La gestión de los brotes en Cataluña, en el punto de mira
- Descoordinación entre administraciones, falta de personal y decisiones judiciales con matizaciones
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Cataluña no ha dejado de ser noticia desde que una acumulación de brotes en la comarca del Segrià (Lleida) propiciara el primer confinamiento tras la inauguración de la nueva normalidad en España. Con el anuncio de recomendaciones y nuevas medidas para el área metropolitana de Barcelona, la comunidad se ha reafirmado como la que más contagios ha registrado en las últimas semanas, una circunstancia que preocupa al Ministerio de Sanidad, más aún por la existencia de "transmisión comunitaria" en el territorio, algo que se ha intentado evitar por todos los medios.
Sin embargo, las restricciones no han impedido que miles de barceloneses abandonen la Ciudad Condal y se marchen a otros municipios costeros, coincidiendo con el fin de semana y ante el temor de que las recomendaciones se endurezcan y pasen a ser obligaciones, como ya ocurrió con la implantación del uso de la mascarilla en cualquier espacio.
En este clima de incertidumbre, llama la atención un documento publicado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), con información hasta el pasado 15 de julio, en el que se recogen algunas conclusiones que ponen el foco en Cataluña. En Casos diagnosticados en España a partir 10 de mayo se puede comprobar que desde esa fecha cerca de 23.000 contagios han sido confirmados en el país. De ellos, casi 10.000 proceden de esta comunidad, seguida con bastante distancia por la Comunidad de Madrid, donde no llegan a 5.000.
En ese mismo informe hay otro valor que también es determinante: el número de contactos de los positivos. Tras el nuevo sistema implantado por Sanidad, aquellas personas con COVID-19 deben remitir a las comunidades autónomas -en este caso, a los centros y personas encargadas de rastrear y localizar casos- un listado de contactos con los que han coincidido en los últimos días, para así establecer la trazabilidad de la enfermedad.
En ese contexto, Galicia es la que concentra la tasa más alta, con un 80 % de ocasiones en las que los infectados no contaban con conocidos o familiares a los que consultar. Sin embargo, las autoridades sanitarias gallegas son capaces de localizar a cuatro contactos. En el caso de Cataluña es la segunda comunidad con un gran porcentaje de casos sin contactos (75,1 %) pero, a diferencia del territorio gallego, registra cero contactos, es decir, que es muy complicado seguir el rastro del virus en un volumen muy alto de los casos.
Rastreadores, 'gestora COVID'... Cómo funciona la identificación de casos en Cataluña
El 16 de julio, la consellera de Salud de la Generalitat, Alba Vergés, acompañada del director de la Agencia de Salud Pública de Catalula, Xavier Llebaria, y del director de la Unidad de Seguimiento del COVID-19 en Cataluña, Jacobo Mendioroz, anunció la implantación de una nueva figura, la 'gestora COVID', además de mejorar sus redes de vigilancia epidemiológica con una nueva herramienta tecnológica.
Con esto, especialmente con el nuevo perfil, las autoridades sanitarias catalanas pretenden aliviar la presión a la que está sometido el sistema de Atención Primaria, que cuenta con 500 personas, además de otras 900 encargadas de "rastrear". Vergés recalcó que "las personas que están en callcenters no rastrean, hacen el seguimiento de los contactos que ya están identificados y trazados", una distinción dentro del sistema "escalable" -adaptable a las circunstancias: a mayor necesidad, mayor contrataciones, y viceversa- de la Generalitat.
Además, durante la presentación y exposición de este circuito de detección de casos y aislamiento de contactos, los tres incidieron en la importancia y la necesidad de la colaboración con las administraciones locales y municipales, pues es en estos ámbitos donde es más complicado el rastreo de contagios.
Desconexión entre las administraciones y actuaciones precipitadas
Y es precisamente en este último punto donde más críticas ha recibido la Conselleria de Salud. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ofreció el pasado miércoles a la consellera entre 40 y 50 rastreadores para el sistema de seguimiento de los nuevos casos de coronavirus en la ciudad, pero la Generalitat le respondió que "no lo ve". A pesar de este desplante, Colau aseguraba que la oferta "sigue en pie", anunció la creación de una oficina técnica mixta entre la Generalitat y el Ayuntamiento para mejorar el sistema de rastreo. En la misma línea se ha pronunciado la alcaldesa de Sant Feliu de Llobregat, Lídia Muñoz, que también ha ofrecido ayuda en el tema de los rastreadores.
También han recibido reproches en la Generalitat. Precisamente la edil barcelonesa se reunió durante el fin de semana con el presidente, Quim Torra, para pedirle que se "consensúen" las medidas con los municipios y los sectores afectados. Ella, acompañada de la alcaldesa de L'Hospitalet del Llobregat, Núria Marín, han exigido "transparencia" y coherencia" en la aplicación y comunicación de las medidas.
Estos mensajes llegan tras las decisiones planteadas por la Generalitat, que han sufrido algunas modificaciones por parte de varios jueces de las zonas afectadas por los confinamientos. Por ejemplo, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Lleida denegó el aislamiento porque el ejecutivo de Torra impuso cláusulas propias de un estado de alarma, algo que no puede aplicar legalmente. Días más tarde, el juez sustituto del Juzgado de Instrucción 2 de Lleida en funciones de guardia excluyó a siete municipios de las comarcas del Segrià y la Noguera por considerar las medidas desproporcionadas para esas localidades.
Ayuntamientos piden reconsiderar el ámbito cultural y medidas más consensuadas
Los ayuntamientos, al margen del de Barcelona, se han quejado de que, si bien es cierto que muchos de los brotes se han originado en el ocio nocturno, ninguno se ha asociado al ámbito de la cultura o los espectáculos. Todos los sectores culturales han pedido a la Generalitat que permita las actividades artísticas, ya que garantizan las medidas de seguridad y cumplen con los protocolos acordados con el Procicat -Plan Territorial de Protección Civil de Catalunya-.
Dentro de los epidemiólogos, Antoni Trilla, ha reconocido que los espectáculos al aire libre, si cumplen las normas de seguridad, son escenarios con poco riesgo de contagios. El director del Instituto de Salud Global (ISGlobal), Antoni Plasència, ha coincidido en que las actividades culturales deberían continuar, sobre todo si son en espacios abiertos.
Los alcaldes también han expresado su disgusto porque la Generalitat les ha traspasado la responsabilidad de llevar a cabo las medidas de cierre, de control de las playas o de establecer los horarios de las terrazas, sin establecer un denominador común para todos los municipios. Otros, como el alcalde de Cornellà, Antonio Balmón, han pedido la reapertura de los gimnasios y de otras instalaciones deportivas, ya que todas ellas cumplen con los protocolos establecidos.