"La jubilación ya no genera viejos: abre una nueva etapa en la vida de una persona"
“La jubilación ya no genera viejos. Abre una nueva etapa en la vida de una persona”. Nos lo dice Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, una organización que se encarga de atender a mayores, investigar sobre este campo y además formar a profesionales. Es gerontóloga y experta en servicios sociales, un campo al que ha dedicado una gran parte de su carrera profesional.
Mayores, no viejos ni ancianos
En una larga entrevista con el equipo del programa Crónicas de TVE para el reportaje especial sobre ancianos y coronavirus “Mayores, cuando el virus llegó a las residencias”, Rodríguez reflexiona sobre la vejez y lo primero que dice es que tenemos que cambiar la forma de expresarnos. Las palabras viejo, anciano, abuelo pueden llegar a ser “peyorativas”. La definición más apropiada para el colectivo de personas que ya han cumplido los 65 años es “mayor”, asegura.
Son los mayores, con sus pensiones, los que ayudaron en la crisis pasada a sus hijos. También son los mayores los que cuidan de sus nietos cuando sus padres tienen que ir a trabajar. Tener más de 65 años no significa convertirse en “alguien no válido”, todo lo contrario. Puede ser el comienzo de una nueva vida para poder hacer lo que no dio tiempo antes.
Cuando vivir en casa ya no es posible
La gran parte de los mayores que viven en residencias tienen más de 82 años y muchos de ellos son personas que no pueden valerse por sí mismas. “Casi nadie quiere ir a vivir a una residencia”, nos dice Pilar. "¿Por qué? La respuesta es fácil: allí no puedes elegir lo que quieres comer, lo que quieres hacer, muchas veces tienes que compartir una habitación con otra persona a la que no conoces", señala.
“Casi nadie quiere ir a vivir a una residencia“
Para Pilar Rodríguez las residencias deberían ser “la prolongación de tu casa”. Ir a una residencia no puede significar dejar tus aficiones, tus amigos, tus intereses, en resumen, renunciar a toda tu vida anterior.
Una residencia no es un hospital
En España hay alrededor de 5.500 residencias y muchas de ellas no se han visto afectadas por la pandemia. En las que sí entró la COVID-19 lo hizo en muchos casos de una manera mortal. Son ya más de 19.500 las personas mayores que han muerto con coronavirus o con síntomas asociados a esta enfermedad, según el recuento de RTVE elaborado a partir de nuestros centros territoriales y la información de las comunidades autónomas, ya que el Ministerio Sanidad todavía no ha proporcionado datos oficiales.
Fue en estas residencias especialmente donde se utilizó mucho el concepto de medicalización…Pero ¿qué se entiende por medicalizar una residencia? Según Pilar Rodríguez si medicalizar es que todos sus internos tengan derecho a ser atendidos por la sanidad pública, por supuesto que hay que medicalizarlas, pero "una residencia no se debe convertir en un hospital", apunta.
Las residencias no deben ser un negocio
Construir una residencia supone una gran inversión y son varios los expertos que aseguran que las comunidades autónomas (de ellas depende la atención a los mayores) han dejado en manos privadas esta responsabilidad. Para Pilar Rodríguez debe ser la administración la que controle y supervise la calidad de los servicios que se dan en las residencias.
Una de las grandes debilidades que hoy tiene la atención en estos centros es la escasez de profesionales. A esto hay que sumar -en algunos casos- su falta de formación entre otros motivos por que son trabajos muy mal pagados. Si esta situación no cambia, será difícil que el sistema pueda mejorar.
Esta pandemia –asegura Pilar Rodríguez- ha enseñado a la sociedad que el modelo más extendido de residencias que existe en España está en crisis. No es un modelo que funcione si el objetivo principal es que los mayores sientan que la residencia es una extensión de la vida que tenían en su casa.