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Coronavirus

Un estudio detecta restos de coronavirus en aguas residuales de Barcelona de marzo de 2019

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Un estudio detecta restos de coronavirus en aguas residuales de Barcelona de marzo de 2019

Investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) han detectado la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 en muestras de aguas residuales recogidas el 12 de marzo de 2019. Estos resultados, publicados como preprint en el repositorio medRxiv, indicarían que el patógeno estaba presente mucho antes de que se tuviera constancia de cualquier caso de COVID-19 en el mundo.

Sin embargo, a pesar de que este descubrimiento cambiaría radicalmente el curso de la pandemia tal y como se conoce, hay que tener en cuenta que los preprints son artículos que aún no han sido sometidos a una revisión externa, como corresponde con cualquier investigación científica, por lo que estos resultados deben ser tomados con cautela.

El trabajo, en el que han participado los investigadores del Grupo de Virus Entéricos de la UB Gemma Chavarria-Miró, Eduard Anfruns-Estrada y Susana Guix, liderados por Rosa Maria Pintó y Albert Bosch, se enmarca en el proyecto de vigilancia centinela del SARS-CoV-2, basado en el análisis de aguas residuales para detectar el genoma del virus.

Aunque la COVID-19 es una enfermedad respiratoria, se ha demostrado que hay grandes cantidades de genoma del coronavirus en las heces humanas, que posteriormente llegan a las aguas residuales.

Desde el 13 de abril, los investigadores han analizado semanalmente muestras obtenidas en dos grandes plantas de tratamiento de aguas residuales de Barcelona. Pero el estudio analizó además algunas muestras congeladas entre enero de 2018 y diciembre de 2019, con el sorprendente resultado de encontrar genomas de SARS-CoV-2 en marzo de 2019.

¿Por qué tardo tanto en manifestarse de una manera tan agresiva?

Lo primero que sorprende es por qué el virus ha estado tantos meses sin manifestarse de una manera tan agresiva a como lo hizo un año después. Una explicación podría estar en que en un principio fuese menos virulento, y hubiese mutado después, algo que de momento la evidencia científica no parece respaldar. "No sabemos si era un virus idéntico, los niveles que hemos encontrado en esta muestra no nos permiten secuenciar el virus, algo habitual en muestras ambientales", explica Albert Bosch en una entrevista concedida al Canal 24 Horas. "Todos los virus van evolucionando a lo largo del tiempo, por lo tanto este también debería haberlo hecho, aunque siempre decimos que los coronavirus no varían tanto como el virus de la gripe, por poner un ejemplo cercano en cuanto a virus respiratorios", añade.

Lo que Bosch parece tener claro es que el virus ya circulaba entre las personas en marzo de 2019: "Si el virus se encontraba en aguas residuales era porque era excretado por la población, por lo tanto en aquel momento el virus circulaba en la población".

Como hipótesis a por qué pudo pasar desapercibido, el catedrático de la Facultad de Biología de la UB y coordinador del trabajo ha apuntado a que "los niveles que encontramos de aquella muestra son parecidos a los que ahora encontramos en el agua residual de Barcelona", y que "si no hubiera habido esta pandemia, y los niveles fueran como los que ahora tenemos, realmente podrían pasar desapercibidos si no hay muchos casos de gran gravedad”, apuntando a una posible confusión con los síntomas de la gripe. Aunque en ningún momento hace mención a las durísimas medidas que han sido y siguen siendo necesarias para reducir los contagios hasta el nivel actual.

"Dos dianas distintas", pero en una muestra de un solo día

"Todas las muestras resultaron negativas para la presencia de genomas de SARS-CoV-2 a excepción de la del 12 de marzo de 2019, en la que los niveles de SARS-CoV-2 eran muy bajos pero que dieron claramente positivo por PCR y, además, empleando dos dianas distintas", explica Albert Bosch.

"Barcelona recibe muchos visitantes por motivos turísticos o profesionales -continúa Bosch- y es más que probable que una situación similar se haya dado en otros lugares del mundo". "Dado que la mayoría de casos de COVID-19 muestran una sintomatología similar a la gripe, los primeros debieron de quedar enmascarados como casos de gripe sin diagnosticar", opina el biólogo.