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Coronavirus

Una gran oleada o varias: la incógnita sobre la evolución de la pandemia del coronavirus

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Jóvenes con mascarilla pasean por Madrid
Jóvenes con mascarilla pasean por Madrid.

Una de las mayores incógnitas sobre la pandemia del coronavirus es si, cuando se supere el pico de la curva epidemiológica a nivel global, el mundo tendrá que hacer frente a una segunda ola de la COVID-19. La Organización Mundial de la Salud advertía esta semana que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se sigue comportando como una "gran ola", sin que haya evidencia de la estacionalidad del virus. "Va a ser una gran ola. Subirá y bajará un poco. Lo mejor es aplanarla", señalaba una de sus portavoces, Margaret Harris.

Europa logró doblegar la curva en mayo, pero el nuevo coronavirus continúa avanzando sin freno por el continente americano, el actual epicentro, África y Asia. Y, aunque los datos sugieren que la situación en España y en Europa es más leve que la de primavera, los expertos advierten: la pandemia no ha hecho más que empezar y todavía es pronto para hablar de futuras oleadas.

"Estamos en la misma situación que hemos tenido desde el principio. Parece que en Europa hemos superado el pico, pero hay que tener en cuenta que esto viene ligado a las medidas de distanciamiento social y no a la evolución natural del virus", señala a RTVE.es el experto en enfermedades transmisibles e inmunidad del Centro Europeo para el Control de Enfermedades, Pasi Penttinen, que vincula el repunte de casos en algunos países como España al desconfinamiento.

¿Cuándo se habla de una segunda ola?

La doctora María José Sierra, del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, abría el debate hace unos días al señalar que el incremento de casos por los más de 600 brotes detectados podían apuntar al inicio de una segunda ola, aunque matizaba: "Eso es lo de menos". Días después, el director del CCAES, Fernando Simón, descartó que España esté ante un segundo brote a pesar de las cifras récord de contagios desde el desconfinamiento. Entre otros motivos, porque la mayoría de casos están ligados a brotes controlados y se ha incrementado la capacidad diagnóstica, de modo que el escenario es distinto al de marzo y abril.

Pero lo cierto es que, más allá de la cuestión terminológica, no existe consenso científico sobre los factores que permitirían hablar de una segunda ola de la COVID-19. El descontrol de la transmisión comunitaria, el aumento de las curvas epidemiológicas o el retorno de un virus tras un periodo de ausencia pueden ser algunos, pero lo novedoso de un virus con menos de un año de vida impide establecer un criterio común.

Cuando se habla de una segunda ola es cuando se ve un avance muy sostenido en el tiempo

"Es muy difícil distinguir lo que es una primera ola de la segunda, porque quitando la gripe del 1918, no hemos tenido una enfermedad que se comporte de esta forma. Cuando se habla de una segunda ola es cuando se ve un avance muy sostenido en el tiempo, cuando claramente se está provocando una curva epidemiológica comparable", explica Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología, que incide en lo que las implicaciones que este término pueda tener en el imaginario colectivo: va ligado al confinamiento de los últimos meses.

"Una segunda ola se daría con transmisión comunitaria descontrolada amplia"

La gripe de 1918, el antecedente más reciente

El precedente más reciente, si bien no idéntico, fue la segunda ola de la pandemia de la gripe española de 1918, que solo en octubre de ese año acabó con la vida de más de 163.000 personas, según el registro histórico del Instituto Nacional de Estadística.

Registro de defunciones durante la gripe de 1918 INE

Sin embargo, el director del Museo de la Historia de la Medicina de la Universidad del País Vasco, Anton Erkoreka, asegura que lo ocurrido entre 1918 y 1919 fue "exactamente igual, incluso en tasas y distribución del territorio" al recorrido que ha tenido la COVID-19 en España hasta el momento. "Aquello fue una onda clara, potente, que estadísticamente se ve cuando comparamos los muertos con el año anterior y se aprecia que el exceso de mortalidad hace una curva. Ahora solo está empezando a ascender y solo estamos en el inicio", explica a RTVE.es.

El experto advierte que la historia sienta un peligroso precedente: de llegar, una segunda ola siempre ha sido más grave que la primera. "Las pandemias víricas suelen tener una primera onda que prepara el terreno, se distribuye, produce una mortandad [en este caso, Erkoreka estima que ha muerto una persona por cada mil], y luego desaparece o se oculta hasta que vuelve de forma muchísimo más fuerte".

Las pandemias víricas suelen tener una primera onda que prepara el terreno hasta que vuelve muchísimo más fuerte

Erkoreka pone un ejemplo claro: la diferencia entre provincias. En 1918, "la segunda ola produjo mortalidades en proporción a la primera y se llegó a multiplicar por tres el número de muertos y la presión asistencial" en Madrid, uno de los territorios más afectados. De hecho, el doctor aventura que el futuro "puede ser más grave e importante" si se tiene en cuenta la historia y apunta a una segunda ola en otoño y una tercera a principios de 2021. En cambio, desde la Sociedad Española de Epidemiología reconocen que se desconce "si una segunda ola podría parecerse a la primera o si sería más leve".

La epidemia de gripe de 1918 tuvo una segunda ola más letal y una tercera "intermedia"

Avance sin freno en el mundo

Más allá de los antecedentes históricos, lo cierto es que en los poco más de cuatro meses desde que la OMS declaró la pandemia de la COVID-19, su recorrido no se ha frenado, sino que se ha trasladado geográficamente y se siguen registrando cifras récord que superan los 250.000 contagios al día en todo el planeta.

"Estamos ante una situación en la que estamos seguros de que las medidas [de confinamiento o restricciones] han tenido un impacto muy claro y temporal en la transmisión del virus, pero estamos empezando a ver indicadores de que el alivio de estas medidas está incrementando la transmisión. Nos esperan meses difíciles, no solo en Europa, sino en el mundo, para controlarlo hasta que haya una vacuna", incide el doctor Penttinen del CDC. Una vacuna que, tanto él como las autoridades sanitarias españolas sugieren que podría estar desarrollada a finales de este año.

Nos esperan meses difíciles para controlar el virus hasta que haya vacuna

Fuera del Viejo continente, Israel, Corea del Sur, China o Corea del SurIrán hasta que hubo un repunte de casos. "La duda es si todo forma parte del mismo ciclo epidémico, porque en Israel no se llegó a bajar de los 500 casos diarios", explica Gullón.

En Europa, el CDC estima que el riesgo actual es moderado: "Hemos pasado semanas de relativa tranquilidad en la mayoría de países, pero últimamente ha habido un claro repunte en países del sureste como Bulgaria, Rumanía, Albania o Kosovo", además de los brotes detectados en España, Francia, Bélgica o Luxemburgo. "Esto debe ser interpretado con cautela, porque en muchos países se ha incrementado la capacidad diagnóstica", añade Penttinen.

Y mientras el planeta trata de retomar la actividad para frenar el grave impacto económico de la crisis sanitaria, los expertos insisten: la convivencia con la COVID-19 y el distanciamiento social son la realidad del futuro más inmediato.