'Back in black' de AC/DC: la tragedia que alumbró el disco más vendido de la historia del rock
- Se cumplen 40 años de la publicación del álbum que convirtió a los australianos en estrellas internacionales
- Supieron sobreponerse al fallecimiento de su cantante, Bon Scott, meses antes de su grabación
El 19 de febrero de 1980 Ronald Belford Scott, más conocido como Bon Scott y cantante de la banda AC/DC, fallecía en Londres a los 33 años asfixiado tras una sobredosis de baritúricos y alcohol. Apenas unos meses después de la muerte, la banda australiana lograba el número 1 en las listas de medio mundo gracias a Back in black, el disco que les convirtió en estrellas internacionales y que les hizo superar una tragedia que, para cualquier otra banda, hubiera supuesto el final.
A día de hoy, Back in black -de cuya publicación se cumplen 40 años- está catalogado como el segundo disco más vendido de la historia de la música, tras el Thriller de Michael Jackson, y el más despachado en el género rock, con unas 50 millones de copias en todo el mundo.
Es difícil adivinar la fórmula del éxito de este disco de AC/DC, aunque a lo largo de sus diez temas y poco más de 42 minutos brillan sus contundentes 'riffs' de guitarra, los estribillos pegadizos y la redondez de sus canciones, muchas de ellas consideradas por derecho propio himnos del rock'n'roll: "Hells bells", "You shook me all night long", "Shoot to thrill" o la propia "Back in black", todas ellas fijas en el repertorio de los australianos a lo largo de estas cuatro décadas.
"What do you for money, honey", "Given the dog a bone", "Let me put my love into you", "Have a drink on me", "Shake a leg" y "Rock and roll ain't noise pollution" completan una de las grandes obras maestras del hard rock, género que, sin duda, contribuyó a popularizar en todo el mundo, España incluida, a lo largo de la década de los ochenta.
Pero en febrero de 1980 los miembros de AC/DC difícilmente podían adivinar que su carrera iba a alcanzar tales cotas y aún menos, de una forma tan inmediata.
De Australia al resto del mundo
AC/DC habían surgido en Australia a principios de los años setenta gracias al impulso de los hermanos Malcom y Angus Young, hijos de una familia de emigrantes escoceses. Amantes del rock'n'roll más crudo y directo, en 1974 se les unió el vocalista Bon Scott, un cantante con cierta experiencia en el mundo de la música y que, junto al batería Phil Rudd y el bajista Mark Evans, conformaría la primera formación clásica de la banda.
Tras su debut australiano con los discos High voltage y T.N.T, a partir de 1976 -y con la incorporación de Cliff Williams en lugar de Evans- comenzaron a tener éxito fuera de su continente gracias a grabaciones como Let there be rock, Powerage o If you want blood, hasta que en 1979 Highway to hell supuso un auténtico salto comercial. Por primera vez la banda giró por Estados Unidos y el éxito de su tema principal les impulsó a la primera división del rock duro. También en España, país que el grupo visitó a principios de 1980 para una actuación en el programa de TVE Aplauso, en la que es la última aparición pública de Bon Scott en vida.
Sin embargo, la muerte de Scott parecía un obstáculo insalvable. El cantante, un dechado de carisma pero a la vez amante de la vida disipada, parecía un pilar insustituible, no solo por su capacidad para crear letras y melodías memorables sino también por su complicidad en escena con Angus Young, cuya imagen vestido de colegial se había convertido en un icono.
Un sustituto casi desconocido
Pese a la tragedia que supuso la desaparición del vocalista, la banda tuvo claro desde el principio que iban a continuar. "Nunca hubo ninguna duda. Al principio estábamos conmocionados pero desde el primer día decidimos seguir adelante. ¿Y cómo íbamos a hacerlo? No teníamos ni idea", declararía años después el guitarrista y líder de la banda Malcolm Young, fallecido en 2017.
Encontrar un sustituto a Bon Scott parecía una tarea casi imposible y el grupo inicialmente se planteó la posibilidad de incorporar a algunos de sus ídolos, como Steve Marriott (Small Faces) o Noddy Holder (Slade). Pero finalmente optaron por hacer audiciones, que fueron infructuosas hasta que su productor, Robert 'Mutt' Lange, les recomendó que probaran a Brian Johnson, un cantante poco conocido de un grupo de tercera fila, Geordie, al que Scott había alabado cuando coincidieron años atrás en un concierto.
En aquel momento Brian Johnson había apartado la música a un segundo plano y sus necesidades económicas le obligaron a trabajar montando parabrisas de coches para poder subsistir. Pero al final hizo la prueba y la conexión entre los hermanos Young y el fornido vocalista fue casi inmediata: el 8 de abril, AC/DC anunció oficialmente que tenía nuevo cantante.
Grabación en las Bahamas
El siguiente paso era grabar un nuevo disco y, sin apenas material compuesto, la banda se trasladó a los estudios Compass Point, en Nassau (Bahamas), donde a lo largo de las siguientes semanas fueron dando forma a las ideas que los hermanos Young apenas habían esbozado. Brian Johnson tuvo que asumir el papel de Bon Scott no solo a la hora de cantar sino también en la composición de las letras y las melodías, una tarea que cumplió con sobresaliente.
Aunque la sombra de la muerte de Bon Scott era evidente en todo el proceso de grabación, el resultado no fue un disco sombrío sino una auténtica demostración de hard-rock comercial. Algo en lo que jugó un papel esencial su productor, 'Mutt' Lange, que ya les había enseñado el camino en Highway to hell y que en esta ocasión acertó de pleno al mezclar con sabiduría la potencia de las guitarras, la sólida base rítmica y la melodía de los estribillos.
Un capítulo especial merece la voz de Brian Johnson, aguda y muy característica pero, sobre todo, radicalmente distinta a la de Bon Scott, lo suficiente como para ofrecer una personalidad propia y no limitarse a ser un mero relevo del mítico vocalista.
Un tributo a Bon Scott
Pero a Brian Johnson le restaba una prueba definitiva: el escenario. Bon Scott había sido un torbellino implacable en sus conciertos y contaba con el favor absoluto de sus seguidores. Tras una semana de ensayos, el grupo estaba listo para ofrecer su primer recital con su nueva formación, el 29 de junio de 1980 en Namur (Bélgica).
En una entrevista concedida en 1991 a la revista Juke, Johnson aseguró que antes de salir a escena "me estaba cagando de verdad, pero salí allí fuera, me aclamaron de manera increíble y vi esas pancartas que decían: 'Bienvenido'; me puse muy contento".
El 25 de julio de 1980 Back in black se publicó en Estados Unidos -en Europa vio la luz el 31 de julio mientras que en Australia no salió hasta el 11 de agosto- y el éxito comercial fue inmediato. El diseño de portada, completamente de negro, con solo el nombre del grupo y el título del disco remarcados por una tenue línea gris, era un sentido tributo a Bon Scott que los fans supieron valorar en su justa medida.
También el título es una muestra de respeto a Scott, así como la campana que dobla a muertos al inicio del disco. La banda no se conformó con un sonido pregrabado un sonido pregrabado e hizo fabricar una auténtica campana de una tonelada de peso, que se convertiría en uno de sus elementos indispensables en sus conciertos.
Tras alcanzar el número 1 en las listas británicas, el disco hizo que otras grabaciones anteriores volvieran a cobrar nueva vida comercial, siendo el primer grupo desde los Beatles en contar con cuatro álbumes en el Top 100.
Primera visita a España
Entre julio y octubre, AC/DC se embarcó en una larga gira por América del Norte y las ventas del disco se dispararon, logrando vender su primer millón de copias. Cuando en el otoño regresaron a Reino Unido ya eran grandes estrellas, como se pudo comprobar en los conciertos que ofrecieron en Inglaterra, Escocia, Francia o Alemania.
En enero de 1981 reanudaron la gira europea y por primera vez actuaron en España, ofreciendo tres conciertos en Barcelona (Palacio de los Deportes, 14 de enero), Madrid (Pabellón del Real Madrid, 17 de enero) y San Sebastián (Velódromo de Anoeta, 18 de enero) que registraron un lleno absoluto, en un momento en el que el rock duro estaba en franca expansión en nuestro país.
Sin embargo, hubo ciertos problemas para llevar a cabo aquellos conciertos: según cuenta Gus Cabezas en su libro AC/DC, citando a la empresa promotora Gay & Co, el recital de Madrid estuvo a punto de suspenderse porque la gigantesca campana no cabía por los accesos al pabellón. No fue así y los fans españoles pudieron disfrutar en directo de una banda que, desde entonces, ha mantenido una relación muy cercana con nuestro país.
La cima creativa de AC/DC
Back in black puso de nuevo en pie a AC/DC, que desde entonces se han mantenido, con ciertos intervalos, en la primera línea del rock duro mundial, aumentando su número de seguidores y llenando estadios y grandes recintos en países de los cinco continentes. Sin embargo, nunca alcanzaron el nivel comercial y artístico de este álbum que es, sin duda, su cima creativa.
Hoy en día el futuro de la banda no está claro. Malcolm Young, que en 2014 dejó el grupo tras confirmarse que padecía demencia senil, murió en 2017. Además, en 2016 Brian Johnson tuvo que abandonar al grupo en plena gira ante el riesgo de quedarse sordo. Su lugar lo ocupó Axl Rose, vocalista de Guns N'Roses, en una polémica decisión que dividió a los fans de la banda.
En los últimos años han sido constantes los rumores y declaraciones acerca del regreso de Brian Johnson y la grabación de un nuevo disco -con gira incluida- de AC/DC. Pero la pandemia de coronavirus ha dejado todas esas posibilidades en el aire, lo que unido a la edad de sus líderes -Angus Young tiene 65 años y Brian Johnson, 72- dificulta su regreso. Al menos, por el momento.