La monarquía belga reconoce por primera vez la violencia ejercida en el Congo
- El rey Felipe expresa su "profundo pesar" por estos hechos pero no pide disculpas por los mismos
- El país africano celebra estos días el 60 aniversario de su independencia de Bélgica
El rey Felipe de los belgas reconoció hoy por primera vez la "violencia y crueldad" ejercidas en el Congo bajo el mandato de Leopoldo II, en una carta enviada al primer ministro de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, por el 60 aniversario de la independencia de la excolonia belga.
La misiva, en la que el rey belga expresa su "profundo pesar" por estos hechos pero no pide disculpas por los mismos, constituye el primer reconocimiento oficial por parte de la monarquía de la violencia que marcó el dominio de Leopoldo II, actos que han regresado al debate público con las recientes manifestaciones del movimiento "Black Lives Matter" (Las Vidas Negras Importan).
"En la época del Estado Independiente del Congo se cometieron actos de violencia y de crueldad que todavía pesan sobre nuestra memoria colectiva. El periodo colonial que le sucedió causó también sufrimiento y humillaciones", escribe el rey belga.
"Quiero expresar mi profundo pesar por estas heridas del pasado cuyo dolor es reavivado hoy por las discriminaciones todavía demasiado presentes en nuestras sociedades", continúa el también jefe de Estado en una carta calificada por los medios locales de "histórica".
El régimen de terror del Rey Leopoldo II
Durante la Conferencia de Berlín en 1885, el Congo fue declarado propiedad privada del Rey Leopoldo II (1835-1909), quien lo administró bajo el nombre de Estado Independiente del Congo hasta 1908, cuando pasó a ser una colonia del Estado de Bélgica hasta su independencia en 1960.
Bajo el mandato de Leopoldo II, se produjo una explotación masiva de los recursos naturales del Congo para la que se utilizó a la población autóctona en condiciones de esclavitud.
Se aplicó un régimen de terror en el que fueron comunes los castigos atroces, en particular la mutilación de las manos, y se produjeron asesinatos en masa. Aunque no hay una cifra exacta, se calcula que murieron entre cinco y diez millones de personas.
Aunque estos hechos son objeto de debate a nivel nacional desde hace años, las manifestaciones por la muerte de Georges Floyd en EEUU, extendidas a Europa, han reavivado la discusión y el debate sobre el racismo en la sociedad belga, convirtiendo las numerosas estatuas que rinden honor a Leopoldo II por todo el país en objeto de actos vandálicos.
En su misiva, el rey Felipe asegura que continuará "combatiendo todas las formas de racismo" y apoya la reflexión sobre el tema que se producirá en el Parlamento belga "para que nuestra memoria sea pacificada definitivamente".
La cámara del país constituirá una comisión para examinar a partir de septiembre el pasado colonial de Bélgica, algo que tampoco había sucedido hasta ahora.
El monarca señala que el aniversario de la independencia de la República Demócratica del Congo es el momento de "renovar" la "amistad profunda" que une a los dos países, saluda la "cooperación intensa" entre ambos, sobre todo en materia sanitaria en este periodo de pandemia, y reafirma su "compromiso" con el país africano.
Asimismo, afirma que espera poder visitar próximamente la República Democrática del Congo, donde nunca ha estado, dado que el primer ministro del país le invitó a participar en las festividades del 60 aniversario en Kinshasha pero el desplazamiento no es posible por la pandemia.