Enlaces accesibilidad
Coronavirus

EE.UU. encadena un nuevo récord de contagios de coronavirus mientras los estados reculan en la desescalada

Por
Una voluntaria reparte equipos de protección contra el coronavirus en un barrio de Miami, la principal ciudad de Florida, donde los casos diarios han superado los 10.000
Una voluntaria reparte equipos de protección contra el coronavirus en un barrio de Miami, la principal ciudad de Florida, donde los casos diarios han superado los 10.000.

El coronavirus, convertido en caballo de batalla entre republicanos y demócratas a cuatro meses de las elecciones presidenciales, continúa campando sin freno por Estados Unidos, que este jueves ha encadenado su tercera jornada consecutiva marcando récord de infectados, las dos últimas por encima de los 50.000 casos, un escenario que está obligando a los gobernadores estatales a recular en la desescalada y a retomar las medidas restrictivas pese a la erosión económica que suponen.

El país, el más afectado por la pandemia de la Covid-19, acumula ya 2,74 millones de casos de SARS-CoV-2, uno de cada cuatro que se han contabilizado en todo el mundo, sin que por el momento se atisbe indicio alguno de que se ha alcanzado el nuevo pico de la curva de contagios y justo cuando la población se apresta a celebrar este sábado, 4 de julio, el Día de la Independencia, la principal fiesta nacional.

Pese a todo, el presidente estadounidense, Donald Trump, insiste en que la crisis está controlada y en que la economía está rebotando con fuerza, restando gravedad a la situación. "Hay un aumento en los casos de coronavirus porque nuestros test son masivos y muy buenos, mucho mayores y mejores que los de cualquier otro país. Esto son estupendas noticias, pero es una noticia incluso mejor que las muertes, la tasa de mortalidad, está bajando. ¡Además, [ahora se contagia] la gente más joven, que se recuperan antes y con mayor facilidad!", aseguraba a última hora del jueves en un mensaje colgado en Twitter.

Una expansión sin freno

Las cifras, sin embargo, son preocupantes: según el recuento de la Universidad Johns Hopkins en una deriva que ha coincidido con la retirada, desde finales de mayo, de las medidas de confinamiento. La agencia Reuters eleva la cifra alcanzada a última hora del jueves, tomando como referencia las anteriores 24 horas, hasta 55.274 infectados, lo que supondría un nuevo récord mundial, por encima de los 54.771 que registró Brasil el 19 de junio.

En cualquier caso, los contagios aumentan en 37 de los 50 estados de la unión, según Reuters, y Florida contabilizaba este jueves más de 10.000 casos nuevos, la cifra más elevada registrada por un solo estado en un solo día, por encima incluso de los casos diarios registrados en cualquier país europeo durante lo más crudo de la epidemia.

Los expertos de la administración han advertido que los casos diarios pueden saltar hasta 100.000 y el principal epidemiólogo, Anthony Fauci, ha avisado en el Congreso de que la situación es "preocupante". Después de golpear con fuerza en la costa este -Nueva York sigue siendo el estado con más casos confirmados, casi 395.000, y más fallecidos, hasta 32.064, según Efe-, el coronavirus se extiende ahora por el sur y el oeste del país, especialmente por los estados más poblados, como California y Texas.

EE.UU. se prepara para un aumento de casos de coronavirus

Vuelta atrás en la desescalada

En este último, el gobernador Greg Abbott, un estrecho aliado del presidente, se ha visto obligado a imponer el uso de mascarilla en los lugares públicos de cualquier condado que registre más de 20 casos, en lo que supone un duro revés político: el uso o no de mascarilla se ha convertido en un símbolo político desde que Trump se negó a llevarla en público y Abbott, que se ha resistido durante semanas a ordenar por ley que se utilice, corre el riesgo de soliviantar a su bases republicanas.

"Debemos hacer más para ralentizar la expansión [del coronavirus] sin confinar de nuevo Texas", se justificaba al anunciar la medida, "ahora mismo estamos en un punto en el que el virus se está extendiendo tan rápido que hay poco margen para el error". Hace una semana, Abbott ya detuvo la desescalada en el estado, pese a los llamamientos de Trump a reabrir la economía, ante la realidad de las cifras.

Y no es el único estado que está reculando: el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, ha impuesto nuevas restricciones en espacios cerrados, incluidos bares y cines, en 19 condados, según recoge Efe. “Antes de las vacaciones del 4 de julio tenemos que incidir en la importancia de llevar máscara y seguir los mandatos de distancia social, especialmente en los condados con playas. No queremos ver un nuevo aumento dentro dos o tres semanas", ha argumentado.

Pugna política

Arizona, por su parte, ha cerrado piscinas, bares, gimnasios y cines, mientras Colorado y Michigan han frenado los planes de reapertura de bares, pese a que en muchos condados se habían puesto las vacaciones del Día de la Independencia como hito para alcanzar la "nueva normalidad". Kansas ha impuesto el uso de mascarillas después de constatar un aumento del 46 % en los nuevos casos durante la semana pasada.

"No hemos salido de esta crisis. Todavía estamos en la primera oleada de esta crisis, lo que requiere una cierta responsabilidad individual", subrayaba el gobernador de California, en lo que parecía una crítica hacia Donald Trump. Mucho más explícito se mostraba otro demócrata, el exvicepresidente con Barack Obama y rival de Trump en las elecciones de noviembre, Joe Biden: "Deja de clamar victoria con casi 15 millones de estadounidenses aún fuera de su trabajo por la crisis. Deja de ignorar la realidad de esta pandemia y la horrorosa pérdida de vidas de estadounidenses”, señalaba en un acto de campaña.

Trump, sin embargo, parece ajeno a la crisis y mantiene sus actos, tras retomar hace dos semanas su campaña electoral con un acto en Tulsa al que asistió Herman Cain, aspirante a la candidatura republicana en 2012: Cain está hospitalizado por Covid-19, aunque no se ha especificado dónde se contagió, y otras ocho personas del equipo de campaña en Oklahoma han dado positivo. El presidente, por su parte, tiene previsto acudir este viernes al Monte Rushmore, para pronunciar un discurso previo al 4 de julio bajo las miradas en piedra de George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.