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Muere en Brasil el religioso español Pere Casaldáliga, el 'obispo del pueblo'

  • Fue uno de los impulsores de la Teología de la Liberación y de los derechos de los indígenas
  • En 2014, TVE estrenó la película Descalzo sobre la tierra roja, inspirada en la vida del religioso

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Muere el religioso Pere Casaldáliga, el 'obispo del pueblo'

El obispo español Pere Casaldáliga, uno de los impulsores de la Teología de la Liberación y de los derechos de los indígenas, ha muerto este sábado en Batatais (Brasil) a los 92 años, ha informado la congregación de los Claretianos de Batatais.

El gobierno de España ha expresado sus condolencias por el fallecimiento. "Activista en favor de los indígenas y firme defensor de la teología de la liberación, el Obispo Casaldáliga creyó en la justicia y en la esperanza, y en la opción por los pobres, el acceso a la tierra, la defensa de los más débiles y de las comunidades indígenas, así como en la protección de la Amazonía y el medio ambiente", ha dicho en una nota.

Casaldáliga estaba ingresado en Batatais, en el interior del estado de Sao Paulo, aquejado de una neumonía con derrame pulmonar. Su salud era delicada desde hace años, pues también padecía parkison.

En 2014, TVE estrenó la película Descalzo sobre la tierra roja, inspirada en la historia del religioso español. Dirigida por Oriol Ferrer y con Eduard Fernández en el papel del obispo, fue premiada en el Seoul International Drama Awards con los premios a la mejor TV movie y al mejor guión.

Reconocido en Brasil por su intensa labor social y defensa de los más vulnerables, Casaldáliga es conocido como el 'obispo del pueblo' por su defensa de las etnias indígenas de la Amazonía y la lucha contra la violencia en el campo.

En un comunicado, la congregación de los claretianos, a los que pertenecía Casaldáliga, anunciaron que habrá tres velatorios en su honor: uno en Batatais, este sábado, y los otros dos en la región de Mato Grosso, en las que más desempeñó sus labores pastorales: en las localidades de Ribeirao Cascalheira, el 10, y Sao Félix de Araguaia, donde será enterrado.

Asimismo, este domingo se celebrará una misa en homenaje al prelado en Batatais.

Luchando contra la esclavitud.

Amenazas de muerte

Casaldáliga, que era obispo emérito del Prelado de Sao Félix de Araguaia, participó en la lucha contra la violencia en el campo y en la fundación de la Comisión Pastoral de la Tierra y Consejo Misionero Indígena, ambas organizaciones vinculadas a la Iglesia católica.

Nacido en Balsareny (Barcelona) en 1928, era hijo de campesinos y fue ordenado sacerdote en la España de la dictadura de Francisco Franco. En 1968 llegó al Brasil más profundo en plena dictadura militar y tres años después se convirtió en el primer obispo de Sao Félix do Araguaia, un humilde y remoto poblado de poco más de 10.000 habitantes situado en el interior del estado de Mato Grosso.

Allí se implicó en la lucha de los indígenas de la etnia Xavante en una disputa con hacendados por la propiedad de unas tierras cercanas a Sao Félix do Araguaia, una violenta ciudad donde vivió sus últimos días hasta ser ingresado esta semana en un hospital del interior de Sao Paulo por problemas respiratorios.

Casaldáliga se enfrentó al poder y en 2012 se vio obligado a abandonar su casa durante algún tiempo tras el recrudecimiento de las amenazas de muerte que recibía por su labor en defensa de los excluidos.

Pulso con Ratzinger

La batalla por los más vulnerables le llevó a abrazar la Teología de la Liberación, una rompedora corriente teológica nacida entre los movimientos de base de la iglesia Católica en Brasil y que luego se expandió por el resto de América Latina.

Por esa causa, Casaldáliga volvió a Europa en 1988 por primera vez desde que llegó a Mato Grosso y allí mantuvo un pulso religioso con Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y quien más tarde se convertiría en el papa Benedicto XVI.

Sus ideas progresistas le convirtieron en un "incomprendido" dentro de la congregación cristiana, que condenaba los principios "marxistas" que identificaba en la Teología de la Liberación, pero con el tiempo se alzó como uno de los nombres más admirados del mundo católico. L

"Espíritu de sacrificio"

A lo largo de su vida, el religioso claretiano asumió el "espíritu del sacrificio", lo que siempre se vio reflejado en su estilo de vida. Vivió en una casa rural desprovista de cualquier tipo de lujo, incluso de nevera, y viajaba por Brasil en autobús para estar siempre a la "altura del pueblo".

Austero, sereno, equilibrado, autocrítico y con una gran fuerza interior, como le recuerdan sus allegados, Casaldáliga consagró su vida a Dios y al servicio de los más pobres, con la convicción de que otro mundo era "posible y necesario".

"Defendía el amor hasta las ultimas consecuencias. El amor por los más humildes, por los más pobres, los indios, los campesinos, los ribereños", asegura el padre Mazula.

Decía vivir en una constante "paz inquieta" y ese "inconformismo con la injusticia" le llevó a participar en la fundación de las influyentes Pastoral de la Tierra y el Consejo Misionero Indígena, organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica brasileña y que aún hoy velan por la causa indígena y amazónica.

La salud del religioso claretiano ya venía debilitada por el mal de parkinson y prácticamente recluido, el obispo emérito pasó los últimos años de su vida bajo los cuidados de los agustinos en Sao Felix de Araguaia, donde pidió ser enterrado en un cementerio popular a orillas del río.

Casadáliga soñaba con ir a África tras jubilarse "para estar en oración y solidaridad con los hermanos de aquel continente marginado". "La salud, sin embargo, ya no secunda mi sueño y no quiero dar trabajo a nadie. A Europa no vuelvo. Me quedo en el Tercer Mundo", sentenció