La vacuna de Oxford contra el coronavirus es capaz de entrenar al sistema inmune en su primera prueba en humanos
- Aún en fase de desarrollo, la vacuna provoca que el cuerpo genere anticuerpos y glóbulos blancos que combaten la COVID-19
- El ensayo de la candidata china es exitoso en el 95 % de los participantes que recibieron dosis altas
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Investigadores de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, han desarrollado una vacuna contra el coronavirus que es capaz de entrenar al sistema inmune, según se desprende de las conclusiones de los primeros ensayos de la prueba publicados por la revista científica The Lancet, que también se ha hecho eco del estudio de otra vacuna, en este caso desarrollada en China, cuyo índice de respuesta inmune contra el coronavirus es igualmente esperanzador.
Aunque todavía es demasiado pronto para saber si el hallazgo ofrece una protección completa y desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han asegurado que, pese a tratarse de "un resultado positivo", es necesario ampliar la escala; los tests realizados hasta ahora por la universidad británica muestran que la vacuna conduce al organismo a producir anticuerpos y glóbulos blancos que son capaces de combatir al coronavirus.
Asimismo, los resultados del ensayo, que está entre las fases I y II, indican que no hay preocupaciones de seguridad y los investigadores observaron una respuesta inmunológica más fuerte en los diez participantes que recibieron dos dosis de la vacuna, que podría marcar una estrategia para la vacunación.
La investigación de Oxford comenzó en enero de 2020 y el ensayo se inició en abril, con una urgencia sin precedentes en una carrera contra el coronavirus. El siguiente paso es confirmar que puede proteger eficazmente contra la infección del SARS-CoV-2.
Atacar a las células infectadas y neutralizar el virus
De acuerdo con los resultados publicados este lunes, la vacuna desarrollada por la universidad británica provocó una respuesta de las células T en los 14 días siguientes a la vacunación (glóbulos blancos que pueden atacar a las células infectadas con el virus del SARS-CoV-2), y una respuesta de los anticuerpos en los 28 días siguientes (los anticuerpos son capaces de neutralizar el virus para que no pueda infectar a las células cuando se contraiga inicialmente).
Durante el estudio, los participantes que recibieron la vacuna tenían anticuerpos neutralizantes detectables, que han sido sugeridos por los investigadores como importantes para la protección, y estas respuestas fueron más fuertes después de una dosis de refuerzo, con el 100 % de la sangre de los participantes teniendo actividad neutralizante contra el coronavirus.
“No provocó ninguna reacción inesperada y tuvo un perfil de seguridad similar al de otras vacunas“
"Los datos de la fase I/II de nuestra vacuna contra el coronavirus muestran que la vacuna no provocó ninguna reacción inesperada y tuvo un perfil de seguridad similar al de las vacunas anteriores de este tipo", ha asegurado el investigador jefe del Ensayo de Vacunas de Oxford en la Universidad de Oxford y coautor del estudio Andrew Pollard. El científico ha explicado que las respuestas inmunológicas observadas después de la vacunación están en línea con lo que los estudios anteriores en animales han demostrado, aunque cree que se debe continuar con un riguroso programa de ensayos clínicos para confirmarlo en los seres humanos.
Durante el ensayo de fase I/II, la vacuna ha sido evaluada en más de 1.000 voluntarios adultos sanos con edades comprendidas entre los 18 y los 55 años en un ensayo controlado aleatorio. Un subconjunto de estos voluntarios (diez personas) recibió dos dosis de la vacuna y no hubo ningún evento adverso serio para la salud relacionado con ella.
La vacuna china, efectiva en el 95 % de los casos con dosis altas
Por su parte, el ensayo de la vacuna china determinó que el 95 % de los participantes del grupo de dosis altas y el 91 % de los receptores del grupo de dosis bajas mostraron respuestas inmunitarias de células T o de anticuerpos contra el virus. La vacuna indujo una respuesta de anticuerpos neutralizantes en el 59 % y el 47 % de los participantes y una respuesta de anticuerpos aglutinantes -pueden unirse al coronavirus pero no necesariamente lo atacan- en el 96 % y el 97 %, en los grupos de dosis altas y bajas, respectivamente.
La mayoría de las reacciones adversas fueron leves o moderadas, y un 9 % de los participantes del grupo de dosis altas tuvo reacciones adversas graves, entre las que la más común fue la fiebre.
No obstante, pese a encontrarse ya en la segunda fase de los ensayos, las pruebas de esta candidata se han hecho con un grupo más reducido, de unas 500 personas, y ningún participante estuvo expuesto al virus después de la vacunación. Por eso -según los investigadores- no es posible aún determinar si protege eficazmente contra la infección.
84 millones de libras para avanzar en el proyecto
En la carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus, la Universidad de Oxford está trabajando con la empresa biofarmacéutica AstraZeneca en el desarrollo ulterior, la fabricación a gran escala y la posible distribución de la vacuna COVID-19, y los planes para el desarrollo clínico y la producción de la vacuna de Oxford avanzan a nivel mundial. El proyecto se ha visto impulsado por una financiación gubernamental de 84 millones de libras para ayudar a acelerar el desarrollo de la vacuna.
"Nos alientan los datos provisionales de la fase I/II que muestran que el AZD1222 fue capaz de generar una rápida respuesta de anticuerpos y células T contra el SARS-CoV-2. Aunque queda mucho por hacer, los datos actuales aumentan nuestra confianza en que la vacuna funcionará y nos permiten continuar con nuestros planes de fabricar la vacuna a escala para un acceso amplio y equitativo en todo el mundo", comenta el vicepresidente ejecutivo de Investigación y Desarrollo de Biofármacos de AstraZeneca, Mene Pangalos.