División en parcelas y control de vehículos: las mil playas gallegas se preparan para un verano atípico
- Los ayuntamientos costeros buscan fórmulas para evitar las aglomeraciones
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Galicia, con casi 1.500 kilómetros de costa y cerca de un millar de playas se perfila como uno de los destinos favoritos en un verano atípico, marcado por la pandemia del coronavirus. ¿Cómo mantener la distancia de seguridad en los arenales? Una vez descartado el sistema de cita previa, propuesto en principio por la Xunta, cada ayuntamiento busca ahora sus propias fórmulas.
La entrada el pasado 25 de mayo en la Fase 2 de la desescalada permitía ya disfrutar de la playa a los vecinos de las zonas costeras sin que se hayan registrado, de momento, grandes aglomeraciones. El reto es organizar los accesos a partir de julio, cuando se permita la llegada de turistas nacionales e internacionales.
División en parcelas en Vigo y Sanxenxo
En Vigo, las playas de Samil y O Vao, con casi cuatro kilómetros entre las dos, contarán con un sistema de división con cintas de colores para mantener la distancia social. Se marcarán en blanco las entradas y salidas, en verde los accesos a la orilla o en rojo las parcelas de 8x8 metros que dividirán la playa. Un plan similar al presentado en Sanxenxo. Silgar, su arenal más emblemático, se dividirá en 780 cuadrículas, reduciendo así el aforo habitual entre el 50 y el 25 por ciento. Así, como mínimo podrán disfrutar de la playa 1.560 personas a la vez. El ayuntamiento reforzará el personal para controlar los accesos y la limpieza. Los servicios, por ejemplo, se desinfectarán cada 90 minutos.
Cámaras de vigilancia, apps y control policial
A Coruña ha implantado una vía única de entrada y salida en sus playas urbanas, con pasos señalizados con vallas. A través de las cámaras del paseo marítimo la policía local controlará el aforo y una aplicación móvil informará en tiempo real de la capacidad de la playa o el estado de la marea.
Ayuntamientos más pequeños, como Marín, recurrirán también a la Policía local y Protección Civil. “Tenemos mucha carga de trabajo, no tenemos personal para garantizar el control”, indica la alcaldesa María Ramallo. “Apelo a la seriedad, a que vayan juntas como máximo 15 personas y a que se respeten las distancias de seguridad”.
Tarjeta de acceso en coche para residentes
Muy concurridas suelen estar también las 38 playas de Cangas de Morrazo, especialmente los fines de semana. Para centrarse en la gestión de la COVID-19, este ayuntamiento pontevedrés ha decidido renunciar a las siete banderas azules que le otorgó en este 2020 la Asociación para la Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac). “No estamos en condiciones de garantizar los servicios que implica el distintivo”, explica el alcalde, Xosé Manuel Pazos.
“Las banderas azules son un reclamo para que venga gente, y este año queremos hacer justo lo contrario: regular el acceso“
“Las banderas azules son un reclamo para que venga gente, y este año queremos hacer justo lo contrario: regular el acceso. Las personas empadronadas y las que se alojen en establecimientos de Cangas tendrán que utilizar una tarjeta para acceder a los aparcamientos próximos a las playas. El resto de la gente tendrá que caminar entre un kilómetro o medio kilómetro para poder acceder a la playa”.
Serán, por tanto, 112 banderas azules las que ondearán en Galicia, la más galardonada después de la Comunidad Valenciana. Adeac remitirá a los ayuntamientos un documento elaborado por expertos con indicaciones a seguir en prevención, organización o primeros auxilios. Las playas que incumplan los criterios perderán la bandera azul.
Todo un reto, pues, para los ayuntamientos costeros, que se enfrentan este verano a una situación nunca vivida hasta ahora