Alberto Núñez Feijóo, el barón con marca propia que busca su cuarta mayoría absoluta
- El candidato del PP podría igualar las mayorías consecutivas de Fraga, pero sabe que si no lo consigue no gobernará
- Especial: elecciones gallegas 2020
BIOGRAFÍA
Lugar y fecha de nacimiento: Ourense, 1961
Formación: Licenciado en Derecho. Funcionario en excedencia del Cuerpo Superior de la Administración General de la Xunta de Galicia.
Años en política: Ejerce cargos públicos desde 1991, vicepresidente de la Xunta (2004-2005), presidente del PP gallego desde 2006, presidente de la Xunta de Galicia desde 2009.
Hubo un tiempo en el que referirse a Alberto Núñez Feijóo (Ourense, 1961) era apuntar a un futurible presidente del Partido Popular, un sustituto de Mariano Rajoy. Eso lo quiso zanjar desde que tras la moción de censura contra Rajoy y la dimisión de este de la presidencia del PP, Feijóo, que exhibe la única mayoría absoluta del PP en un gobierno en la actualidad, eligió dejar pasar el tren y ser nada más -y nada menos- que presidente del gobierno gallego. "Ser el presidente de Galicia es la mayor de mis ambiciones políticas", dijo en el ecuador de esta legislatura. Y punto.
Feijóo ha tratado de defender la coherencia consigo mismo y su "compromiso con los gallegos" ahora que busca la cuarta mayoría absoluta consecutiva. Llama la atención que a quien se ha tentado para encabezar el futuro del PP haga sus campañas electorales poniendo mucho más grande en los carteles el nombre de Galicia y el suyo propio antes que las siglas de su formación. Ha renunciado al liderazgo del PP nacional, pero no a tener una voz propia dentro de su partido. Presidente de la Xunta desde 2009, al margen de familias políticas y de una maquinaria más que institucionalizada en Galicia, Feijóo funciona ante la opinión pública como una marca propia. Casi un verso suelto, como cuando defendió a su homólogo del PP vasco, Alfonso Alonso, horas antes de que desde los cuarteles de Génova se cambiara de un plumazo al candidato a lehendakari.
Feijóo se ha pasado este 2020 marcando territorio ante su próxima cita con las urnas -quién sabe si la última, puesto que él mismo ha fijado en 2024 su posible "estación término"-. "No seré rehén de ningún partido, ni siquiera del mío", dijo en febrero cuando fue proclamado candidato, para dejar bien claro que no estaba dispuesto a participar en el proyecto España Suma, con el que el PP quería reabsorber los votos de Ciudadanos que no pudo aglutinar en 2019. "Quiero ser un presidente libre para defender a los gallegos y cumplir los compromisos. Y como queremos una Galicia libre, no quiero una Galicia gobernada por las imposiciones de nadie", dijo.
Por eso, no quiso saber nada de una coalición con el partido de Inés Arrimadas ni de introducir a candidatos 'naranjas' en las listas 'populares', una oferta que para él no significaba ningún beneficio. "No es bueno desunir lo que está unido y estropear lo que funciona", aducía, argumento incontestable a la vista de sus balances electorales. Explícito es también su rechazo a Vox, que opta a entrar en el Parlamento autonómico, partido del que ha dicho que "está contra Galicia".
Alberto Núñez Feijóo, cerca de cumplir los 60, media vida con cargos políticos, casado y padre de un niño de tres años, ha destacado siempre por un discurso sosegado, sin estridencias. Si algo ha tratado de ser, y lo ha subrayado especialmente en estos meses de pandemia, es moderado. En su campaña se verá más al PP de los gestores, de Rajoy y Ana Pastor, que al de los más enardecidos, de Aznar y Cayetana Álvarez de Toledo.
Feijóo, que ha evolucionado su perfil político de la imagen de tecnócrata a la de gestor eficaz, tras el lapso causado por la pandemia de la Covid-19, ha esprintado para llegar a la carrera electoral en la mejor posición. En una trayectoria política de tres décadas, quizá no todos los votantes gallegos recuerden que, de la mano de José Manuel Romay Beccaría, fue secretario general técnico de la Consellería de Sanidad y Servicios Sociales, y durante cuatro años (1992-1996) vicepresidente y secretario general del Servicio Gallego de Salud, antes de dirigir el INSALUD en el gobierno de José María Aznar. Ahora, más de una década instalado en el gobierno gallego, en el clima actual de la pandemia de la Covid-19, ser la primera comunidad en dejar atrás el estado de alarma y poner a Galicia al frente de la 'nueva normalidad' es un argumento electoral para estos días de campaña de mascarillas y distancia social.
Feijóo, en tres frases
"Me presento para dar estabilidad, representar el entendimiento de la mayoría de gallegos, gobernar para todos y deberme solo a los gallegos. Lo diré todos los días".
"Creo que es importante exigir a los políticos mesura y es verdad que yo no me encuentro cómodo en la agitación política que está viviendo España este momento".
"Solo hay dos alternativas, la que encabeza el PP o la suma de cuatro partidos; qué gobierno genera más certezas, qué gobierno gestionará mejor lo que queda por delante, qué candidato ofrece más confianza para ser presidente".
Expectativas electorales
Las encuestas son muy favorables para el PP. Núñez Feijóo podría conservar su mayoría absoluta -tiene 41 diputados de 75 desde 2012- con hasta 40 escaños en el Parlamento gallego, dos más de los necesarios para formar gobierno en solitario, según encuestas recientes, mientras la izquierda pugna por quién lideraría la oposición.
Si Alberto Núñez Feijóo revalidara su mayoría absoluta, sería la cuarta consecutiva, igualando el registro de Manuel Fraga, que ganó cinco elecciones consecutivas, aunque no pudo formar gobierno en la última, en 2005. Precisamente quiere evitar que le pase lo mismo que a su predecesor: sabe que "ganar y no conseguir la mayoría absoluta haría que no vuelva a ser presidente de la comunidad gallega nunca más".
En cambio, ganar por cuarta vez consecutiva supondría lograr para el PP sumar 37 años al frente de la Xunta de los 43 de historia que tiene el gobierno autonómico, algo casi inédito en la política española y europea que podría ponerle de nuevo en el camino que lleva a Madrid. Aún no está claro cuál será su “estación término”.