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Coronavirus

Tests privados de coronavirus: ¿puedo hacerme la prueba por mi cuenta?

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Una mujer se somete a un análisis para conocer si ha generado anticuerpos contra el coronavirus.
Una mujer se somete a un análisis para conocer si ha generado anticuerpos contra el coronavirus.

Ana acudió a un laboratorio a finales de mayo. Tuvo síntomas de coronavirus para confirmar si estaba contagiada. Por eso, ha decidido asumir de su bolsillo el coste de un test de anticuerpos para saber si pasó realmente la enfermedad.

Como ella, son cada vez más las personas interesadas en conocer si se encuentra dentro de ese 5,2 % de la población española contagiado de COVID-19, según la segunda ronda del estudio ENE-COVID de seroprevalencia que está realizando el Ministerio de Sanidad.

Algunos lo hacen para estar más tranquilos, otros, por curiosidad o hasta para poder incluirlo en su currículum. Sin embargo, desde las consejerías de Salud de las diferentes comunidades autónomas, que desde mediados del mes pasado tienen el control de los laboratorios privados respecto a estas pruebas, advierten de que solo se puede acceder a los test de diagnóstico por prescripción médica -a diferencia de los test de cribado- y que no todos los que hay en el mercado revelan lo mismo. Por eso, insisten en que la interpretación de los resultados debe hacerla un especialista.

Clínicas y laboratorios ofrecen tests rápidos y serológicos desde 40 euros

“Al ver que eran negativos no pedí interpretación médica”

David tiene 32 años y trabaja como productor audiovisual. Hace unas semanas acudió a un centro médico a través de su sociedad de salud privada para pedir que le hicieran las pruebas, aunque no había notado ningún síntoma compatible con la COVID-19. Asegura que aunque hacerse un test puede ser bueno para su trabajo como freelance, lo hizo “para estar más tranquilo antes de que abrieran a Fase 1” y antes de comenzar a ver a personas de su familia y de su entorno.

El test serológico le costó 95 euros, se lo hicieron con una muestra de sangre y tardaron cinco días en darle los resultados, sin que un médico le explicase qué significaban: “Me los dieron online, me los hice un jueves y el martes los tenía disponibles. Al ver que eran negativos no me preocupé de pedir interpretación médica”.

Sol, nombre ficticio, tampoco tenía síntomas, pero optó por un test rápido que resultó negativo: “Yo me lo hice porque el padre de mi novio compró varios tests de una empresa holandesa y le sobraron. La verdad es que fue por curiosidad y porque, si por casualidad me salía positivo, sabía que ya contaba con los anticuerpos”.

Ella lo hizo en su casa, solo tuvo que mezclar una gota de sangre con un reactivo y esperar unos minutos. “Me explicaron los tipos de resultados que podían salir y lo que significaban, aunque soy consciente que es un tema muy cambiante y en plena investigación”, reconoce.

El precio de los test, en manos de las autonomías

Cualquiera, “con prescripción médica, puede acceder a todas las pruebas de diagnóstico privadamente”, explica a RTVE.es el director de la Asociación Española del Laboratorio Clínico (AEFA), Antonio Rider Pérez, que recuerda la vigencia de la orden SND/344/2020, que regula cómo y quién puede realizar las pruebas desde el pasado 13 de abril. Y para los test de cribado, los que te dicen si tienes o no anticuerpos, ni siquiera hace falta una prescripción médica.

El texto de la orden pone a los centros de diagnóstico clínico privados al servicio de las necesidades de cada comunidad autónoma y los obliga a notificar a la autoridad sanitaria tanto los equipos y materiales de los que disponen, como “los casos de COVID-19 confirmados de los que hayan tenido conocimiento tras la realización de las correspondientes pruebas”.

Esta orden se ha trasladado a los reglamentos de varias regiones de España, estableciendo criterios más estrictos, como la necesidad de una autorización de la Consejería para realizar las pruebas en Asturias, o la posibilidad de regular los precios si el mercado no funciona correctamente, en Canarias.

Aunque todavía no existe un estudio específico de precios, los tests de anticuerpos están disponibles a partir de 40 euros, pero asociaciones de consumidores como FACUA abogan por su regulación. “El Gobierno decidió dejar en manos de las comunidades autónomas la decisión de fijar los precios máximos en lugar de hacerlo directamente, así que, ahora, dependemos de 17 gobiernos autonómicos decidiendo o no tomar esta medida”, protesta en declaraciones a RTVE.es el portavoz de la organización, Rubén Sánchez.

Por el contrario, no es un problema para el director de AEFA, que piensa que no hace falta controlar los precios: “Primero, por comprometer el libre mercado, y menos aún ahora, cuando los precios de dichos test han bajado y cuando han aumentado su disponibilidad, sensibilidad y especificidad”.

Solo la PCR y los tests de antígenos sirven para el diagnóstico


Más allá del debate económico, conceptos como PCR, test de anticuerpos, cuantitativos, cualitativos, serología o inmunidad se mezclan al abordar cuál es el test adecuado en cada momento de la enfermedad. Actualmente, existen hasta cinco tipos de pruebas divididas en tres grupos: los tests de ARN, los tests inmunológicos y los tests rápidos. De todos ellos, solo la PCR y los antígenos sirven para ofrecer un diagnóstico al paciente.

Mientras la prueba PCR, que es la única reconocida por Sanidad para que un caso entre en su estadística, detecta material genético del SARS-CoV-2, los tests de antígenos detecta proteínas del virus. Ambos se realizan a partir de una muestra nasofaríngea: el resultado de la primera se demora de tres a cuatro horas en el laboratorio y el de los segundos pueden ser más rápido, dependiendo de su sensibilidad.

Por otra parte, los tests serológicos o de anticuerpos están más indicados para el cribado poblacional, que es el cometido al que los han destinado casi todas las comunidades autónomas y algunos ayuntamientos, como el madrileño de Torrejón de Ardoz. Pueden ser rápidos o inmunológicos, se realizan a partir de una muestra de sangre y detectan anticuerpos producidos frente al virus.

De acuerdo con la Asociación Española del Laboratorio Clínico (AEFA), “los test que detectan los anticuerpos, antígenos y los ELISA [un tipo de test de anticuerpos] están a disposición para todos los laboratorios clínicos privados”, mientras que las PCR solo las utilizan los laboratorios de biología molecular, “por requerir unas condiciones especiales de seguridad biológica y de capacidad técnica”.

Sanidad realiza la prueba PCR al 85% de los casos sospechosos de coronavirus

Serología: un estudio destinado al cribado

“Ambas pruebas son muy útiles, pero es muy importante saber cuándo hay que utilizarlas”, insisten desde la Consejería de Sanidad de Castilla y León, que explica que utiliza los tests rápidos “para conocer quién ha estado en contacto con la COVID-19 y quién ha desarrollado anticuerpos”. Hasta el 4 de junio, las comunidades autónomas han realizado 1.642.458 de estas pruebas que sirven para confirmar la respuesta del sistema inmunitario contra el virus.

Tanto es así, que el propio Ministerio de Sanidad desaconseja utilizar los tests serológicos “para diagnóstico y adoptar decisiones clínicas” en su último documento de instrucciones sobre la realización de pruebas diagnósticas en el ámbito de las empresas.

En este tipo de test, recuerda la consejería de Sanidad de Asturias, un resultado positivo significa que se ha tenido contacto en algún momento con el virus de la COVID-19 y que el organismo ha generado anticuerpos para defenderse ante la enfermedad. Sin embargo, se deben seguir las medidas de prevención, porque, aunque se haya pasado el virus, se puede seguir siendo un vector de transmisión.

Así, siguiendo la recomendación de Sanidad y el criterio fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las comunidades autónomas consultadas por RTVE.es aseguran que han utilizado este sistema para hacer estudios de cribado en poblaciones vulnerables con mayor riesgo de exposición, como residencias o trabajadores sanitarios y sociosanitarios.

Extremadura solo las utiliza en el ámbito extrahospitalario en casos leves, y siempre por indicación clínica y bajo supervisión de personal sanitario, Cataluña afirma usarla “como complemento de la PCR, en algunos casos” y, en Ceuta, sirve “únicamente para adelantar en el diagnóstico ante casos graves, en tanto se dispone de PCR”.

Marcos López Hoyos, de la Sociedad Española de Inmunología asegura que "La detección de anticuerpos no sirve para diagnosticar el coronavirus"

¿Cómo leer cada test?: "Los resultados dependen del tiempo"

“Cuando se hace una prueba a una persona, sobre todo si es asintomática, hemos de tener las dos pruebas: PCR y serología”, explica la adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona, Judit Villar. “Los resultados dependen del tiempo”, afirma en un vídeo divulgativo en el que relata que, mientras en los primeros 15 días la PCR será positiva y la serología negativa, más tarde las serologías serán positivas y la PCR negativa. “La combinación nos dirá en qué fase de la enfermedad estamos”, asegura.

Esto es así, porque los tests serológicos ofrecen resultados para, al menos, dos tipos de inmunoglobulina, una proteína presente en el suero sanguíneo capaz de combinarse específicamente con el antígeno que produce los anticuerpos contra el coronavirus.

La inmunoglobulina M (IgM) es la primera defensa que aparece en el cuerpo. Lo hace entre el quinto y el séptimo día de enfermedad, pero también es la primera en desaparecer. La inmunoglobulina G (IgG) es la elegida por Sanidad para concretar los resultados de su estudio de seroprevalencia y es una respuesta de anticuerpos más duradera que aparece entre el décimo y el decimoquinto día desde el contagio.

“La IgM significa un contacto más reciente con el virus que la IgG”, aclara la doctora Villar, que advierte de que actualmente no se puede hablar de “inmunidad” contra el virus, porque “a día de hoy, no sabemos cuánto dura la respuesta”.