Sánchez admite dificultades en la negociación del fondo europeo ante una Merkel que tiende su mano al acuerdo
- Según la canciller, puede que no se logre un acuerdo este fin de semana y que haya que volver a reunirse
- Coronavirus: última hora en directo | Mapa de España | Mapa mundial
- Mapa de los brotes en España | Mapa de la nueva normalidad | Qué se sabe de la vacuna
Siguiendo con su ronda de contactos europea en busca de apoyos de cara a la negociación del fondo de reconstrucción, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se ha reunido este martes en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha expresado su voluntad de llegar a un acuerdo a pesar de las divergencias que existen entre los países.
“Sería deseable llegar a un acuerdo lo antes posible ya que el tiempo apremia”, ha asegurado la alemana tras admitir que puede que ese pacto entre los Veintisiete no se logre en la cumbre de este fin de semana y que haya que recurrir a otra posterior.
En la misma línea, Pedro Sánchez ha reconocido las dificultades que existen en la negociación ya que "hay intereses contrapuestos y visiones distintas de lo que tiene que ser el proyecto europeo" entre los Estados miembros, si bien ha asegurado que "todas son legítimas", y ha pedido a los países que superen los "vetos" y que trabajen "en una voluntad de dialogar y acordar".
“No vamos a aceptar una troika, ni vetos de otros países“
Sánchez se refiere así a la intención de los llamados países frugales -Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca- de vetar algunas reformas o planes nacionales, más allá de lo previsto en el borrador de la Comisión. De hecho, la intención del Gobierno, según fuentes de La Moncloa, es que para su aprobación sea necesaria una mayoría cualificada entre los socios y no que los planes de reformas tengan que recibir el visto bueno unánime del Consejo. "No vamos a aceptar una troika, ni vetos de otros países", expresaban dichas fuentes.
Según el presidente del Ejecutivo, España va a hacer "todo lo necesario para "poder llegar a un acuerdo cuanto antes", preferiblemente en el mes de julio. "Si retrasamos el acuerdo vamos a retrasar la recuperación y, si esto ocurre, se agravará la crisis", ha expresado.
Segunda parada de la gira europea
Berlín es la segunda parada de Pedro Sánchez en su gira europea antes de que se celebre el Consejo Europeo en Bruselas este fin de semana. La ronda de contactos del presidente acabará este miércoles en París con una reunión bilateral con el presidente francés, Emmanuel Macron, después de reunirse con el socialdemócrata Stefan Löfven, primer ministro de Suecia, en Estocolmo.
El primer encuentro de Sánchez tuvo lugar este lunes en La Haya con el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien reconoció que será difícil alcanzar un acuerdo sobre el fondo de recuperación, ya que hay grandes diferencias entre países respecto a su dimensión, la proporción de préstamos y transferencias o el periodo de ejecución. Ante las preguntas de los periodistas sobre si creía que habría una solución, el primer ministro holandés respondía: "Eso espero".
A tres días de la primera reunión que los jefes de Estado y de Gobierno mantendrán con presencia física en Bruselas, todavía siguen abiertas muchas cuestiones sobre el diseño final del fondo de reconstrucción para relanzar las economías europeas tras la pandemia de coronavirus.
Así, la propuesta de la Comisión Europea -en línea con los deseos de España o Alemania- pasa por una cuantía de 750.000 millones de euros, de los que 500.000 serían transferencias y 250.000 préstamos, y donde unos 140.000 millones irían a parar a las arcas españolas. Mientras, para los 'frugales', la única forma de dar su respaldo a un futuro fondo al que puedan acceder los países más afectados por la COVID-19 es que este paquete solo sea en concepto de préstamos a devolver y con reformas nacionales.
La condicionalidad para acceder a las ayudas también es otra cuestión abierta que los líderes tendrán que resolver. Mientras que países como España quieren que se ciña a mecanismos que ya existen, en los que la Comisión Europea tiene la última palabra para aprobar el desembolso de los fondos, los llamados 'frugales' exigen un mayor control por parte del resto de socios.