Un cómic celebra el 25 aniversario de la Recopa del Zaragoza
- Óscar Sanz escribe y dibuja Casablanca, Madrid, París
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El 10 de mayo de 1995 el Real Zaragoza conseguía una de las mayores gestas de su historia al ganar la Recopa de Europa derrotando, en el estadio del Parque de los Príncipes de París, al que era el vigente campeón, el Arsenal londinense, por 2-1 en la prórroga. Una gesta de la que se celebra el 25 aniversario con un cómic escrito y dibujado por Óscar Sanz: Casablanca, Madrid, París (GP Ediciones).
"La Recopa es la gran gesta moderna del equipo -asegura el dibujante-. El zaragocismo ha vivido épocas gloriosas dignas de tener su propio nombre, como los alifantes, los magníficos o los zaraguayos, y aquel equipo será recordado como la quinta de París. Aunque posteriormente se hayan ganado títulos, la última década no ha sido la mejor para ser zaragocista (actualmente están en Segunda División) y la Recopa está sirviendo de bálsamo, una forma de recordar que en algún momento esto cambiará para dar paso de nuevo a las grandes noches".
En aquella época Óscar era un niño, por eso le preguntamos cómo recuerda esa gesta: "La viví con 12 años. Demasiado jóven para quemar la noche pero muy buena edad para idealizar el momento. Si a los de la generación de Naranjito se nos va la mano recordando series de dibujos animados, películas y programas de la tele, cuando tu equipo gana un trofeo así, se convierte automáticamente en el mejor momento, no de tu vida, si no de la historia de la humanidad".
"Todas estas razones ya serían un buen motivo para dibujar este cómic... pero sería un motivo equivocado -añade Óscar-. 25 años después eres consciente que las cosas no pasan por casualidad. Qué Nayim estuviera en esa posición del campo, en ese minuto de juego, no fue por capricho divino. Estaba ahí porque Víctor Fernández tomó la absurda decisión de cambiar a García Sanjuán, que ni siquiera empezó como titular el partido, en vez de al ceutí. Un Nayim que estaba en el equipo porque el Tottenham se lo ofreció al equipo maño durante un partido amistoso y que el presidente del Real Zaragoza no quería fichar. Pero ahí estaba Avelino Chaves -quien estuvo a punto de ser despedido porque se le consideraba un juguete roto- firme, para recomendar su fichaje. La forja de un equipo son un cúmulo de aciertos y errores que el aficionado medio desconoce. Y por eso tenía que existir este cómic".
Dos líneas paralelas que convergen en un histórico gol
Este tebeo cuenta, minuto a minuto, todo lo que ocurrió en esa final, peor también muchas otras cosas. "El cómic, bajo la excusa de contar la final de la recopa de 1995 entre el Real Zaragoza y el Arsenal de Londres, nos muestra cómo un entrenador, Víctor Fernández, sin casi experiencia en los banquillos, se enfrenta al reto de entrenar al equipo de su vida entrando en el club como aprendiz de Radomir Antic pero que acabará poniéndose al frente para salvarlo del abismo de la segunda división" -nos comenta Óscar-.
"La forma de narrarlo es trazando dos líneas -continúa-, una en la que vemos minuto a minuto el partido, y otra, centrándose en el punto de vista de Víctor Fernández, que transcurre en los años comprendidos entre 1988 y 1995. Ambas líneas podrían parecer paralelas, pero finalmente convergen en ese gol de Nayim, digno final de cualquier blockbuster deportivo".
Ha hablado con los protagonistas
Lo mejor de este cómic es que óscar ha podido hablar con algunos de los protagonistas de esa gesta: "La documentación ha sido abordada de todas las maneras posibles. Primero con el testimonio directo de Víctor Fernández, que siempre estuvo dispuesto a responder mis preguntas por extrañas que fueran, al que hay que sumar el asesoramiento de Chesus Santamaría, periodista deportivo de la tierra. El Óscar Sanz de 12 años habría alucinado si llega a saber con quién estaría hablando para hacer un cómic 25 años después".
"Por muy celebrado que pueda ser tener tales fuentes -añade-, la memoria tiene sus límites y recurrir a documentación de la época ha sido primordial: anuarios, recortes de periódicos, vídeos de youTube, fotos de aficionados, etc. Se ha intentado tener la mayor documentación posible. Más que nada para que esos pequeños detalles, que no alteran la historia pero le dan autenticidad, estén ahí".
El cómic también recoge muchas anécdotas. "Me resultó divertido enterarme que la misma noche que el equipo evita el descenso de categoría, Víctor acabó durmiendo en un banco de la calle por culpa de la cadena de seguridad de la puerta de su casa, que estaba echada. Salvar una ciudad de la catástrofe no evita que los pequeños problemas cotidianos puedan darte un disgusto" -nos comenta Óscar-.
"No me preocupaba hacer retratos fieles de los protagonistas"
En cuanto a su estilo de dibujo, Óscar asegura que: "Con el dibujo se ha buscado reflejar la época. El fútbol de los 90 y el actual difieren en casi todo. Las camisetas ceñidas, los tatuajes, la mercadotecnia y los grupos inversores extranjeros de ahora no tienen nada que ver con las camisetas extra-anchas, los bigotones y los presidentes populistas de hace 25 años".
"Lo que peor he llevado ha sido dibujar interiores de autobús -continúa-. En cómic se suele hablar de los caballos, los barcos y las bicicletas, pero la absurda monotonía de dibujar hileras de asientos le va a la zaga. Fuera de este chascarrillo, difícil lo es todo. El querer estar a la altura, tanto de la gesta que cuentas, como de la confianza recibida por los editores, hace que nada sea sencillo".
Trabajar con personajes reales es otra dificultad a la que se ha enfrentado óscar: "No me preocupaba especialmente hacer fieles retratos de los protagonistas. Uno es consciente de su estilo y sus limitaciones. Me preocupaba que fueran reconocibles dentro de la historia. Conseguir que el lector entrara en el juego que le estaba proponiendo. Y creo que lo he conseguido. No sé si en un primer vistazo la gente reconoce a la persona, pero desde la primera página todos saben quién es quién".
"El que me ha resultado más difícil ha sido Fernando Cáceres -añade-. En 2009 fue víctima de un tiroteo y a la hora de buscar imágenes suyas, siempre recibía información del incidente, por lo que no podía dejar de pensar en el sufrimiento del jugador y de sus seres queridos".
En cuanto a la recreación de los vibrantes partidos de fútbol, Óscar asegura que: "Mi estilo a la hora de hacer cómic se adapta muy bien a este tipo de narrativa. Me caracterizo por planos difíciles, donde el ojo de pez y las perspectivas forzadas predominan. Esto genera un efecto en el que el ojo deambula por la escena como si de un gran travelling se tratara. Las páginas también se salen de la cuadrícula cuando es necesario. La ventaja que tiene el cómic sobre el texto escrito es que tienes toda la superficie de la hoja para narrar".
"El cómic y el fútbol no se han llevado bien"
A pesar de que en España seamos tan aficionados al fútbol, son muy pocos los cómics que se han centrado en ese mundillo. "Son dos mundos que no se han llevado bien -confiesa Óscar-. No hace falta nombrar los topicazos de uno y otro lado. A mí, personalmente, me parece una más de esas polarizaciones injustas que nunca nos cuestionamos. Se puede disfrutar de las dos cosas sin problema. Pero hay que preocuparse de entender los dos mundos. La forma de adentrarse en el mundo del fútbol por parte de cómic, por norma general, la considero torpe. En España se ha considerado un producto más de marketing, cuyo única motivación era que apareciera el escudo de tu equipo. Y el fútbol puede contar mucho más. Por suerte esto parece que está cambiando y últimamente salen cómics, como Llamarada (ECC), de Jorge González, que se están tomando en serio lo que puede ofrecer este deporte".
En cuanto a sus influencias, Óscar confiesa que: "Me gustaría creer que he sido capaz de aprender de grandes creadores del género como Will Eisner u Osamu Tezuka (El libro de los Insectos Humanos fue un antes y un después en mi manera de concebir la creación de un cómic). Para Casablanca, Madrid, París he tenido muy presente El Boxeador de Rubén del Rincón y Manuel Carot. Aunque son dos cómics que deambulan por caminos diferentes, quería transmitir esa misma sensación de estar viendo lo que oculta el decorado del deporte profesional".