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El matrimonio homosexual cumple 15 años: una conquista social que se recuerda con orgullo

  • El Congreso aprobó el 30 de junio de 2005 un cambio en el Código Civil que permitió los enlaces entre homosexuales
  • Este martes se ha celebrado un acto conmemorativo al que han acudido Zapatero y la ministra Irene Montero, entre otros

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El Orgullo 2020 también celebra los 15 años del matrimonio igualitario.
El Orgullo 2020 también celebra los 15 años del matrimonio igualitario.

Los pequeños cambios son a veces los que despiertan las mayores revoluciones sociales y basta con echar la vista atrás para confirmarlo. Cambiar unas pocas palabras y añadir una frase al Código Civil permitió el matrimonio entre dos personas del mismo sexo y legalizó la adopción homoparental, hace justo 15 años.

El 30 de junio del 2005, España se convirtió en el cuarto país del mundo en permitir el casamiento entre homosexuales, junto con Holanda, Bélgica y Canadá, y logró situarse así a la vanguardia mundial en la defensa de los derechos LGTBI.

Por eso, durante este Orgullo virtual que llena de banderas arcoiris balcones y ventanas, es inevitable recordar una fecha simbólica para el colectivo que, además, ha protagonizado este martes un acto institucional conjunto de la Fundación Pedro Zerolo y la dirección general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del ministerio de Igualdad.

Se cumplen 15 años de la Ley del Matrimonio Igualitario

Celebrando "la conquista de un derecho”

“Hoy recordamos y celebramos un resultado que suponía alcanzar un sueño, conquistar un derecho, pero este sueño tiene que seguir construyéndose, traduciéndose en realidad”, ha señalado la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, Boti G. Rodrigo.

Ella ha sido la moderadora de un coloquio celebrado en la sede de la Secretaría de Igualdad que se ha podido seguir por streaming mediante las redes sociales y al que han acudido, entre otros, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero; la ministra de Igualdad, Irene Montero; y la directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno.

Juntos han repasado los hechos más relevantes que condujeron a la consumación de una reivindicación colectiva que, hasta el 2005, se consideraba "una utopía".

Las modificaciones: de "marido" y "mujer" a "cónyuges"

Convertir el sueño en realidad era un reto de enorme magnitud para la época que, sin embargo, solo requirió de unas "pequeñas" modificaciones en el Código Civil. Había que sustituir en el texto los términos “marido” y “mujer” por el de “cónyuges”, y los de “padre” y “madre” por el de “progenitores”.

También añadir un matiz absolutamente imprescindible a una frase que, tras el cambio, quedó así: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o diferente sexo”.

Ese cambio lo hicimos por defender el amor en igualdad

“Ese cambio lo hicimos por defender el amor en igualdad. Ese cambio fue lo más grandioso, pero la valentía no fue del Gobierno. No me considero una persona excesivamente valiente. El coraje fue vuestro”, ha señalado Zapatero, dirigiéndose a varios de los activistas del colectivo que estuvieron detrás de aquel logró y que han acudido al acto.

Desde aquel día, "un país más decente"

La Cámara Baja aprobó la modificación con 187 votos favorables y 147 (los del PP y Unió) en contra. Votaron a favor dos diputados de Convèrgencia (CDC) -otros cuatro se abstuvieron- y también Celia Villalobos (PP).

La reforma del Código Civil se publicó el 2 de julio en el Boletín Oficial del Estado y entró en vigor el 3 de julio de 2005, con Zapatero como presidente del Gobierno.

En la defensa de la modificación, el ahora expresidente dijo ante el Congreso de los Diputados que se trataba de "un pequeño cambio en la letra" que acarrearía "un cambio inmenso en las vidas de miles de compatriotas". También aseguró que, desde entonces, España sería “un país más decente porque una sociedad decente es aquella que no humilla a sus miembros”, algo que hoy todavía suscribe.

“Yo estaba muy emocionado aquel día y es quizá la decisión política de la que me siento más orgulloso”, ha asegurado.

Los obstáculos que precedieron a ese hito

Los avances sociales han hecho que el matrimonio igualitario sea motivo de orgullo para la mayoría, pero las trabas con las que se encontró el colectivo antes de ver cumplido un derecho fundamental fueron numerosas.

"Pedro Zerolo decía: 'en su modelo solo caben ellos, pero en el nuestro cabemos nosotros y ellos'", ha dicho el director de la Fundación Pedro Zerolo, Miguel Ángel Fernández, conocedor de todo lo que luchó y trabajó ese activista para impulsar esa gran revolución. Fue él, de hecho, quien convenció a Zapatero para dar un "salto histórico" que había sido frenado durante años.

El 18 de junio, poco antes de que el Congreso dijera 'si' a la modificación, el Foro de la Familia convocó una marcha como forma de protesta que, si bien agitó a la ciudadanía, no logró seguir poniendo freno a una victoria inminente.

“No se cumplieron los vaticinios de aquellos que salieron a participar en la vergonzosa manifestación convocada por los obispos”, recuerda el vicepresidente de la Fundación Pedro Zerolo, Antonio Poveda, quien ha insistido en que aquel cambio llenó de felicidad y tranquilidad a un colectivo que durante siglos había sido “discriminado y perseguido”.

Manifestación contra el matrimonio gay (2004)

La Conferencia Episcopal llegó a pedir a todos los ciudadanos, "en particular a los católicos", que secundaran aquella manifestación contra los matrimonios homosexuales, advirtiendo de que lo que se estaba fraguando supondría una "corrupción" del sacramento.

Lo hizo en un momento en el que ya estaban instalados en la sociedad argumentos contrarios a estos enlaces, como los que aludían a la Biblia o a la Real Academia Española para subrayar que el matrimonio solo podía referirse a la unión entre un hombre y una mujer. También había quienes, disfrazados de tolerancia, decían estar de acuerdo con las bodas entre personas del mismo sexo, siempre que buscaran otro nombre para definirlas.

El nombre sí importaba y se tenía que llamar matrimonio

El nombre sí importaba y se tenía que llamar matrimonio porque tenía un importantísimo carácter simbólico y porque una norma tiene que ser la misma para toda la ciudadanía”, ha puntualizado Rodrigo.

El PP lo recurrió ante el Tribunal Constitucional

Más allá del freno que imponían la Iglesia o las convenciones sociales, hubo también impedimentos de carácter político, como el recurso de inconstitucionalidad que presentó el Partido Popular tras la votación del Congreso, que fue rechazado por el Tribunal Constitucional siete años después.

Del mismo modo, los círculos más conservadores se postularon en contra de la adopción de menores por parte de homosexuales, aportando explicaciones que vulneraban la imagen de gais y lesbianas y profundizaban en la discriminación que sufría.

“Yo en la tribuna les decía de todo. Decía que votaran a favor para que pudieran permitirse el lujo de ser gais a escondidas o por si tenían algún día que hacer uso del derecho”, ha explicado Marisa Castro, diputada de Izquierda Unida en la VII Legislatura (2000-2004) y primera persona en subir a la tribuna a defender el matrimonio igualitario.

En este sentido, Zapatero ha incidido en que "las mejores leyes son aquellas que disfrutan y benefician incluso a los que estuvieron en contra de ellas". Y ha bromeado después: "Yo el primer día que vi a Rajoy en una boda gay pasé un gran rato".

Una España "luminosa" que sigue teniendo deudas con el colectivo

Cuando parecía que España había ahuyentado a muchos de esos fantasmas, el discurso homófobo alentado por la ultraderecha ha ido acercándolos de nuevo a la sociedad. Por eso, ha señalado Gimeno, hay que tratar de recuperar esa España "luminosa".

"Nosotros no pedíamos derechos para gais y lesbianas. Pedíamos igualdad, derechos humanos, derecho a ser felices, a una patria que nos reconociera, pedíamos poder estar orgullosos de nuestro país y lo conseguimos", ha recalcado la directora del Instituto de la Mujer.

Arrinconar los mensajes de odio hasta que desaparezcan y sustituirlos por otros que hablen de igualdad, diversidad, inclusión y libertad es ahora principal meta del colectivo LGTBI, que ve en las fiestas virtuales del Orgullo una gran oportunidad para celebrar todo lo que ya se ha conseguido y seguir luchando por lo que, desgraciadamente, sigue pendiente.

Esos derechos que conseguisteis los disfrutamos hoy

Os doy las gracias por seguir luchando, porque todavía quedan derechos por conquistar, porque esos derechos que conseguisteis los disfrutamos hoy”, ha señalado la ministra de Igualdad, quien ha cerrado un acto que, ha dicho, demuestra el poder de la política para hacer a la sociedad “más feliz”.

En representación del ministerio de Igualdad, Montero ha reiterado su compromiso de sacar adelante una ley LGTBI y también una Ley trans. La primera, para combatir de manera general la discriminación existente, y la segunda, para ayudar a quienes sufren todo ese "odio e intolerancia" de manera "especialmente cruda", ha concluido.