Los brotes de coronavirus devuelven a Portugal al confinamiento y cuestionan su gestión de la crisis
- Portugal registra entre 300 y 400 nuevos casos diarios después de haber caído al centenar a principios de mayo
- Confusión sobre las causas de este rebrote que algunos atribuyen a la saturación en los transportes públicos
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Los habitantes de 19 áreas del la zona norte de Lisboa volverán al confinamiento domiciliario a partir del primero de julio, según ha anunciado el primer ministro portugués Antonio Costa. El Gobierno de Portugal ha tenido que aprobar lo que llama el "deber general de recogimiento" para estas 19 áreas de Lisboa por estar especialmente afectadas por brotes de coronavirus.
En un intento de combatir la persistencia de focos de contagio y cortar la cadena de transmisión, se verán afectadas todas las 'freguesías' que componen el municipio de Amadora y de Odivelas, seis 'freguesías' de Sintra, dos de Loures y, ya en la localidad de Lisboa, la 'freguesía' de Santa Clara.
Pertenecen a los cinco municipios donde se concentra la mayoría de los brotes que afectan a la región de Lisboa, actualmente la más golpeada del país por coronavirus, con un balance total de 17.767 casos desde que comenzó la pandemia. Los residentes de estas 19 áreas sólo podrán salir de casa para lo considerado esencial: trabajar, comprar alimentos y medicamentos.
"No es un regreso a la casilla de salida"
"No se trata de una vuelta a la casilla de salida", ha insistido el primer ministro portugués Antonio Costa, al tiempo que defendía la validez de estas medidas para responder a "situaciones de alta concentración de casos (de coronavirus) en zonas residenciales". Se espera conseguir así que frenen los diferentes brotes detectados en las últimas semanas en la región, que concentra el 77,1 % de los nuevos casos registrados en las últimas horas, hasta 311 a nivel nacional.
Además del confinamiento se adoptan medidas de refuerzo. Respecto a la reunión de personas, los grupos en estas 19 áreas no podrán superar los cinco miembros. Como medida intermedia, el resto del área metropolitana de Lisboa (salvo las 19 'freguesías' más afectadas) pasa a la fase de contingencia, que es una situación intermedia entre calamidad y alerta.
Esta decisión complementa las nuevas restricciones aplicadas en el área metropolitana de Lisboa desde el martes 23 de junio, que incluyen la prohibición de reunión de más de 10 personas, prohibición de consumo de alcohol en la calle y cierre de comercios a partir de las 20.00, salvo gasolineras, clínicas, farmacias, funerarias o instalaciones deportivas. Los supermercados podrán cerrar a las 22 horas.
De la ejemplaridad a la marcha atrás
Entre las 19 'freguesías' que vuelven al confinamiento hay varios denominadores comunes: un perfil poblacional de clase trabajadora con empleos que no pueden ejercerse desde el teletrabajo. Son un total de unas 700.000 personas entre las que abundan los trabajadores de la construcción, comercio, transportes o trabajos precarios y en contacto con el público.
Portugal, que había sido aclamado como un caso de éxito en la lucha contra la pandemia, ha visto cómo perdía esa reputación ejemplar con los últimos rebrotes localizados en barrios humildes, centros industriales, además de fiestas y raves a lo largo de la costa. Todos ellos han causado un aumento de los casos a ritmo constante durante el último mes.
Imágenes de trenes y buses superpoblados hacia el centro de la ciudad y de retorno han despertado las alarmas, con acusaciones dirigidas a la insuficiencia del transporte público por los nuevos casos.
División del país en tres bloques
"Somos conscientes de que la situación es grave y por ello hacemos tests para detectar los casos y aislarlos rápidamente", aseguró Costa quien precisó que la crisis está "globalmente estable" desde que Portugal comenzó el desconfinamiento hace casi dos meses. Este nuevo confinamiento parcial estará vigente desde el 29 de junio hasta el 12 de julio y después será revisada su necesidad.
El país quedará desde principios de julio dividido en bloques por categorías desde la llamada "calamidad" aquellos que vuelven al confinamiento, la de nuevas restricciones en el área metropolitana de Lisboa para impedir grandes concentraciones de jóvenes como las que se produjeron en la costa lisboeta y por último, el resto de Portugal que queda en un nivel inferior de estado alerta.
En este sentido, el primer ministro luso António Costa advirtió que, aunque se pase al estado de alerta, los ciudadanos no deben bajar las medidas de prevención. Por eso, a partir de ahora, Portugal aplicará sanciones de entre 100 y 500 euros para las personas que no cumplan las normas y de entre 1.000 a 5.000 euros para las empresas que no respeten las obligaciones sobre horarios, desinfección y ocupación de los establecimientos.