultades para mantener las medidas de confinamiento por la pobreza enquistada en las sociedades latinoamericanas, que empuja a la calle a quien cada día tiene que buscar su sustento.
“Estamos viendo una explosión y faltan dos meses, quizás dos meses y medio, para observar un descenso“
"Estamos viendo una explosión y faltan dos meses, quizás dos meses y medio, para observar un descenso como el de Europa", asegura en declaraciones a RTVE.es el epidemiólogo Daniel López Acuña, ex director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, quien señala que en casi todos los países latinoamericanos "las curvas están en ascenso o, como mucho, en una meseta".
Algo más cerca ve el pico de la epidemia Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano, quien estima que "quizás a finales de junio empiece a atenuarse", aunque advierte que las cicatrices que dejará el SARS-CoV-2 serán profundas: "La situación se va a complicar enormemente, porque los gobiernos tienen muy poco margen de actuación de cara a una reconstrucción".
Brasil, el país más golpeado
De momento, la región debe luchar por frenar una epidemia en ascenso: según los datos de contagios y fallecimientos diarios que recaba el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), a día de hoy se contabilizan 1.344.291 contagios en los países de América Latina, casi el 19 % del total mundial, una de cada seis registrada en el planeta.
La situación es especialmente grave en Brasil, convertido en el segundo país con más casos confirmados del mundo, cerca de 700.000, solo por detrás de Estados Unidos, y en el tercero en número de muertes, aún por detrás de Reino Unido, con 36.455 víctimas mortales. La tasa de crecimiento diaria de los contagios se ha desbocado, rondando consistentemente el 5 % en los últimos días, lo que supone alrededor de 30.000 nuevos casos cada jornada.
Aunque Brasil acapara más de la mitad de los casos y de las muertes en la región, el coronavirus está embistiendo con fuerza en muchos otros países. Así, Perú roza ya los 200.000 contagios, Chile se acerca a los 140.000 y México supera los 120.000 casos, todos ellos sin visos de haber superado el pico de la pandemia y con tasas de crecimiento diario que oscilan en los últimos días entre el dos y el cinco por ciento.
Un desembarco tardío
Aunque menos acuciantes, las perspectivas no son tampoco halagüeñas en países como Ecuador y Colombia, que superan los 43.000 casos y siguen acumulando contagios a ritmos elevados, ni en Argentina, donde la imposición temprana de medidas de confinamiento ha frenado en cierta medida la expansión, con algo menos de 24.000 casos, aunque en las últimas semanas el ritmo de crecimiento también ronda el 5 %.
“Pese a los esfuerzos realizados, muchos países se han visto desbordados“
Porque los países latinoamericanos contaban en esta crisis con una ventaja comparativa que, sin embargo, se ha revelado insuficiente: la pandemia surgió en China y golpeó con gran fuerza en Europa y Estados Unidos antes de llegar a la región, lo que permitía adoptar medidas preventivas. No todos las adoptaron y, en cualquier caso, no han sido suficientes.
"Pese a los esfuerzos realizados, muchos países se han visto desbordados", asegura Carlos Malamud, que subraya las dificultades para llevar a la práctica medidas como el confinamiento que tan exitoso se ha demostrado en Europa. "Es muy difícil mantener a la gente confinada cuando tienen que salir cada día a buscar el sustento o a conseguir comida porque carecen de frigorífico", explica, al tiempo que recuerda que la economía informal representa el 50 % de la actividad en la región, aunque en lugares como Perú supera el 70 %.
La pobreza dificulta mantener la distancia social
De la misma forma, la falta de acceso a internet, convertido ya en un servicio básico para acceder a productos sin moverse de casa o a la enseñanza a distancia, marca un hito de desigualdad entre capas sociales. "Sabemos que la Covid-19 ataca a los sectores más pobres", abunda Malamud.
Daniel López Acuña coincide en que la expansión de virus no obedece a una falta de disciplina ciudadana, sino que "el peso de la economía informal y la ausencia de medidas de protección social colocan a la gente ante un dilema: quedarse en casa o salir a buscarse la vida".
Un ejemplo paradigmático son las 'villas miseria' de Argentina: según recoge Efe, el cordón urbano de Buenos Aires concentra el 85 % de los casos en el país y, aunque desde este lunes se puede salir a pasear o correr en la capital, el confinamiento se mantiene igual de estricto en los barrios pobres de su área metropolitana.
Actitudes negacionistas
En cualquier caso, López Acuña también ha echado en falta una actitud más decidida por parte de los gobiernos de la región: "La mayor parte de los países no han tenido una previsión suficiente; alguno no se tomó en serio el confinamiento", recalca, señalando las "actitudes negacionistas e irresponsables, como la de [el presidente de Brasil, Jair] Bolsonaro, minimizando la magnitud del problema, o la de [el presidente de México, Andrés Manuel] López Obrador, aunque luego ha ido rectificando".
Malamud incluye en la terna de gobiernos "negacionistas" respecto a la gravedad de la pandemia al matrimonio de Daniel Ortega y Rosario Murillo que dirige Nicaragua y lamenta que los tres países están pagando las consecuencias: "Están viviendo situaciones bastante catastróficas".
En el otro extremo se situarían Uruguay, Paraguay y Costa Rica, que impusieron medidas de confinamiento y realización de test que han logrado contener en buena medida la enfermedad. "Colombia, Argentina y Chile está haciendo lo que pueden", desliza el experto del Real Instituto Elcano, dada la disponibilidad de recursos existentes.
Escasez de recursos
“Los mecanismos de vigilancia epidemiológica están muy debilitados“
Porque la región acusa, además, una falla estructural por la falta de inversión en sanidad: "No hay cobertura universal, gran cantidad de personas sobreviven sin ninguna cobertura", recuerda López Acuña, quien avisa que "los mecanismos de vigilancia epidemiológica están muy debilitados", un aspecto clave para el control de la enfermedad cuando se supere el pico de la pandemia.
En este sentido, este experto vaticina que habrá intentos de desescalar "antes de tiempo, se le ha dado mucho más peso a la actividad económica que la situación sanitaria, y los rebrotes provocarán frenazos que serán aún peores". El Banco Mundial estima que el PIB de América Latina caerá un 7,2 % este año a causa del coronavirus y los países se ven impelidos a descongelar la actividad para esquivar el hundimiento económico: "Mantener el confinamiento mucho tiempo es muy complicado", concede Malamud.
Eso significará aún menos recursos, tanto para combatir la epidemia como para luchar contra la pobreza. Por eso Bolsonaro presiona a los gobernadores estatales para que rebajen las medidas restrictivas y López Obrador insinúa una desescalada que se ha visto obligado a frenar ante el embate de un virus que ahora mismo golpea con más fuerza que ningún otro sitio a América Latina.