Cientos de heridos y más de 3.000 detenidos en los enfrentamientos tras las elecciones en Bielorrusia
- Las ONGs denuncian la muerte de un manifestante a manos de la policia y el ministerio del Interior lo desmiente
- El Gobierno de Lukashenko denuncia que entre el centenar de personas heridas hay 39 policías
Cerca de 3.000 participantes en las manifestaciones de protesta no autorizadas han sido detenidos anoche y esta madrugada tras las elecciones presidenciales bielorrusas de este domingo en las que ha sido reelegido, por sexta vez, el presidente Lukashenko que gobierna desde 1994.
El Ministerio de Interior de Bielorrusia ha añadido que los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes se han saldado con cerca de un centenar de heridos, de ellos 39 agentes de la fuerza del orden, "algunos de los cuales tuvieron que ser hospitalizados".
Chemodánova indicó que las detenciones se practicaron en 33 ciudades y localidades del país, y que en Minsk la policía detuvo a cerca de un millar de personas.
"Es necesario destacar que contra los infractores no se emplearon armas de combate. No hubo muertos", concluyó la portavoz de Interior en su mensaje en Telegram.
Varias ONGs coinciden en denunciar la muerte de un manifestante. Los servicios sanitarios han informado del ingreso de varios heridos en hospitales de la capital, aunque la policía local no lo ha confirmado.
En un vídeo publicado por la prensa local se puede ver cómo un camión de la policía atropella a un grupo de manifestantes en el centro de la capital, accidente en el que habrían resultado heridas varias personas.
La policía ha recurrido a balas de goma, mangueras y granadas ensordecedoras para dispersar a los miles de manifestantes, que en una de las avenidas de la ciudad levantaron una barricada con bidones y otros objetos del mobiliario público.
También se informa de la llegada de numerosas ambulancias a las zonas de la ciudad donde se han producido los choques más violentos, que también se han registrado en otras ciudades de este país, presidido por Lukashenko desde 1994.
La oposición pide no recurrir a la violencia
La prensa habla de protestas en Brest, Gomel, Grodno y Vitebsk, entre otras, aunque la líder opositora, Svetlana Tijanóvskaya, había instado a los bielorrusos, "civiles y de uniforme", a no recurrir a la violencia tras las presidenciales.
Una vez estallaron los enfrentamientos, Tijanóvskaya se ha dirigido de nuevo a manifestantes y fuerzas de seguridad para frenar la violencia.
"Quiero pedir a la policía y a las tropas de Interior que recuerden que son parte del pueblo. Y a mis votantes que abandonen las provocaciones y no den motivos para el uso de la violencia en su contra. Por favor, cesen la violencia", ha señalado.
Lukashenko, cuyo poder se sustenta en el Comité de Seguridad del Estado (KGB), había advertido al votar en la mañana del domingo que no permitiría una revolución a la ucraniana y descartó que el país se pudiera ver abocado a una "guerra civil".
Mientras, el sondeo oficial encargado por el Gobierno otorga a Lukashenko una victoria con el 80 % a favor de la candidata de la oposición unificada. El exiliado candidato opositor Valeri Tsepkalo, que apoyó a Tijanóvskaya en los comicios, advirtió que la opositora podría no reconocer los resultados y recurrir a los tribunales.
El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, había pedido a las autoridades que garantizaran unas elecciones "pacíficas, libres y justas".
Elecciones marcadas por fuertes movilizaciones
La campaña de las elecciones presidenciales ha estado marcada por una movilización sin precedentes a favor Tikhanovskaya, de 37 años y profesora de inglés.
Ella ha logrado, en un país que nunca ha conocido una fuerte oposición, reunir multitudes durante la campaña y ha estimado el domingo por la noche que "la mayoría" de sus conciudadanos la apoyaba, mientras que la encuesta oficial realizada a la salida de los colegios electorales le ha otorgado un porcentaje muy bajo de los votos.
La jornada electoral ha estado marcada por un clima tenso y colas gigantes en los colegios electorales, calificadas por la Comisión Electoral como "sabotaje" de la elección presidencial y "provocación" organizada por la oposición.
Tikhanovskaya también recomendó que sus seguidores usen brazaletes blancos y hagan una foto de su papeleta para permitir el recuento independiente.
"Considero que ya hemos ganado porque hemos conquistado nuestro miedo", ha señalado. Tikhanovskaya, que había denunciado en los últimos días "fraudes descarados" orquestados por las autoridades. El número de observadores se redujo al mínimo y los observadores internacionales independientes no pudieron asistir.
Represión de las autoridades durante la campaña
Las autoridades habían redoblado sus esfuerzos para detener el ascenso de Svetlana Tikhanovskaya después de una campaña histórica organizada con otras dos mujeres, Véronika Tsepkalo, compañera de un opositor exiliado, y Maria Kolesnikova, directora de campaña de un exbanquero encarcelado en ese momento y que quería presentarse.
La jefa de su cuartel general de campaña, Maria Moroz, fue detenida junto con otros nueve colaboradores y Maria Kolesnikova brevemente interrogada.
"Conociendo la naturaleza despiadada de Lukashenko, cualquier interesado en Bielorrusia estará preocupado por el pueblo bielorruso en los próximos días", ha señalado a la AFP Nigel Gould-Davies, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y ex embajador británico.
En Minsk, antes del surgimiento de Tikhanovskaya, los principales rivales de Lukashenko habían sido marginados: dos están encarcelados, un tercero está en el exilio. Los otros tres candidatos autorizados no se movilizaron.
Su ascenso se produjo en un contexto de crecientes dificultades económicas, agravadas por las tensiones con Rusia, acusada de pretender vasallar Bielorrusia, y de la polémica respuesta de Alexander Lukashenko a la epidemia del nuevo coronavirus, a la que se refirió como "psicosis".
Bielorrusia no ha tenido voto libre desde 1995. En varias ocasiones, las manifestaciones han sido reprimidas sin rodeos.