El Ayuntamiento de Logroño diseñado por Rafael Moneo celebra su 40 aniversario
- La arquitectura funcional del edificio busca un equilibro entre lo estético y el aprovechamiento del espacio
Ya empezaba a despuntar como gran arquitecto que ha demostrado ser. Rafael Moneo se embarcaba en proyectos y participaba en concursos internaciones, como el del ayuntamiento de Ámsterdam. No lo ganó, pero su propuesta innovadora gustó a muchos, entre ellos, al alcalde de Logroño en 1973, Narciso San Baldomero. Por aquel entonces, la ciudad disponía de un ayuntamiento muy reducido, y los departamentos municipales estaban desperdigados.
De esta manera se aprovechó el solar del antiguo Cuartel de Caballería Alfonso XII, derribado a principios de la década, para destinarlo a la nueva Casa Consistorial. En mayo de ese mismo año se le encargó el proyecto al tudelano. Comenzó la Transición Española, y con ella Logroño tampoco se quedó atrás.
La situación del recinto era idónea. Estaba cerca del casco histórico, donde se resolvía toda la vida de la ciudad y a la vez se abría a la zona del rio Ebro. Según cuenta el Director General de Arquitectura de Logroño Rafael Alcoceba, el nuevo edificio “impactaba y modernizaba el concepto que tenían los ciudadanos del típico ayuntamiento”. Moneo consiguió desarrollar con dos bases triangulares un efecto de mayor envergadura, además de aportar espacios imprescindibles para la actividad administrativa y pública.
La plaza como nuevo término para celebrar actos multitudinarios
La plaza está delimitada por dos triángulos de distintas dimensiones. Juntos crean la gran fachada que parece abrazar a los transeúntes, un artificio arquitectónico que no se hubiese logrado con un edificio compacto.
La geometría es una constante en Rafael Moneo, que, además, en este caso recuerda a la obra moderna de otros arquitectos europeos como Giuseppe Terragni o Gunnar Asplund. Para enfatizar la horizontalidad del edificio, Moneo quiso utilizar piedra arenisca como elemento unificador. Las figuras se juntan en el vértice de las dos hipotenusas, donde aparecen los accesos al consistorio.
En su parte trasera se ubica un tercer edificio, el auditórium, que no entorpece a los viandantes porque se encuentra en planta primera y con diseño porche.
El arquitecto quiso intervenir al máximo. No solo aportando la ubicación del reloj, elemento característico de la arquitectura local, también propuso la contratación de “La Dama de la Fuente” de Francisco López, inaugurada en 1984 durante la celebración de San Bernabé.
Suma de edificios donde predomina lo funcional frente a lo decorativo
El diseño funcional busca el equilibrio de la propia arquitectura y el uso de los espacios. Tanto es así que a lo largo de estos 40 años el interior del Ayuntamiento de Logroño no ha sufrido apenas variaciones. Además, la estructura, típica de esta corriente, está basada en el uso del hormigón, muy maleable desde el punto de vista constructivo.
En el edificio se ha ido desarrollando la vida administrativa y representativa de forma natural y lógica, aportando incluso más al ciudadano que a la propia corporación. El cartabón más próximo a la ciudad “encierra los aspectos más ligados con la vida pública, con la política”, señala Adrián Calonge, concejal de Patrimonio y Centro Histórico. “El más amplio cumple con las funciones administrativas que de un edificio se espera”.
Desde el punto de vista estético el edificio tiene varias zonas singulares, la escalera principal es una de ellas. Es la pieza más monumental, ocupando el núcleo del área representativa y adaptándose a la geometría triangular. Con ella Rafael Moneo introduce las fachadas en el interior de la construcción, aportando en varios planos una riqueza característica en cada una de las alturas.
El salón de sesiones también es otro espacio llamativo, con fuertes componentes simbólicos, como la disposición en herradura de la mesa, con sus miembros en plano de igualdad.
Durante este tiempo la idea original se ha mantenido, añadiendo elementos necesarios casi imperceptibles a la vista, como vidrios entre las barandillas que aportan una mayor seguridad, o tapicería nueva en las butacas del auditórium para aminorar su desgaste, y es que por el complejo han pasado muchos. Desde su inauguración el consistorio ha vivido 11 elecciones municipales y ha visto pasar por él a 7 alcaldes.
“Sigue siendo una de las obras más radicales de toda mi carrera“
Obra y autor esperan volver reencontrarse una vez se supere la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Así lo ha afirmado en una charla virtual el propio Rafael Moneo: “Sigue siendo una de las obras más radicales de toda mi carrera. Su construcción significó mucho, manteniendo vivas las ideas que tenía entonces y que habría que considerar hoy. Tengo ganas de mantener y ampliar esta conversación en la Ruavieja de Logroño”, calle del casco histórico cuya solución urbanística fue coordinada también por el afamado arquitecto.