Más de 10.000 personas protestan en Bielorrusia mientras Lukashenko acusa a la oposición de querer tomar el poder
- Los opositores han rechazado las acusaciones y aseguran que el único objetivo es que las autoridades entreguen el poder
- Los líderes de la Unión Europea se reunirán en una cumbre extraordinaria para abordar la situación en Bielorrusia
La oposición bielorrusa ha congregado a más de 10.000 personas en el centro de Minsk para un mitin convocado después de que el presidente, Alexandr Lukashenko, acusara a la oposición de intentar tomar el poder tras las recientes polémicas elecciones.
"Sania (diminutivo de Alexandr), vete", "No a la violencia" o "Se busca vivo o muerto", se ha podido leer en los carteles que los activistas han pegado en la céntrica plaza de la Independencia, donde se encuentra el edificio del Gobierno.
Los manifestantes demandan la renuncia de Lukashenko, unas nuevas elecciones presidenciales y se solidarizan con los huelguistas, contra los que hoy el primer ministro bielorruso ha amenazado con tomar medidas legales.
Otra manifestación aún de mayor tamaño, según la prensa,ha tenido lugar en el centro de Grodno, la quinta ciudad del país y que se encuentra a escasos kilómetros de la frontera con Polonia y Lituania.
Lukashenko acusa a la oposición de intentar tomar el poder y moviliza tropas
Lukashenko ha acusado a la oposición de intentar tomar el poder a través del consejo coordinador y ha anunciado la movilización del Ejército en su frontera occidental ante una supuesta amenaza exterior.
"Y nos exigen, ni más ni menos, que les cedamos el poder. Es decir, esto lo interpretamos de una sola forma: es un intento de tomar el poder con todas sus consecuencias", ha señalado Lukashenko durante una reunión del Consejo de Seguridad de Bielorrusia, según ha informado la agencia BELTA.
"Tenemos suficientes medidas para calmar a algunas cabezas calientes. Pero exclusivamente en virtud de la Constitución y las leyes", ha asegurado, al mismo tiempo que ha calificado a algunos miembros del consejo como "nazis" y ha acusado a la oposición de querer prohibir la lengua rusa y abandonar la Unión Estatal con Rusia.
Una de las líderes de la oposición, María Kolésnikova, ha rechazado las acusaciones y ha asegurado que el único objetivo del órgano opositor es que las autoridades entreguen civilizadamente el poder, tras lo que se convocarían nuevas elecciones presidenciales.
"No es un partido político, sino una comunidad de ciudadanos que debe influir en el traspaso pacífico del poder", ha explicado Kolésnikova, que además ha negado que quiera romper lazos con Rusia, sino que buscará forjar unas relaciones “pragmáticas” tanto con Moscú como con Ucrania y la Unión Europea.
Desde el estallido de las protestas postelectorales, Lukashenko denunció que éstas habían sido patrocinadas por países como Polonia o la República Checa, y acusó a la OTAN de desplegar aviones y tanques a quince minutos de la frontera.
Aunque el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, criticó desde un principio la represión de las libertades, la Alianza Atlántica salió el lunes al paso de esas críticas y subrayó que "la OTAN no es una amenaza" para Bielorrusia.
La oposición bielorrusa ha expresado su confianza en que la Unión Europea (UE), que celebra este miércoles una cumbre telemática, proponga su propio mecanismo de arreglo de la crisis.
Los líderes de la UE apoyarán al pueblo bielorruso y rechazarán injerencias
Los líderes de la Unión Europea se reunirán este miércoles, en una cumbre extraordinaria por videoconferencia para abordar la situación en Bielorrusia, en la que se espera que respalden a los ciudadanos que se han manifestado en masa contra el Gobierno y que rechacen interferencias extranjeras.
"El pueblo de Bielorrusia tiene el derecho de determinar su propio futuro. Para permitir eso, tiene que parar la violencia e iniciarse un diálogo pacífico e inclusivo. Los líderes de Bielorrusia deben reflejar la voluntad del pueblo. No debería haber interferencias exteriores", ha indicado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su carta de invitación a los líderes.
Partiendo de esta premisa, los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios analizarán cuál puede ser la mejor respuesta a una situación que sigue evolucionando en Bielorrusia desde las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto.
Michel ha informado de que ha hablado este martes con el presidente ruso, Vladímir Putin, sobre la situación en Bielorrusia, y declarado que "solo un diálogo pacífico y verdaderamente inclusivo puede resolver la crisis" en ese país.
Putin ya expresó el sábado por teléfono a Lukashenko su apoyo para garantizar la seguridad nacional, al tiempo que denunció los intentos de injerencia externa.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, también ha hablado este martes por teléfono con Putin sobre la situación en Bielorrusia y la necesidad de iniciar un diálogo nacional, mientras que el lunes fuentes del Gobierno francés pidieron igualmente que ese diálogo cuente con el apoyo de la Unión Europea y de Rusia, a fin de sacar al país de su actual situación de volatilidad.
En una conversación telefónica también con el dirigente ruso, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió el pasado día 12 recuperar "el camino del diálogo" en Bielorrusia, cuando ya estaban en marcha las protestas de la oposición.
"El pueblo de Bielorrusia tiene que saber que la UE está de su lado firmemente y que los responsables de violaciones de los derechos humanos y de violencia serán sancionados", ha declarado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Twitter.
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha declarado en un comunicado que la cantidad de personas que han salido a manifestarse en Bielorrusia "muestra claramente que la población bielorrusa quiere un cambio, y lo quiere ahora", y ha agregado que "la UE los apoya".
La UE también ha calificado de "impactante" el trato "inhumano" dado a los detenidos y ha solicitado una investigación transparente sobre ello y que los responsables rindan cuentas.